Como ya les hemos contado, durante una cata para acometer reformas del Plan de Eficiencia Energético que el ayuntamiento está realizando en varios edificios públicos, la fachada de la casa consistorial reveló serias deficiencias en su estructura que podían causar desprendimientos. De hecho, ante el peligro, se colocó una malla de seguridad durante los días de Moros -expuesta a la pólvora y los decibelios-, precisamente decorada con motivos festeros. Pues bien, tras este arreglo temporal, ya se están acometiendo, desde junio, las obras en profundidad, que les detallamos.
Así, antes de la colocación del nuevo alicatado con los anclajes para conseguir todas las garantías de seguridad, se ha proyectado sobre la pared un aislamiento térmico y se han sustituido los ventanales de madera -que databan de cuando se construyó el edificio, en la primera mitad de los años 70- por otros con cierre hermético de PVC.
Se ha instalado también una mampara en la zona de tesorería y se ha instalado un equipo de aire acondicionado en la zona de recepción para evitar que durante la tarde, ya que el Ayuntamiento permanece abierto hasta las diez de la noche para reuniones de trabajo y visitas, tenga que estar todo el sistema de climatización del edificio conectado.
Con estas y otras mejoras, el Equipo de Gobierno ha comentado que se va a conseguir un ahorro anual de más de 20.000 euros en consumo eléctrico. Las obras han contado con un presupuesto de 120.000 euros.
“Estamos haciendo lo mismo que hacen los ciudadanos, tratar de ser más eficientes y eficaces en la gestión de los recursos públicos, sin mermar los servicios que prestamos”, ha sintetizado el alcalde sobre estas necesarias obras.