Hace unas semanas, la Asociación de Amigos del Valle de L’ Avaiol recibió la visita de seguimiento del proyecto VOLCAM y tuvimos la posibilidad de reunirnos extraordinariamente casi todos los miembros de la misma y comentar el progreso en la tarea que venimos realizando, resultando un día muy agradable. Para otro de los allí presentes, Andrés Javier Beltrá Juan, también lo fue, y nos ha enviado este escrito para hacernos partícipes de su experiencia…
Mi viaje a L’Avaiol
Fui a L’Avaiol con Tomás en su coche y también iba Juan Carlos y después fuimos a por Alex y su hijo Víctor, y también a por sus sobrinos Irene y Mario.
Llegamos a la casa de la familia Villaplana y todos nos estaban esperando porque tardamos un poco en llegar. Luego nos fuimos a pasear con un coche antiguo que parecía un tanque. Era un coche muy grande y cabíamos casi todos. El conductor se llamaba Luis y nos dejó cerca de la montaña para ir a caminar.
Alex y Tomás limpiaron los cristales del escondite para ver los animales y hacer las fotos. Me lo pasé muy bien y vi una ardilla, un arruí, un ave y también más animales distintos. Cuando terminamos eran las once y almorzamos todos juntos: Pablo, Carmen, Antoñín y su hijo Toni y Alejandra con el grupo. Almorzamos bocadillos, papas, longanizas secas, salchichón y más cosas que había en la mesa.
Más tarde fuimos a pasear otra vez con el coche antiguo. Éramos más de diez para ir a ver a los arruís, cómo comían. Después nos fuimos más lejos cantando canciones como, por ejemplo, La botella de ron y otras canciones nuevas.
Después Pablo y yo hicimos un baile para disfrazarnos de romanos y un vals. Todo el mundo nos hacía fotos y Alex se quedó embobado mirándonos y todos nos decían: «Bravo, bravo…».
Alex me dijo:
– «Qué bien bailas, ¿cómo has aprendido?».
– «No se lo digas a nadie en el salón», le contesté yo.
Luego recogimos y nos fuimos a casa de Helios. También subí a lo más alto del árbol con Mario y Alex, los tres juntos. Tomás y Pablo se quedaron abajo hablando de los animales que habíamos visto. Después vimos las fotos que habíamos hecho. A todos les gustó las que yo había hecho.
Es precioso el campo de los Villaplana con sus montañas y paisajes. Todos me ayudaron para que no me cansara y me volví a subir al árbol yo solo. Pablo y Alex me enseñaron. Me decían:
– «Andrés, el pie derecho aquí y el otro sentado».
Todos se quedaron en el árbol conmigo y hablamos de cosas. A los veinte minutos comimos. Eran las tres de la tarde. Yo me comí un bocadillo de catalana y torta de manteca, y de beber una fanta de limón.
Más tarde me fui a cenar al Plexiglás con Tomás y Alejandra. Cenamos una ensalada y unos puntos.
Yo les dije:
– «Os invito a cenar, ¿vale chicos?».
Después me quedé un rato con Alex y Tomás en el bar de mi hermano Vicen, y también estaba David.
Y luego me fui a mi casa para descansar del viaje a L’Avaiol.
¡Hola, Andrés! Me alegro de que te lo pasaras tan bien aquel día. A ver cuándo repetimos… Un beso grande y hasta la próxima. Patri.
Desde luego Andrés que fuiste el mas animado y divertido de todos los fotógrafos que aquel dia estuvieron en L`Avaiol.
Ya lo sabes, cuando quieras ¡ repetimos !
Por fin he podido leer la crónica de tu viaje a L´Avaiol, y ciertamente como cuentas, lo pasamos todos muy bien: haciendo fotos, preparandolo todo y disfrutando de estar juntos. Eres un máquina Andrés!! y nos alegra mucho haber compartido contigo esta experiencia en la naturaleza. Besos y hasta pronto