Pasando a la acción: Rumbo a Gaza

Imagino que la primera pregunta que le surge al posible lector de este artículo es por qué se “embarca” una secretaria de un grupo político local (Esquerra Unida-Izquierda Unida) en un proyecto o acción como Rumbo a Gaza. Y la respuesta es bien sencilla: un partido político, a mi modo de ver, debe de defender sus principios, ética o ideales, no sólo en el papel, sino con hechos, voluntad y acción.

Por este motivo, cuando una noche a las 23 horas recibí una llamada de una miembro de la Organización del Velero Stelle, proponiéndome formar parte de su tripulación, dije SÍ de inmediato, porque me parecía una buena forma y oportunidad de transmitir la solidaridad del pueblo de Petrer, también un instrumento muy útil para llamar la atención de la población civil y un método perfecto para difundir y denunciar la situación del Pueblo Palestino, el cual sufre un inhumano bloqueo, en Cisjordania, pero sobre todo en la Franja de Gaza, desde hace ya 64 años por Israel, incumpliendo con la resolución de las Naciones Unidas que le insta a terminar con esta violación reiterada de la legislación y de los Derechos Humanos y que pone en peligro la posibilidad de un contrato social universal que tanta falta nos hace, sea cual sea la ciudad donde vivamos.

Esta iniciativa nació impulsada por personas de diferentes ciudades del mundo, siendo la contribución de población española a esa primera Flotilla de la Libertad en 2010 de tres activistas y que finalizó como ya sabemos muy tristemente con el asesinato de nueve de sus tripulantes.

Debido al ataque ilegal que Israel cometió, la Coalición se vio aumentada durante el 2011 por nuevos miembros provenientes de Italia, Suiza, Francia, Holanda, Canadá, Noruega, Bélgica, Australia, Malasia, Irlanda, Estados Unidos y otros países, todos trabajando para lo que fue la Segunda Flotilla Libertad, nutrida de personas de la cultura, educación, periodismo, política, etc… como también de ayuda humanitaria, de construcción, sanitaria, y demás.

Tras diez meses de intenso trabajo lograron su fín, el Guernica y otros, partían hacia Gaza para ROMPER EL BLOQUEO por mar. Pero no hallaron su destino final, ya que Grecia prohibió la salida desde los puertos donde se encontraban ya listos para zarpar, debido a presiones económicas por Israel, el cual posteriormente y bajo mi punto de vista, le agradeció el favor, comprando parte de su deuda pública.

En la Campaña del 2012, se decide cambiar de estrategia y diversificar sus acciones con el objetivo de dificultar tanto el secuestro de los barcos como un eventual ataque por parte del ejercito israelí.

Por una parte, el Velero Stelle navega desde Suecia a Gaza, recorriendo varios países europeos, como España, por aguas reconocidas internacionalmente, realizando una labor de sensibilización en cada escala, buscando la adhesión y compromisos del mundo político, de la cultura y de la población civil en general, a la vez que transporta diverso cargamento, sanitario, de construcción, etc.

Por la otra parte, se construirá otro barco en el puerto de Gaza, por gente palestina, en coordinación con voluntariado internacional, que romperá el bloqueo desde dentro hacia fuera, ya que la prohibición impuesta militarmente por Israel no sólo impide navegar a Gaza, sino que también impide a la población palestina navegar a otro puerto.

Los abusos generalizados contra los derechos se han convertido en una rutina más en la vida diaria de los palestinos y palestinas, esto a cualquier persona en general y a mí en particular, con una sensibilidad especial hacia las personas que sufren cualquier tipo de opresión, me daña en lo más profundo…, conocer que allí existen 2 millones de personas que viven en Estado de sitio, cuando se cumplen ya 40 años de su ocupación, con muertes en los controles “de seguridad”, complicaciones para la atención médica, horas de espera para llegar al trabajo o al colegio, demolición de casas y negocios, 700 kilómetros de un interminable muro, con escritos de “Peligro de muerte. Zona militar: toda persona que traspase o dañe la valla pondrá en peligro su vida” y que deja a más de 600.000 personas a merced de una valla construida dentro de sus tierras con la sola idea de separar ciudades, pueblos, comunidades y familias, para provocar el dolor, por el simple hecho de ser palestinos, es difícil de soportar para mi e imaginar el día a día en aquel territorio tan hostil.

Cuando el Stelle llega a Alicante desde Santa Pola, con unos tripulantes tan rubios como sólo pueden ser los suecos, acompañados de otras tan atípicas viajeras como las diputas Marga Sanz o Esther López y son recibidos y recibidas por el Embajador de Palestina, decenas de periodistas y una multitud de gente gritando “¡Rompiendo el Bloqueo!” “¡Palestina vencerá!” etc… Es cuando te entran las dudas, y te preguntas ¿seré yo uno de los altavoces que merece la ciudadanía tener?…

Estamos hablando de un proyecto que cuesta más de 500.000 euros, donde cientos de personas han puesto mucho dinero,  mucho esfuerzo y energía e incluso perdido la vida.

