Hoy, jueves, 21 de febrero, ha fallecido Maruja Verdú Navarro, popularmente conocida como «Maru, la de la Guardería». Fue la primera directora de la única Escuela Infantil pública que hubo en Petrer durante muchos años. El pasado 3 de enero cumplió 78 años y su salud desde hace un tiempo se había resentido considerablemente. A lo largo de su vida Maruja Verdú se caracterizó por su entrega a los demás. Cristiana convencida ejercía constantemente de ese ideario. Pertenecía a la HOAC y a las Comunidades Cristianas que tan buen papel jugaron en la transición española de la dictadura a la democracia.
En septiembre del año 2003 la revista Petrer Mensual publicó una entrevista de Concha Romero en la que contestó con claridad sobre su trayectoria ciudadana. Probablemente, fue la única entrevista que se publicó en un medio de comunicación escrito.
«Soy rica. Rica en amigos»
Entrevista por Concha Romero- septiembre de 2003 (revista Petrer Mensual nº 33)
Si preguntamos por el nombre y apellidos de esta mujer, quizás muchas personas no saben de quién hablamos, en cambio, si decimos «Marujita la de la guardería», la van a reconocer de inmediato. Son diminutivos como el de «Don Antoñito» o «Luisito, el médico», entrañables, cercanos, y que definen la particular idiosincracia de un pueblo que se resiste a perder sus raíces y su identidad. A Marujita o Maru, como la llaman sus amigos, se la conoce popularmente con este apelativo porque estuvo al frente de la escuela infantil «Virgen del Remedio» durante veinte años, pero anteriormente desarrolló variados y distintos trabajos como aparadora de calzado, auxiliar de farmacia, dependienta y secretaria en el colegio Sagrada Familia.
De todos estos oficios y del contacto con las gentes le ha quedado un gran poso de humanismo y cordialidad que hace aflorar en cada momento una sonrisa fácil en su rostro alegre. Pero al margen de su faceta en el mundo laboral, también ha trabajado con la finalidad de mejorar su entorno, su comunidad, desde su compromiso con la Iglesia, desde su creencia religiosa, participando en actividades, luchando por y para ofrecer más bienestar a los que lo necesitan en una sociedad que ha cambiado de forma vertiginosa en las últimas décadas y que sigue transformándose, pero que no aporta soluciones a las grandes desigualdades sociales y laborales.
Hace casi treinta años fundó la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y desde hace cuatro trabaja en la asociación local de cuidadores de personas mayores «Vivir». Todo esto le ha dado sus frutos y ha conseguido amasar una verdadera fortuna personal. Es una riqueza que no cotiza en bolsa y que tampoco se devalúa, en cambio cada día le da más dividendos. Su patrimonio son sus amigos, su gente, son los padres de los niños de la guardería y sus hijos, y sus primos y todo los clanes familiares que han llevado a su prole a esta escuela infantil dinámica y que tan grato recuerdo ha dejado entre los que la conocieron y visitaron. Centenares de personas conocen y quieren a Marujita «la de la guardería», y esto, dicen, es una riqueza que jamás se extingue. Desde primeras horas de la mañana sus amigos conviven con ella, entran y salen de su casa, comen juntos, celebran infinidad de pequeños y grandes acontecimientos, se van de viaje, la buscan, la arropan, la quieren y se lo hacen saber. Y todo esa energía humana impregnada de cariño y de solidaridad, la va envolviendo y la nutre como si de una potente vitamina se tratara.
Ella vive sola, pero paradojas de la vida, siempre está acompañada. Su casa de la calle La Huerta es un hogar de acogida para muchas personas que pasan por allí y residen, en ocasiones, durante varios meses. Entran y salen continuamente, porque la puerta siempre está abierta y las llaves permanecen en la cerradura, incluso tiene repartidas, por esa calle tan petrolanca, hasta nueve copias. Y ese cariño y esa solidaridad que circula por la casa han generado una sutil atmósfera que invita al descanso, a la paz, en un ambiente que acoge, que arropa. Hasta las flores de su cuidado y pequeño jardín lucían un aspecto de frescura impecable bajo un sol de agosto abrasador que no logró deslucir la policromía centelleante de unas plantas a las que las trata con el mejor abono del mundo: el afecto y el cariño.
