̶ Creo que no sólo se consigue poesía
desde la tristeza
sino también a través de las cosas bonitas
de la vida, ¿no crees? – ,me dijo.
Yo no contesté.
Qué podía decirle a una mujer
amamantada por la tinta
de centenares de libros,
mecida por sus letras
y acunada entre los versos…
De haber sido valiente
le hubiese propuesto
quedarse conmigo
en la ciudad donde
la noche es oscuro fuego
y las calles arden
y los muertos pasean levitando…
Le hubiese hecho ver
que ahí afuera ya no queda NADIE,
que esta habitación de pensión
de 20 € la noche
es el refugio de la esperanza
pues en un acto de fe y justicia
DIOS ha exterminado a la humanidad
dejándonos a NOSOTROS:
sublime divinidad /
simple mortal.
La imagino
sentada en la cama,
sonriendo tímidamente
sin decir nada
y su silencio
es mi melancolía.
Yo me arrodillo en el suelo,
ella me mira fijamente.
…
Ahí está la muerte.
̶ ¡Oh, a esto se refería Pavese! –
calmo y paz…
̶ ¡Ámame esta noche! – ,
le susurro
mientras agasajo su cuello
con mi boca
…
Se afila su columna
y su piel es candente escarcha.
El púlpito inmóvil
bajo las lunas andaluzas
de sus sieneses ojos
suspiran en voz baja,
observan mi pasado,
perdonan mis errores…
̶ ¡HABE MISERICORDIAM! –
…
Su alargada sonrisa
consiente que el vaho
de mi boca
sople entre sus dientes
y la puerta carnal
que son sus labios
queda entreabierta…
Acaricio el velo renacentista de su piel
y su rostro acompaña a mi mano
hasta besarla.
Rozo mis labios con los suyos,
se cierran sus ojos
y su lengua me otorga el beneplácito
de componer la sinfonía
en su interior…
Se derrite nuestra ropa
y avivan nuestros cuerpos …
110 centímetros de lunas
menguando al descubierto.
̶ ¡Oh, Dios mío! -,
vuelvo a ser una criatura indefensa
a merced de la vida y la CARNE PURA …
Déjame caer
en la tentación…
Con tiento
mi filo desnutrido
y mi boca hambrienta
requieren el tacto
del jugo carnal
y su traslúcido néctar…
frágiles
gemidos
– «mmmhhhhh….» –
que nos liberan de la culpa
y nos hacen eternos.
̶ No te vayas mañana, amor mío –
permanece en esta cama para siempre.
Sus dientes pelean contra sus labios
y se cierran sus ojos
sugiriéndome así
navegar más abajo…
Deambulo en procesión por sus costados
mordiendo su CARNE
a cada paso
hasta llegar al epicentro
de su VIENTRE
donde reposo…
Se arquea su nuca,
su frente toca el cabecero
y su boca se abre hacia dentro:
̶ «Adelante…,bésame» – ,
clama con calma al cielo.
̶ Amén – , pienso en sus adentros…
Se encogen sus puños
mientras la dialéctica
de mi músculo
recita para ella
una oda con versos de arte mayor
̶ «mmmmmmhhhhh…..» –
[…]
̶ «Vuelve arriba» – ,
me dice mientras me mira.
Regreso hacia sus labios superiores
deteniéndome en las cumbres
para libar sus cimas de cristal y mármol
antes de ser yo quien repose sobre la sábana.
Su cadera gravita ahora sobre la mía
y se alza ante mi
¡LA HUMANIDAD!
̶ Estoy a tu merced
e imploro llegar hasta EL FINAL – …
Que se termine aquí este poema
y el mundo sucumba a la NADA
después de 8 horas
de sudor,
saliva,
suspiros,
sexo,
amor
y lágrimas
para que esto siga siendo
SÓLO NUESTRO..
[…]
Tú te irás sin saber de mi
pero en mi imaginario
he vuelto a VIVIR contigo
entre los muertos.
He leido todos tus poemas y cada vez me tienes mas enganchado.La sensualidad a flor de piel, magistralmente expresada, aunque siempre con atisbos de una cierta tristeza y de un gran desencanto.
A veces una tristeza tan real como la vida misma.
! Adelante y no te desanimes ¡
Gracias, Luís. Me alegra saber que aunque a veces me exceda en metáforas para estimular el imaginario de los lectores/as se entiende lo que digo.
Y sí, la tristeza que intento trasmitir es real, como la vida misma al igual que la fantasía, la ironía, el sarcasmo…
Esperamos seguir teniéndote como lector y visitante de Petreraldia.