Nueva sección en Petreraldía. La psicóloga Estefanía Valero abordará periódicamente asuntos que preocupan a los ciudadanos e inciden en su salud mental. Valero cuenta con máster en Psicología Clínica y Salud y con experiencia profesional en el ámbito de la psicología desde hace más de 7 años. En la actualidad, es psicóloga de Gabinete Veintinuno, ubicado en Elda, centro que ofrece servicio especializado en psicología y psiquiatría, siendo una de sus principales pretensiones revolucionar la intervención psicológica convencional convirtiéndola en algo más práctica y adaptada exclusivamente a cada persona.
¿Existe relación entre crisis económica, paro y salud mental?
Debido a la repercusión que ha tenido y todavía tiene la crisis económica en nuestro país, los especialistas en el ámbito de la salud mental mantienen que se ha producido un aumento de los casos de ansiedad y depresión. En este artículo he querido recopilar información, de forma objetiva, sobre la tasa actual de personas desempleadas y sobre los estudios que nos muestra la OMS (Organización Mundial de la Salud) para poder plantearos la siguiente pregunta: ¿existe relación entre crisis económica, paro y salud mental? A continuación planteo algunas cuestiones y os detallo algunos consejos que pueden ayudarnos a sentirnos mejor ante esta difícil situación.
Las cifras publicadas por la Encuesta de Población Activa (EPA), realizada por el INE cada trimestre para obtener datos sobre el mercado del trabajo, nos hablan de casi 6 millones de parados en España. Si además tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que para el año 2020, la depresión será la segunda causa de incapacidad del mundo, sólo detrás de enfermedades como infartos, insuficiencia coronaria o accidentes cerebrovasculares y que en España, la depresión es el trastorno mental más frecuente, con una prevalencia de entre el 5 y el 10%, es decir, entre dos y cuatro millones de personas, aunque los expertos estiman que podría haber hasta seis millones de afectados por esta patología, la mitad de los cuales no estarían diagnosticados, hablamos de que crisis y paro no afecta solo económicamente a las personas, sino que también tienen un impacto grave sobre la salud. Crisis y paro son, por tanto, factores de estrés, que además de trastornos depresivos, pueden provocar trastornos por ansiedad y de sueño.
Desarrollar un trabajo nos marca la pauta de cómo organizar nuestro tiempo, de nuestras relaciones sociales y sobre todo, nos facilita un valor social que nos ayuda a crear nuestra propia identidad personal, con la que podemos generar nuestras expectativas de futuro. Por eso, perder nuestro puesto laboral y no encontrar otro antes del tiempo que teníamos previsto, hace que nuestro estado de inactividad se prolongue y como consecuencia afecte a nuestra autoestima. Además, el paro incide negativamente en el bienestar personal, ya que las personas desempleadas tienen tendencia a perder la confianza en sí mismas, tienen dificultades a la hora de dormir, mantienen relaciones tensas en su hogar o con su familia, cuidan menos su aspecto físico, pierden el contacto con sus amigos y mantienen relaciones sexuales con bastante menos frecuencia. Todas estas consecuencias se incrementan conforme aumenta la duración de la situación de desempleo. Asimismo, cuanto más dura la situación de desempleo y menores son los sistemas de protección social, más se resiente nuestra salud mental.
Si tenemos en cuenta las expectativas de las personas desempleadas en función de la edad, la franja de parados que más se forma son los menores de 25 años. Este grupo inicia sus estudios, pero cuando terminan y valoran la situación actual de desempleo deciden continuar con otros estudios más específicos para mejorar su competencia curricular. Por otro lado, la situación para los menores de 34 años es diferente, ya que cuando llevan mucho tiempo buscando trabajo y no encuentran nada, muchos empiezan a experimentar un “sentimiento de desánimo” y a sentirse “desesperados” y optan por marcharse al extranjero a probar suerte, ya que no cuentan con la experiencia laboral que exigen muchas empresas y no reciben ningún tipo de subsidio por desempleo. Otros, aunque una minoría, elige emprender un nuevo negocio. Las personas con edades comprendidas entre los 45-54 años tiene dos años de subsidio por desempleo y tiene experiencia laboral por haber trabajado en años anteriores. Es el colectivo que mantiene una búsqueda activa de empleo, aunque muchos no lo consiguen.
La depresión afecta en igual porcentaje a jóvenes y adultos, según la OMS, sin embargo los síntomas que presentan ambos grupos son diferentes, por eso a los profesionales sanitarios nos suele resultar más complicado detectar esta patología en la gente más joven.
A la hora de enfrentarnos a esta situación, el apoyo de la familia y amigos desempeña un papel muy importante para ayudar a alguien con depresión, ya que son los que normalmente incitan a la persona con trastorno anímico o depresión a seguir una serie de pautas, a visitar a un profesional de la salud y a seguir un tratamiento adecuado, así como en la colaboración para poner en práctica técnicas de afrontamiento y tácticas para la resolución de problemas. Por lo que podemos afirmar que “las penas compartidas” son más llevaderas, a diferencia de las personas que presentan un “panorama desolador”, ya que les suele resultar más difícil encontrar soluciones.
Después de plantearnos esta situación de depresión a causa del desempleo, os preguntaréis: ¿que podemos hacer si tenemos a alguien cercano en esa situación o qué podemos hacer para sentirnos mejor con nosotros mismos? Para evitar que el problema se agrave en la persona desempleada y ayudarla a reincorporarse en el mercado laboral es recomendable fomentar sus relaciones sociales, vínculos familiares y evadirla siempre del aislamiento porque este resulta contraproducente. Asimismo, es muy importante realizar ejercicio físico para aumentar nuestra autoestima y reducir el nivel de estrés, tener un diario activo de búsqueda de empleo para mantener nuestra atención en lo realmente importante, mantenernos socialmente activos para conseguir más posibilidades de encontrar empleo, participar en actividades productivas y practicar actividades que nos resulten placenteras como puede ser leer un libro, escuchar música, practicar yoga, etc…
Para las personas que llevan mucho tiempo en situación de desempleo es muy importante trabajar el autoestima con técnicas de reestructuración cognitiva, es decir, modificar valores, creencias, cogniciones y/o aptitudes negativas de la persona por otros más adecuados. Si por el contrario, el problema persiste o comienzan a darse síntomas de una posible depresión se recomienda pedir ayuda profesional y no esperar al último momento, ya que cuanto antes se inicie un tratamiento será mayor su eficacia, porque hay procedimientos psicosociales y farmacológicos que han demostrado su utilidad.
Para concluir, el desempleo es un factor que causa depresión, pero….¿existen otros factores que influyan en los síntomas depresivos o en nuestro estado anímico? Lo veremos en la siguiente publicación, en la que hablaremos de cómo influye la primavera en nuestro estado de ánimo.
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Una nueva sección muy interesante. Bienvenida 🙂
Gracias Ana!!
Gracias por la nueva sección. Espero y deseo que sea de gran ayuda. Un saludo.