PREGUNTA.– Naciste en Petrer y eres hija única. ¿A qué se dedicaban tus padres?
RESPUESTA.– Sí he nacido en Petrer, el 3 de enero de 1935. Mi padre era zapatero, estuvo siempre en la sección de la mecánica, trabajó en muchas fábricas, en Petrer, en Alfonso, y en Elda en muchas,la última en Porta, allí se jubiló. Mi madre fue una mujer especial, miraba la vida y la interpretaba, y decía lo que pensaba de ella. Comenzó a los 72 años a hacer poesía y esto le ayudó mucho a expresar lo que sentía. Era una mujer muy organizada y muy austera y siempre confío en mí, en todo momento. Ella tuvo una gran voluntad de aprender siendo una mujer ya mayor. Cuando yo estaba en la Sagrada Familia se crearon las «Aulas de la Tercera Edad» y allí revivió, aprendió muchísimo. Tanto el profesor Salvador Pavía como la directora en aquellos momentos, Ana Vera, la apoyaron mucho. También Paco Mollá la animó y la incentivó a que continuara escribiendo sus poesías, cosa que la hacía vibrar de alegría.
P- Esas poesías se han recopilado en un libro editado hace algunos meses.
R.– Ella escribió en los últimos años de su vida muchas poesías, poesías que yo llamo sentidas, con mucho sentimiento y todo esto estaba en un cajón. Un día pensé «cuando yo me muera todo este material irá a parar al cubo de la basura» y decidí que tenía que hacer algo para evitarlo. Se editó un libro precioso con ilustraciones de María José Soria, dibujos de plantas y flores que mi madre adoraba, con la colaboración inestimable de Patricia Navarro y una presentación de lujo que nunca hubiera soñado de nuestro amigo Jesús Ángel Rodríguez Martín, que se desplazó desde Canarias para estar con todos nosotros. En fin, fue algo inolvidable y que en definitiva ha permitido recuperar el legado poético que con tanta ilusión y esmero dejó mi madre escrito.
P- Eres una mujer de fuertes creencias religiosas, comprometida con la Iglesia. La presencia de tu tío, el sacerdote Jesús Navarro Segura, conocido popularmente como «Don Jesús, el Vicari» influyó en tu forma de ser y de estar en la vida.
R.– Tanto mi tío como mí tía fueron muy importantes para mí, fueron como mis segundos padres, pero fue más decisiva la presencia de mi madre que era una mujer muy religiosa, a los catorce años yo ya estaba en Acción Católica y no he dejado de estar, toda una vida.
P.- ¿Cómo se crea la HOAC?
R.– La HOAC es una rama de Acción Católica, es la rama obrera. Yo pensaba que había un sector de la Iglesia y de la sociedad que estaba muy desatendido por los cristianos, en aquel momento yo era secretaria de Acción Católica, entonces decidí que había que hacer algo más, como cristiana y como trabajadora que soy y se creó este grupo. La HOAC analiza constantemente la realidad que tenemos e intenta dar respuesta a esa realidad, esto es el planteamiento básico que tenemos.
P.– Es un colectivo que no ha crecido, no se ha renovado. ¿Cuántas personas lo componen y por qué se mantiene igual que en un principio?
R.-La HOAC se creó hace veintinueve años, poco antes de la Transición, aunque la HOAC existe a nivel nacional desde el año 1946. Yo hice un cursillo apostólico en Valencia y para mi aquello fue todo un descubrimiento, descubrí que ese era mi camino y a la gente que tenía en esos momentos alrededor le fui transmitiendo esa forma de ver las cosas y la necesidad de dar respuestas a muchos problemas. En Petrer la HOAC está formada por doce personas y no se ha ampliado el colectivo porque la gente joven, en general, pasa de todo. A nosotros esto nos pilló ya mayores y nuestra relación es con personas de nuestra edad, los jóvenes les cuesta integrarse y trabajar. Yo veo que la juventud se comprometen en acciones puntuales, esporádicas, por ejemplo lo de Galicia, la guerra de Irak, alguna manifestación, pero no hay un movimiento continuo.
