Antes de nada, quiero agradecer a mis cuñados Miguel y María del Mar dejarnos su casa de Pilar de la Horadada para pasar un fin de semana mi familia y yo. Da la casualidad que las Salinas de San Pedro del Pinatar están a cinco minutos y claro, yo no podía dejar pasar una ocasión como aquella. Para cuando se querían levantar los dormilones, estaba yo de vuelta con unos pocos kilómetros andados y unas cuantas fotos en la tarjeta de mi cámara. Todas son de aves que viven, comen y crían en estrecha relación con las Salinas, de ahí sus formas de los picos, patas, etc.