Piensas que esto no es ninguna broma y temes los posibles peligros o amenazas que puedan surgir…, pero sólo dura el instante en que escucho la voz de Manuel Espinar (responsable de Rumbo a Gaza en España), hablando en directo por la Radio, con Ximo Rovira y me contagia y me devuelve a la realidad con la esperanza de su mensaje.

Tras las exitosas actividades, recepciones, charlas, conciertos y demás que se celebran en Alicante, (siempre bañados de mensajes de apoyo al Pueblo Palestino, y con una hucha agitándose de sonido de fondo), llega el momento de cruzar la pasarela del barco, acompañada en tierra de los muchos y muchas que han trabajado duramente, pero siempre con una sonrisa en la cara, de Alicante, Aspe, Elche, Petrer, bien haciendo turnos de vigilancia del velero mientras estaba atracado, actuando en la Explanada, haciendo paellas, o un largo etcétera de colaboraciones. Y también por los tres compañeros españoles que como yo se embarcan: Merce (estudiante de periodismo), Quique (patrón de barcos) y Juanjo (auxiliar de enfermeria y delegado sindical de CGT).

Vamos viendo como nos alejamos del puerto, nuestros amigos se van haciendo pequeñitos y el Castillo de Santa Bárbara se aleja cada vez más. Toca hacer las presentaciones oportunas (17 personas en total), firmar un documento en el que declaramos que nos embarcamos libremente y comprometiéndonos a no practicar ningún tipo de violencia, incluida la verbal, durante todo el tiempo que estemos embarcados y la explicación de los diferentes puntos y unidades en caso de emergencia, y aprender a subir y bajar las velas del velero.

Comienza el vaivén del mar. Comparto camarote de 2 metros cuadrados con 3 personas más, y me informan de que mis turnos de tareas son de 4 a 8 de la tarde y de la noche, es decir que mi primer turno comienza a las 4h de la madrugada, donde tendré que limpiar, vigilar y ayudar en la navegación del velero. Me duermo mecida por las olas y cuando salgo a la cubierta para acudir donde está el timón, me encuentro con un manto de estrellas espectacular, me asombro a mi misma al preguntarme como se verá el cielo desde Gaza, si espías israelíes estarán observándome mientras miro el cielo o mil paranoias más.

Todo el viaje se desarrolla con normalidad y a parte de intentar divisar delfines, las conversaciones sobre la situación en Palestina, son el tema preferido.

La llegada a Barcelona es emocionante, muchísima gente nos recibe, suenan música y lemas que de sobra ya conocemos. Veo a algunas personas que lloran de alegría, otras dicen Welcome!, y tras un difícil amarre conseguimos pisar tierra firme.

Tras la emotiva recepción, se me acerca un chico que intuyo es palestino y me pregunta directamente: ¿uno de los que asesinaron en la Flotilla Libertad era familiar tuyo?

Tienen preparado una cantidad inmensa de actuaciones, entrevistas, etc., y surgen otras tantas espontáneas como por ejemplo la actuación de Manu Chao.

Cuando la noche ya ha terminado, siendo más cómplices de la tripulación sueca, volvemos al Estelle, para hacer nuestra última noche y hacer las últimas reflexiones: qué suerte le esperará al Stelle a partir de ahora, si conseguirá romper el bloqueo por primera vez, si podrán descargar las 40 toneladas de cemento, las sillas de ruedas, los juguetes para niños, o el material sanitario que llevan en su interior… Yo desde luego les deseo que lleguen a su objetivo, porque sería llegar todos al nuestro.

Si en algo me he reafirmado, después de conocer esta experiencia, a toda esa tripulación, la organización, sus esperanzas y su ilusión, es que en ocasiones hay que pasar de la indignación que nos producen determinadas injusticias a la acción.

 

 

 

 

 

 

5 thoughts on “Pasando a la acción: Rumbo a Gaza”

  1. Muy buena crónica Susana, y una explicación muy clara del viaje del Stelle.
    De verdad, que enterarse de primera mano (gracias a tu viaje) del funcionamiento de la solidaridad internacional, con respecto al pueblo palestino, pone los pelos de punta

  2. Susana, gracias por estas palabras que como dicen los anteriores comentarios ponen los pelos de punta. Gracias a ti y a muchas personas que tienen tu misma sensibilidad «este mundo no es sólo lo que es sino todo lo que puede llegar a ser». Tu último párrafo es una bonita manera de resumir, en mi opinión, lo que en España está pasando en el interior de mucha gente que está arrancando sus motores de esperanza y acción para de una vez dejar de soñar en lo que quiere y comenzar a construirlo. Es bueno soñar pero además hay que levantarse y actuar para hacer esos sueños realidad. Y uno de esos sueños, de tantos, es que el pueblo palestino reciba la solidaridad de tanta gente que los apoya y sueña con su libertad y reconocimiento. Viva la lucha del pueblo palestino como también la del pueblo del Sahara occidental.
    Gracias de nuevo por todas esas fotos y sentimientos compartidos. Un abrazo grande solidario, feliz y emocionado.

  3. Gracias a Petreraldia por el interés mostrado en todo momento por esta acción de Rumbo a Gaza y a Nani, Javier, Marieta y Pilar por vuestras palabras.
    Un abrazo.

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