P- Qué opinas sobre este tema, el de la juventud. Quizás a los que vivimos todo el proceso de la Transición y aquel tiempo de tantos cambios políticos y sociales, con reivindicaciones, protestas, manifestaciones, con aquel espíritu de lucha y de esperanza por crear una sociedad más justa, nos parece que la mayoría de jóvenes están como dormidos, aletargados, al menos una mayoría.
R.- Yo pienso que la sociedad ha hecho cambiar los valores de las personas y esto influye mucho. Hoy en día lo importante es tener cosas, cuantas más mejor y cuando se entra en esto ya no puedes preocuparte de nada más, estás inmerso en un circulo que te va absorbiendo por completo y ya ni piensas. ¿Qué es lo que pasa en Petrer con la fiesta de moros? La fiesta es un cosa que da satisfacciones pero no compromisos, al menos no compromisos personales, hay mucha gente que trabaja durante todo el año para obtener después una satisfacción que desaparece cuando la fiesta termina. En cuanto a la gente joven, pues no se compromete, no quiere, y eso marca una forma de vivir.
Mi tío siempre decía que estamos inmersos en una cultura de comprar, comprar, comprar, comprar. Él era un hombre muy austero, mucho, a él le sobraba todo, y te cuento una anécdota que recuerdo muchas veces.
Cuando se tuvo que venir a mi casa porque estaba muy mayor y ya había fallecido su esposa, él todavía celebraba la eucaristía en su casa donde acudíamos muchas personas, bueno pues como te decía, él se instaló aquí y el primer día me dijo que necesitaba una percha pequeña para colgar la sotana y el gorro al entrara a casa, yo le dije que iría al día siguiente a la ferretería a comprarla. Me contestó que no hacía falta «Tú soles vol que comprar, comprar, no fa falta, yo la fare». Y él mismo la fabricó, era muy manitas, con una maderita y un hierro al que le dio forma, un hierro que recogió de un carrito de niño, confeccionó una pequeña percha que estuvo colgada detrás de la puerta durante los cinco años que permaneció en mi casa. Tenía un banco de carpintería con todo tipo de herramientas, hacía todos los trabajos, igual era pintor que electricista que albañil, que fontanero, cortaba, cosía, era autosuficiente. Esto hoy en día lo hace una minoría, todo se basa en el consumismo, en usar y tirar.
P.– Don Jesús era ante todo un agricultor metido a cura, un hombre de Iglesia con un carisma importante. Yo no lo conocí personalmente pero me han contado que la gente de Petrer lo quería mucho.
R.- Sí, es verdad, fue muy querido y como tú decías fue un agricultor nato. Los agricultores de aquí del pueblo le decían «Pero com es posible que mosatros llauraos de tota la vida no mos ichen els coyites com a vosté, vosté lo que fa per la nit es tirali aguia bendita». Él regaba, cavaba, sacaba las hierbas, lo hacía todo.
P.– ¿Y dónde cultivaba sus hortalizas?
R.– Nosotros teníamos un terreno situado donde hoy se encuentra el Polideportivo Municipal, cada hermano de mi madre tenía su parcela. La nuestra, concretamente la que perteneció a mi madre la vendimos cuando a mí me operaron de la espalda, mi madre decía que ella no estaba acostumbrada a deber nada a nadie, y así se decidió. Allí teníamos todo tipo de árboles frutales, habían ciruelas, manzanas, albaricoques grandes, pequeños, peras, había también almendros, alguna noguera creo recordar, melones, todo tipo de hortalizas. Mi tío siempre cuidó mucho la huerta. De la Capellanía de la iglesia a la que pertenece la finca de la Casa Cortés, habían terrenos en la urbanización de la Canal, también en donde antes se ubicaba la fábrica de Herrero, en la Avenida de la Bassa Perico, desde la zona donde está la casa de Pascual Román para abajo todas esas tierras eran de la Capellanía, y ahí es donde mi tío más plantaba. Al principio iba con una Mobylette, al menos de tercera mano, después con piezas que sacaba del desguace se hizo una moto, después tuvo un Biscuter y de ahí pasó a comprarse una Berlina de segunda mano y ya después un coche. Era un manitas.
