Desde la publicación hemos denunciado en varias ocasiones el vicioso círculo que existe entre embargo y vandalismo. Hoy traemos otro ejemplo con abundante material gráfico: corresponde a un chalet en la partida de Aiguarrius número 6; que pertenece en la actualidad a una entidad bancaria tras embargarla a su propietario particular.
La vivienda ha sido asaltada por los vándalos, y hoy su valor se ha depreciado enormemente. Ahora mismo es un foco de infección y con riesgo de incendio, así que el ayuntamiento le comunicará al banco una orden de ejecución para que tabique las ventanas y valle el inmueble. El consistorio, pues, le instará, ley en mano, a que cumpla con los mínimos requisitos exigibles de salubridad, pero fuentes internas exponen que se está convirtiendo en algo habitual que los bancos podrían prever y «no lo están haciendo».
de verdadera pena y de auténtica verguenza. Pues ahora en el Ayuntamiento deberian obligar a la entidad bancaria a rehabilitarla al cien por cien.
!Qué poca verguenza y qué daño más gratuito!
Y lo malo es qué aún veremos más casos como este.
Espero que el ayuntamiento haga publicar la noticia de que el banco haya tapiado la casa y levantado una valla alrededor. Ahora es el momento de que el ayuntamiento se ensañe con el banco cómo el banco hace con sus clientes.
Tal como están los tiempos quizás una opción sería contratar por el banco un sistema de seguridad, o mucho mejor contratar unos «caseros» que cuiden la propiedad y la mantengan que , con los tiempos que corren seguro que encuentran a personas dispuestas a hacerlo con un bajo sueldo.
Es ironía pero triste realidad, …., que descontrol.
Seguro que conseguirian del gobierno una subvención para ese gasto.
Lamentable no, caótico más bien. O se empiezan a tomar medidas ya, o todos estos temas, que parece les resbalan a los políticos de las manos, lo lamentaremos todos. Parece que no va con ellos el que la sociedad demande mejoras en las leyes y los que tienen el poder de cambiarlas, que son los mismos que te ponen la sonrisa de oreja a oreja, cuando hay elecciones, cumplen sus pretensiones, que no son otras que posicionarse, asegurarse un señor sueldo, una estabilidad casi indefinida y al pueblo llano, como siempre, que les den. Señores el día que nos falte el pan encima la mesa, reventaremos y no de una manera pacífica, y si no tiempo al tiempo.