A finales de verano tuve la ocasión de observar de cerca a las urracas,y cómo no, de fotografiarlas. Se trata de aves muy extendidas por toda Europa y parte de Asia, a las que no les gustan los bosques densos y las alturas- suelen vivir por debajo de los 1500 metros- . Su alimentación es omnívora, comen sobre todo insectos, grano, carroña,… Se ha comprobado que son aves de gran inteligencia y que tienen debilidad por los objetos brillantes, que a veces coleccionan en sus nidos.
Las urracas no dudan en agruparse para ahuyentar a los depredadores, a los que increpan y molestan malogrando su ataque. Crían en primavera poniendo de cuatro a seis huevos que nacen en veinte días; tras un mes aproximadamente de alimentación paterna empieza la independencia de los pollos. Ocasionalmente el críalo parasita y por tanto malogra los nidos de urraca, lo que sirve para evitar la superpoblación de esta. Pertenecen a la familia de los corvidos y, a pesar de su mala fama, lo cierto es que es beneficiosa por su alimentación, ya que ayuda a controlar plagas de insectos.
Casualmente una pareja del grupo que pude observar, era perseguida incansablemente por dos críalos siempre hambrientos, y aunque a veces lo que recogían eran picotazos, no cesaban de pedir comida, que también recibían.