P.- Todo esto que me estás contando de la huerta es un tiempo que ha pasado porque Petrer ya no tiene cultivos, al menos en su parte más cercana al casco urbano. La transformación ha sido llamativa y más en los últimos quince años. Esto de que estamos perdiendo la identidad como pueblo es algo que se comenta mucho, también estamos absorbiendo gentes de otras poblaciones que no les importa nuestra cultura, nuestras costumbres y que viven entre nosotros pero sin involucrarse para nada en la población.
R.- Yo pienso que estamos viviendo en unos tiempos de apertura y de cambios muy radicales, cambios que se dan de un día para otro y en esto han influido mucho los medios de comunicación. También se piensa poco, parece que todo vale, y que todo nos lo tengamos que tragar. Es difícil cambiar las cosas, nosotros desde la HOAC vemos la realidad, la analizamos e intentamos dar respuestas a muchos problemas que se plantean. A veces es tan poco lo que se puede hacer. Pero el cambio, la verdadera transformación la hace el individuo desde el interior, con un cambio de actitud.
P.- Me decías que tú te consideras, principalmente, una mujer trabajadora.
R.- Sí yo me considero ante todo una trabajadora. Comencé a trabajar a los 13 años haciendo zapatos, siete años después don Luis Sempere, el médico, me buscó como auxiliar de farmacia de José Luis Marco, y como ya tenía problemas en la espalda decidí dejar los zapatos. En la farmacia estuve cinco años. Después me buscaron nuevamente como dependienta en la panadería de Carmelo, ahí estuve ocho años. Durante este tiempo me intervinieron quirúrgicamente de un problema en la columna que me ocasionaba muchos dolores. Tuve una recuperación dolorosa que duró catorce largos meses, don Emiliano Bellot ayudó mucho a mi familia, que en aquellos años no disponía de una buena posición económica. Fue una prueba difícil de superar pero me sirvió de ayuda para comprender muchas cosas de la vida. Tras esta etapa, reanudé en casa el trabajo con los zapatos pero el Padre Parra me vino a buscar y me pidió que me hiciera cargo de la secretaría del colegio «Sagrada Familia», todos los de Petrer me conocían y como allí estaban mis primas Carmen y Paquita Llorente, que me decían «tía», pues fui la tía de todos los de Petrer, allí estuve durante cuatro años y finalmente otra vez fueron a buscarme para llevar la guardería en donde me jubilé con 60 años. Allí estuve veinte años.
P.- Los distintos trabajos que has desarrollado te han permitido conocer a mucha gente. Me cuentan que tienes muchos amigos.
R.- Pues sí, tengo amigos aquí, allá y en la Cochinchina. Yo me considero una persona muy rica, rica en amistades, tengo muchos amigos, portadas partes, de mi paso por la guardería, con los padres, con los hijos que ahora ya son mayores, de mi estancia en la Sagrada Familia, con los profesores, habían de Alicante, de Novelda, de Elda, con todos mantengo contacto, mi paso por la panadería de Carmelo también me permitió una comunicación muy cercana con muchas familias de Petrer, todo esto me ha enriquecido como persona, me ha aportado mucho y la verdad que estoy feliz de tener a mi lado tanta gente que me aprecia y que me lo demuestra.
P.- Y de todas estas personas que has ido conociendo a lo largo de tu vida laboral y social, hay alguien que te haya marcado o impresionado, de la que tú has aprendido más, o de tus lecturas, porque eres una gran devoradora de libros.
R.- Para mí el rumbo lo ha marcado Jesucristo, yo a veces estoy leyendo un libro y veo muchas semejanzas con la palabra de Jesús, porque ese autor tiene el mismo planteamiento y nos transmite el mismo mensaje. Ése ha sido para mí el camino, lo que fundamenta mi vida y le da sentido es mi fe. Yo intento ver y vivir la vida desde el mensaje de Jesús de Nazaret. Esto es básico para orientar mi compromiso con la Iglesia y con la sociedad, y no es ésta una afirmación para ponerme en un pedestal, ni mucho menos. Tengo muchos fallos y deficiencias a montones pero quiero explicar la motivación, lo que da sentido a mis criterios y a mi quehacer. Me gustaría mucho poner mi grano de arena en la transformación del mundo, por lo menos en este pequeño mundo que me rodea. Colaborar con otra mucha gente de buena voluntad que quiere lo mismo para que vayan renaciendo los valores humanos que son también los cristianos y que hoy están escondidos a bastante profundidad.
