Captura de lobos y zorras en Petrer durante los siglos XVII y XVIII

Mamífero carnívoro, el mayor de todos los cánidos, si exceptuamos algunas razas de perros. Su color es, por lo general, pardo rojizo o gris amarillento, con el vientre blanquecino; algunas razas geográficas muestran dorso negro y vientre pardo, mientras que otras son casi enteramente blancas. Se distinguen del perro pastor alemán por su cabeza más ancha, ojos oblicuos, orejas siempre erguidas, más pequeñas y redondeadas, cuello robusto y cola caída sin el extremo vuelto hacia arriba. Los lobos desarrollan su mayor actividad en horas crepusculares. Animales inteligentes, muestran una gran capacidad para el aprendizaje. Capturados de jóvenes se adiestran fácilmente. Los lobos viven en grupos familiares, que al final del otoño pueden agruparse en manadas de hasta 20 individuos, dirigidas por un macho acompañado de su hembra dominante.

La Real Orden del 17 de enero de 1788 fijaba unas cantidades de gratificación por animales adultos, crías, hembras, hembras con camada, etc., que se duplicaron por una Real Cédula de 3 de febrero de 1795. Debía presentarse la cabeza, piel, pies y cola de los animales ante la sala capitular de las respectivas villas, y los alcaldes ordenaban guardar los despojos.

Las gratificaciones se abonaban en reales de vellón, siendo las siguientes:

Las mayores recompensas se pagaban por lobas y lobas con camada, lo que facilitaba una mayor erradicación de la especie. Estas capturas suponían unos ingresos adicionales. especialmente para los individuos que frecuentaban las sierras: pastores, carboneros, recolectores de leña, cazadores, etc.

Durante la Edad Moderna, algunas villas del Vinalopó poseían términos municipales de mayor extensión que en la actualidad, lo que posibilitaba una menor presión humana a los cánidos, pero en este periodo se estaban desarrollando varios núcleos rurales, que con posterioridad formarían nuevos municipios. Asi, Aspe incluía Hondón de las Nieves con la Canalosa y El Rebalso; Novelda englobaba La Romana; Monóvar contenía los términos de Pinoso y La Algueña.

Por los datos de los gráficos, observamos que la captura de lobos es nula en Aspe y escasa en Novelda. siendo más numerosa en Monóvar y Petrer, poblaciones interiores con sierras más abruptas y de mayores dimensiones, que permitían mejores cobijos a estos cánidos en regresión. El lobo adulto, muy escurridizo, era difícil de cazar, y excepto un ejemplar abatido en Monóvar, las capturas se limitaban a los lobeznos en carnada, más fáciles de sorprender. En Novelda se cazaba alguna gineta, y se gratificaba con idéntica cantidad que el zorro.

Las capturas de zorros fueron muy abundantes, pero no supusieron la eliminación de la especie, que, gracias a su gran adaptabilidad, pervive en nuestros días.

De tos cuatro municipios, Petrer es el único donde se citan frecuentemente los parajes en los que se apresaban estos animales. Los lobos eran abatidos en las partidas de: «El collado de los lobos, El estrecho de la zorra, Los Chaparrales», etc.

Los zorros en los parajes de: «La Almadrava, Rabosa, Salinetas, Catí, Peña Foradá, Palomarets, Clot del Llop, Sierra del Caballo, Pusa, Rambla de la Villa, Caprala, Loma Badada, Partida del Esquinal, Santa Bárbara», etc.

Las incursiones de lobos afectaban tanto a los ganados propios de estas tierras, como a los ganados trashumantes, que desde época medieval venían de Valencia y Aragón a invernar a estas comarcas. En el XVIII el duque de Arcos, señor de Aspe, como dueño de las hierbas del término, arrendaba los pastos a valencianos y aragoneses por períodos de cuatro a seis años. En un informe remitido por el ayuntamiento de Aspe a Orihuela en 1763 (11), se informaba sobre el número de cabezas de ganado que se mantenían en el término, manifestando que ascendía a 4.705 cabezas, siendo 2.000 cabezas foráneas, pertenecientes a los arrendadores de las hierbas de la villa.

El lobo ha sido un elemento cotidiano en la vida de los habitantes de los valles del Vinalopó, desapareciendo de nuestras tierras en el siglo XIX por el persistente hostigamiento y exterminio a que fue sometido. Ha generado infinidad de leyendas, dejando su rastro en múltiples topónimos de nuestros pueblos. Por ejemplo, Aspe contenía en su callejero del siglo XVIII «la calle del Lobo y la calle del Zorro», y todavía se conserva el topónimo de «la Fuente del Lobo».

Las historias orales contadas por nuestros mayores, constatan la presencia del cánido en nuestras tierras incluso a principios del siglo XX. El lobo venía siguiendo a los ganados trashumantes de los Serranos en su periplo invernal. Un refugio habitual para el ganado era la «Cueva del Rollo» (ubicada en los límites de Aspe, Hondón de las Nieves y la Romana) y al desaparecer los ganados trashumantes, también desaparecieron las esporádicas visitas del lobo a las comarcas del Vinalopó. El lobo ahora es un animal mítico y legendario en nuestras tierras (12).

Notas

1 Dicho fragmento se conserva en el Museo Arqueológico Provincial.
2 HINOJOSA MONTALVO J., Las tierras alicantinas en la Edad Media, Alicante, Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert», 1995, p. 166.
3 W. AA., Historia de la provincia de Alicante, Edad Moderna, tomo IV, Murcia, Ediciones Mediterráneo, 1985.
4 AZUAR RUIZ, R. (dir.), El Castillo del Río, Alicante, Diputación Provincial, 1994.
5 RAMOS FOLQUÉS, A., La industria, el comercio y la agricultura en Elche, Elche, el autor, 1973.
6 PÉREZ MEDINA, T. V. y RICO NAVARRO, Ma. C., «La Carta Pobla de Petrer del 1611», Petrer, Moros y Cristianos, 1999.
7 POVEDA I BERNABÉ, R., Els llibres de Claveria de Monóver: 1652-1695, Monóvar, Ayuntamiento, 1995.
8 RICO NAVARRO, Mª C., Apuntes para la historia de Petrer: vida y obra del presbítero Conrado Poveda, Petrer, Ayuntamiento, Caja de Crédito, Universidad de Alicante, 2000.
ARCHIVO MUNICIPAL DE ORIHUELA: Legajos n° 819 y n° 265 (varios documentos).
10 ARCHIVO MUNICIPAL DE ELCHE: IBARRA RUIZ, P., Papeles curiosos, tomo II, doc. nº 56.
11 ARCHIVO MUNICIPAL DE ORIHUELA: Legajo n° 333, doc. n° 54.
12 Mi agradecimiento a D. José Ramón Martínez Maestre, por invitarme a colaborar en la revista de fiestas y por los datos facilitados para completar este trabajo.

 

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