Observando. Es preocupante que la corrupción sea noticia permanente en los medios de comunicación. El fenómeno se generaliza y poco a poco abarca personajes de todos los partidos que “tocan” poder; y se configura de forma transversal con sujetos de diversos partidos enfrascados en la misma trama corrupta. La situación puede resultar tan deprimente que nos lleve a la conclusión de que vivimos en un País de tontos y la cosa no tiene remedio, aquí los cuatro listillos hacen su agosto cuando les toca o pueden y la inmensa mayoría a sufrir los expolios.

Reflexión. No es cierto que todos los políticos de España sean corruptos, más bien todo lo contrario, la inmensa mayoría de ellos son personas honestas, es un dato puramente estadístico. No es ni bueno ni justo que a todos ellos los metamos en el mismo saco. Esto hará que las personas de valía se alejen de la actividad política y solo se dediquen a ella los mediocres o ineptos cuando el Estado es el Gran Gestor que administra los recursos y los esfuerzos de todos sus ciudadanos. Precisamos de los mejores para esta labor.

Causa. Es evidente que las leyes y los controles que regulan el uso de la autoridad que a los representantes populares les hemos confiado no funcionan y tendrán que ser revisados y renovados. Pero ¿se generaliza tanto la corrupción solo por este fallo de regulación? Mi criterio es que existe además otro fallo tan importante, si cabe, que el referido y es la moral social de los ciudadanos que en el fondo no condena con la gravedad que corresponde este delito. Entre otros más graves, uno de los resultados de este mal social es que la parte sustanciosa de la carga correspondiente al corrupto la paga la Sociedad, quedando ésta todavía más castigada, jodida y apaleada. En España sale muy barato delinquir, y más aún si se trata de robar al Estado.

Raciocinio. De alguna forma los ciudadanos estamos obligados a presionar para que nuestros políticos adquieran la conciencia clara de que precisamos leyes justas pero severas, y sobre todo de la voluntad política de aquellos para que se apliquen y cumplan. Un inicio de solución podría ser votar al menos con la racionalidad con que hacemos la quiniela de futbol y no con la irracionalidad con la que contemplamos el partido.