Una gran pérdida, sin duda, para el pueblo de Petrer. Personas como ella nos hacen mucha falta. Siempre tuvo un espíritu joven, lo que le ayudó en su lucha incansable, en favor de los demás.
Hoy es un día triste. Muy triste.
Maruja descansa en paz. Desde siempre has sido un ejemplo de mujer entregada a los demás, solidaria, cordial, una bellísima persona, buena y solidaria. Gracias. Tu recuerdo y tu semilla queda con nosotros. Florecera.
Coherente, luchadora, incansable, solidaria…. una MUJER de la que aprender, una mujer que ha conseguido reunirnos en su despedida a todas y todos desde nuestra diversidad de pensamiento y lucha.
Descansa en paz compañera.
Agradezco la publicación de esta Entrevista porque es el reflejo de una GRAN PERSONA cuya vida ha dedicado a los demás con la alegría y la sonrisa que siempre la acompañaba.
Maru, fué amiga mia, siempre hemos mantenido una excelente amistad.
En su marcha reconozco que ha sido una mujer inquieta, dialogante y objetiva. De ella siempre he recibido el mejor consejo.
Descansa en paz, amiga mia.
Tenía la mirada profunda, como llena de mucha vida, suave y a la vez atenta, los ojos siempre despiertos y dispuestos a amar, cada vez que hablaba con ella se que era capaz de mirarme el corazón, de verlo, de tocarlo e incluso de sentirlo, es ese gen divino que sólo poseen las personas buenas, Marujita solamente era una mujer buena.
Pausada, íntegra, coherente casi autodidacta pero capaz, muy capaz hasta el punto de transformar el entorno donde ponía su empeño, siempre desde la fe y la implicación social.
Siempre he tenido la sensación de que Marujita era una adelantada a su tiempo, tal vez sea sólo eso una cariñosa sensación, por su diferencia con mi edad edad física, su mente tenía ese ansia transformadora y despierta que le hacían estar y parecerme joven, básicamente responde a una actitud de empatía hacia a los demás, era capaz de estar al lado del joven, del niño, del anciano, del enfermo, del amigo del vecino, del débil… y darle esperanza, darle la llave de la puerta, ésa que sólo es capaz de abrir alguien que ama y tiene fe en la vida por encima de todo.
Seguro que comparto con much@s tía, hermana mayor, madre, abuela, prima, hija, amiga…., si lo sé formamos parte de su tesoro personal y ha sido capaz de convertirse en ese ser tan cercano al que hemos apreciado cómo si fuera algo muy cercano, da igual si hacía dos años que no la veía, siempre cerca.
Reía, su gesto era alegre, siempre, siempre, lo primero una sonrisa, un gesto amigo, ese gesto que desnuda el alma para una mejor predisposición, la paz que da el sentirte bien contigo mism@ hizo de ella esa mujer sencilla, libre, crítica, buena, desprendida, capaz de prestar hasta su vida.
Guardo como oro en paño una discreta tarjeta del día de nuestra boda en la cual al final de una pequeña reflexión me decía: “amaros y amar con generosidad y tener en cuenta que el amor aumenta en la medida en que se da.” Yo entonces ya sabía de su activo humano conseguido a base de dar amor.
Yo hoy pongo en valor su ejemplo de compromiso, lucha y vida, ahora que los valores personales no están de moda, ahora que la crisis moral se ha hecho un hueco en esta sociedad, amordazados y con los ojos tan vendados hasta el punto de consentir tanta pobreza humana. Por eso reivindico su fuerza y su amor y le doy gracias a la vida por haberme dado la oportunidad de crecer teniendo cerca a personas como Marujita.
Querida amiga un abrazo, hasta siempre.
