Nota: Artículo publicado originalmente en la Revista Festa 2004.
Dejamos atrás la ermita de Catí. Bordeando la umbría de Collia, descendemos por una senda alfombrada de raíces y de un cíelo azul que de forma intermitente es cubierto por el espesor del verde pinar, El estrecho camino, por su margen izquierdo y casi ocultado por la maleza, nos acerca a un pozo de nieve. Siguiendo la ruta con inclinación hacía la derecha descubrimos el fondo de Catí, donde se encuentra el centenario castaño de Indias y la conocida casa de la Administración.
Notas históricas y constructivas
Por su proximidad con la casa, el pozo citado es conocido por el pou de l’Administració. Se encuentra a una altitud de 860 metros sobre el nivel del mar. Por motivos de seguridad la zona se encuentra vallada, ya que su estructura está en avanzado estado ruinoso, derrumbada prácticamente la totalidad de la cúpula. La carencia de una normativa valenciana específica de protección y conservación ha puesto en un avanzado peligro la desaparición de un patrimonio de interés cultural y educativo. Hasta el año 1997 todavía se encontraba en un buen estado de conservación.
El registro de Monóvar en el tomo 211, libro 31 de Petrel, folio 186, ejercida el diez de abril de 1876 hace referencia a la finca de la Administración:
«…casa de labor sin numero de policía, corral para encerrar ganado y era de trillar contigua. Y la mitad de un pozo para colocar nieve,..»
Según parece no era el único que existia en la zona, ya que en el Barranc del Badallet. en las inmediaciones de la rambla que nace precisamente en la finca de la Administración y va a parar al Pantanet. existía otro que el tiempo ha conseguido su desaparición y la memoria su olvido Pero el registro de Monóvar cataloga una propiedad con el numero 3.839, tomo 467, libro 60 de Petrel, folio 49 vuelto, ejercida el 18 de julio de 1891, cita la siguiente referencia:
«Pieza de tierra secano inculta, destinada a pastos, en término de Petrel, partido de Cati, punto de Badallet, su cabida de cinco hectáreas, setenta y seis áreas y cuarenta y ocho centiáreas; dentro cuyo perímetro existe una casa y pozo de colocar nieve.»
El pou de l Administració todavía se conserva en parte. Fue edificado en torno a los siglos XVII y XVIII. El sistema de construcción que empleaban empezaba por la parte que sobresalía de la superficie de planta circular. Cuando excavaban el suelo, la pared iban revistiéndola de mamposterla. La cubierta disponía de tejas, ya que en sus inmediaciones se han hallado tejas árabes, era una falsa bóveda reforzada en su interior por un arco que también es de mampostería, apoyado sobre dos de los cuatro contrafuertes exteriores. La techumbre circular disponia de un grosor irregular de 70 cm., el diámetro interior es de 8.70 metros, con una profundidad que ronda los 5,50 metros. La capacidad de depósito oscilaba entre 325 a 355 metros cúbicos.
Acopio de nieve y suministro de hielo
Para la recolección y almacenamiento de la nieve preparaban el terreno allanándolo y eliminando la vegetación y las piedras. Se recogía de madrugada por los nevateros con palas y azadones llenando los capazos, que luego vertían en el interior del pozo. Para facilitar su aislamiento, cubrían el suelo y las paredes con paja de arroz y arpillera. Para presionarla utilizaban mazos de madera con un mango central, también utilizaban los pies para prensar la nieve hasta convertirla en hielo y alcanzar un nivel uniforme. Sucesivamente se colocaban nuevas capas de paja que ayudaban a su conservación. El nevero dispone de orificios o puertas de acceso, de un metro aproximado de anchura, situadas al sur, este y oeste (aunque esta última ha desaparecido tras el derrumbamiento). Una vez lleno el depósito era tapiado para que se produjera el menor deshielo posible, se recubría con ramajes de pino y de paja de arroz, finalizaban la tarea sellando de piedras de tamaño proporcionado.
El almacenamiento de la nieve de Catí fue una actividad industrial que abastecía a la población para la elaboración y consumo de bebidas y helados, para la conservación de alimentos y para una dudosa utilización terapéutica. Pasado el invierno, con el síntoma de los calores de la primavera, a primeras horas de un nuevo día y con la iluminación de la luna llena les abrían las puertas. Los campesinos en su interior picaban el hielo para su extracción, mediante una polea situada en un travesaño encima del orificio, sacaban el hielo al exterior. A las porciones de nieve se les daba forma mediante un molde. Para evitar el deshielo se protegía con paja y envueltos con mantas muleras, se cargaban a lomos de animales de carga, en dos bloques, uno a cada costado del mulo; a los animales e les protegía del frío mediante gruesas mantas. Durante su traslado por las sendas que conducían al pueblo, se alumbraban con antorchas de fuego. Los días de más calor se corría el riesgo de que los fragmentos se derritiesen en una cuarta parte de su grosor, con antelación a su venta, con las consabidas pérdidas económicas en su función comercial. El ayuntamiento de Petrer sacaba a concurso público el suministro de hielo. El archivo municipal, en el lejano 34, conserva un documento revelador, fechado el catorce de mayo de 1848. donde clarifica la normativa a seguir y el compromiso de abastecimiento de agua helada por parte de los vendedores o abastecedores:
1º- Este arriendo tendrá la duración desde el día primero deI entrante junio hasta el 30 de septiembre del corriente año.
2º- Será obligación del abastecedor tener abastecido a este vecindario de nieve o hielo de buena calidad sin que pueda faltar por más de dos horas de mañana que si llegan a tres incurrirán en la multa de 15 reales, 30 reales si llegan a cuatro, si a cinco horas cuarenta reales y así progresivamente.
3°- Es condición que tanto los vecinos como forasteros que se establezcan en esta villa con residencia fija o ambulatoria para vender agua helada deberá comprar la nieve o hielo al abastecedor bajo multa de 15 reales y este estará obligado a ello siempre y cuando su fin sea necesario para el consumo publico.
4º- Y último. El arrendador deberá presentar la competente fianza a satisfacción de los señores del ayuntamiento y pagado los derechos del expediente…»
A comienzos del siglo XX surgen las primeras fabricas de hielo industrial. Los compresores de amoníaco abaratan los costes, ya no es necesario subir a las montañas para su elaboración. El hielo es fabricado en las ciudades. cerca de los consumidores y los camiones sustituyen a las mulas para su transporte. Los ancestrales pozos de nieve, en cada localidad, pasan rápidamente a engrosar la lista de profesiones no rentables; por esta circunstancia algunos pueblos dejan de percibir una importante fuente de ingresos.