̶ Déjame ver algo más que tu ombligo,
donde desembocan las gotas
que esparcimos-, le dijo.
En su perfil bueno
la cobriza LUNA llena
de celibato
esconde la CARNAL aventura
de la fantasía.
Basta con un «plano medio corto»
que termina un centímetro antes
de llegar a los pezones
para imaginar
que el SUDOR y la saliva
riegan el largo velo de trigo
posado en la cama
como si se tratase de una obra de ARTE
y los TRES labios
de los dos AMANTES
se desgastan a mordiscos.
En la era de la POSMODERNIDAD
la Generación X
folla
con el NIHILISMO
en un acto de rebeldía contra el racionalismo
mientras éste le susurra
«Rape me, rape me, mi friend»
La era de la posmodernidad
es una época OSUCRA y húmeda
como la habitación que encierra
a los animales descontrolados:
El «Cabaret Desiré» de Erika Lust
como decorado de «La sociedad Juliette»
donde Shasa Grey y Kurt Cobain
tararean, mirándose a los ojos, «Something in the way»
Hombres y mujeres en una bacanal
dan rienda suelta a sus instintos
-¡Dios ha muerto!- grita Maiakovski a lo lejos.
Violines afinados traspasan lo agudo
y se entremezclan con los orgasmos.
Hermosa melodía que se asienta en mi retina
junto al aroma a decadencia que embriagaba
mis PUPILAS gustativas.
Hemingway se bate en un ring de boxeo
improvisado contra su heredero
y Bukowski nunca ha perdido una pelea.
Alea iacta est
(La suerte está echada)
Los golpes se suceden
y la sangre llega hasta la esquina
izquierda donde Ian se refugia asustado.
En la era de la POSMODERNIDAD
habitar entre los vivos es una condena
y sólo se es feliz apartando el rol de «poeta»
para poder navegar, sin carga,
MÁS ALLÁ de la NADA.