He estado en el entierro de Maruja Verdú Navarro. Jamás había visto tanta gente y de tan distintas ideologías reunidos para dar su último homenaje a una persona excepcional. En el interior del templo de la parroquia de San Bartolome había muchos creyentes, otros que no lo eran tanto y también declarados agnósticos. En el exterior, en la plaza, otros vecinos que le querían rendir su particular despedida. Llamaba la atención un numeroso grupo de históricos militantes del Partido Comunista de nuestra población y comarca. Una vez terminada la ceremonia religiosa hemos visto con una claridad diáfana que Maruja Verdú, a lo largo de su vida, ha estado por encima de ideologías y partidismos. Ella solamente tuvo una: ser una persona buena y comprometida con la sociedad. Si hubieran muchas «Marujas Verdú Navarro» en la comunidad cristiana las cosas irían mucho mejor. Ya nos veremos.
Héctor Navarro
Manu; Gracias por tu magnífica reflexión sobre Marujita y que tan acertadamente la has enmarcado con la frase que os dedicó en la tarjeda del día de tu boda «amaros y amar con generosidad y tener en cuenta que el amor aumenta en la medida que se da «.
Esta ha sido su trayectoria en la vida alli donde haya estado incluso a la hora de ver ella misma cercana su muerte, cuando estábamos junto a ella los familiares más cercanos, que ella misma había solicitado su presencia. Allí mismo en la habitaciión del Hospital nos dijo;
» os quiero mucho a todos los que estais aquí y a los que están fuera también «.
Era así y esa ha sido su vida un mensaje del verdadero AMOR.
Queridísima Maru: permanezco aún en la nube oscura que me ha producido tu desaparición; no sé reaccionar a tu falta ni puedo prever cómo será mi visión de Petré sin ti…
Por nuestro fraternal cariño, soy consciente de que estaba obligado a asistir al acto tu despedida, pero sabes que no podía; las circunstancias impuestas son a veces dolorosas e injustas. ¡¡Cómo he sufrido mi ausencia!!
Tú has constituido el enlace permanente entre mi infancia y el Petré actual; tú has sido, para los miembros de mi familia, todas las cosas de altísimo valor humano que ya, otros, han sabido decir de ti antes; todo ello lo conservaré en mi mente y mi retina, y tendré presente, permanentemente, tu imagen de bondad y tu sonrisa.
Querida hermana en espíritu, te vamos a echar de menos, nos dejas un hueco y huella muy intensos. Que la vida prosigue, es un hecho; pero que sin ti ya no será la misma, también.
Gracias por todo lo que nos has dado, por tu herencia, porque gracias a personas como tú, podemos seguir escuchando que aún hay valores que seguir aplicando a nuestras propias vidas.
Descansa, Maru,…… y échanos una mano de vez en cuando desde tu atalaya….
Me fundo contigo en un inmenso abrazo,
Jesu
Todas las personas que conocemos a lo largo de nuestra vida, nos aportan saber, emociones y experiencia, todos influenciamos y somos influenciables. Probablemente por esto cada vez que falta alguien cercano, nos entristece, nos deja una sensación de vacío, de impotencia, y un ¿ahora qué?. Pero si además esa persona es especial para nosotros, la sensación ahonda más en nuestra vida y en nuestro corazón.
La ausencia de Maruja nos deja un sabor agridulce y media sonrisa. Lo que de ella hemos aprendido aún sin pretenderlo o proponérselo, hace que su vida haya sido de siembra , siembra de solidaridad, de coherencia, de amor… y todos los calificativos que hemos oído y leído desde el día 21 en que nos dijeron que Maruja la de la guardería había fallecido han sido de cariño.
Le han despedido malos tiempos, tiempos de recortes y sufrimiento para muchas personas, tiempos de perdida de derechos sociales a por los que Maruja ha luchado desde su fe , desde su tiempo personal y desde diferentes colectivos entre ellos desde EU Petrer hasta prácticamente sus últimos días .
Desde aquí queremos dedicarle a Maruja unas palabras de reconocimiento a su coherente e incansable labor de lucha por la justicia social es un ejemplo a seguir, Maruja decía que era rica en amigos ,pero la verdad es que la riqueza ha sido nuestra por tenerla de amiga y compañera. Su mejor labor la huella que deja.
DESCANSA EN PAZ.
ESQUERRA UNIDA PV PETRER