Hoy se ha estrenado la web Libros del Vinalopó, que pone a la venta 250 títulos del valle y que aspira a convertirse en un foro cultural y literario. Desde la publicación apoyaremos el proyecto con entradas como esta, en la que recogemos una crítica de la revista de Festa de un título disponible en el portal.
*Nota: Reseña aparecida originalmente en la Revista Festa 2008
Petrer, 1935. Un pueblo en blanco y negro.
M.ª Carmen Rico Navarro. Fotografías de Luis Sánchez Pórtela Alfonso, Fernando del Río, Daniel Redondo de Miguel y Vicente Berenguer. Ayuntamiento de Petrer-Unión de Festejos San Bonifacio, Mártir-Caixapetrer, 2007, 190 páginas.
Hace casi un año, el 26 de octubre de 2007 en el salón de actos de Caixapetrer, lleno hasta la bandera, se presentó un libro excepcional por diversos motivos, que veremos a continuación. Cualquier pueblo o ciudad de España se sentiría afortunado y dichoso por disponer de una obra de similares características. En el caso de Petrer, también es motivo de orgullo el poder editar un libro tan representativo, aunque por suerte para los petrerenses y para todos los amantes de la historia de Petrer y de la comarca del Vinalopó, la presentación de un libro en Petrer y sobre Petrer es un acontecimiento que se puede considerar habitual por la abundante bibliografía local de las últimas tres décadas, en buena medida debido a la gran pluma de su autora, Mari Carmen Rico Navarro, cronista oficial de la villa de Petrer, y archivera-bibliotecaria de la ciudad, trabajadora incansable en todo lo que se refiere a la historia de su pueblo, Petrer, en cualquier aspecto que afecte a sus gentes, pues el amor por su pueblo le incita a investigar y escribir sobre ello.
Y un buen ejemplo de lo expuesto es el libro del que hablamos, fruto de una serie de vicisitudes y circunstancias que han permitido que setenta y dos años después de realizadas las fotografías, hayan visto la luz en una cuidada edición en la que han colaborado las tres instituciones más representativas de Petrer: el Ayuntamiento, la Unión de Festejos y Caixapetrer, a las que hay que agradecer su desinteresada ayuda, igual que a la familia Navarro Pardines, que durante muchas décadas guardó como un tesoro el álbum que un grupo de quince periodistas y fotógrafos dedicó a su antepasado Leopoldo Pardines, anfitrión en Petrer de los reporteros.
Como indica el autor del excelente prólogo, el catedrático de la Universidad de Alicante, el doctor Mauro S. Hernández Pérez, quien también fue un brillante presentador del libro, «se nos ofrece una cuidada reproducción y se acompaña de un extraordinario estudio que nos permite revivir aquel Petrer y sus fiestas que tanta impresión causaron a visitantes madrileños. Excelentes son las páginas que bajo el sugerente titulo de Petrer, 1935. Un pueblo en blanco y negro describe la vida de Petrer en el difícil 1935 y de sus fiestas de Moros y Cristianos, que de nuevo volvían a celebrarse en honor a San Bonifacio tras la interrupción de los primeros años de la República. En aquel año desfilaron tres comparsas —Moros, Tercio de Flandes y Estudiantes— con sus correspondientes capitanes, abanderadas y rodelas, de las que se nos ofrecen unas excelentes fotografías de autores anónimos que por su calidad nada tienen que envidiar a las realizadas por los prestigiosos fotógrafos madrileños».
Tras el prólogo, encontramos el primer capítulo del libro, «Un pueblo en blanco y negro», donde la ágil pluma de la autora nos sintetiza en unas pocas páginas bellamente ilustradas con fotografías de la época, la situación social de Petrer, en plena Segunda República, textos que sirven de introducción al capítulo siguiente: «Una visita muy especial», donde Mari Carmen de nuevo muestra su buen hacer y su profundo conocimiento sobre cualquier vertiente que se refiera a su querido Petrer, al explicar de forma clara y concisa todo lo relacionado con los fotógrafos y periodistas y su relación con Petrer. La visita es rigurosamente reconstruida por la cronista, analizando el motivo del viaje, su recorrido, las personas que los recibieron y agasajaron, sin olvidar las diversas anécdotas que salpicaron aquella estancia, de la que los fotógrafos nos dejaron un excepcional documento.
Continúa un capítulo complementario al anterior, titulado «Luís Sánchez Pórtela, Alfonso, un testigo de excepción», donde la escritora analiza más profundamente la figura del fotógrafo más famoso de la expedición.
Seguidamente viene el grueso del libro, el «Álbum de fotografías*», cuya portada está firmada por todos los periodistas y fotógrafos que participaron en el mismo, y tiene la siguiente dedicatoria:» Modesto recuerdo con el que los periodistas de Madrid, significan su gratitud y afecto a su amigo Leopoldo Pardines Román, Mayo de 1935″. Los pies de las fotografías del citado álbum también son fruto del trabajo y el esfuerzo de Mari Carmen por documentar a todas las personas y lugares que aparecen retratadas, y así lo reconoce el autor del prólogo al señalar que «Petrer, sus calles, casas y fábricas y, por encima de todo, sus fiestas son los verdaderos protagonistas de este álbum en el que la autora, convertida en paciente detective, ha podido poner nombre a muchos de estos personajes que participan en los desfiles, que ostentan cargos, que se preocupan de realizar la comida o que, simplemente como espectadores, contribuyen a que hoy como ayer las fiestas de Moros y Cristianos sean el orgullo de todos los petrerenses y admiración de quienes tengan ocasión de disfrutar de ellas».
Le sigue un capítulo llamado «Sentimientos», donde se reproducen y transcriben las dedicatorias de todos los periodistas al pueblo de Petrer por su gran hospitalidad. Finaliza el libro con el capítulo «Ecos de la fiesta en la prensa nacional», donde se recogen diversos recortes y artículos en periódicos y revistas de la época.
Así, las 189 páginas del libro se nos hacen cortas, pues quisiéramos seguir disfrutando de las magníficas fotografías que ilustran y embellecen la obra, y de los textos aclaratorios y explicativos a los que la sabiduría y meticulosidad de Mari Carmen nos tiene acostumbrados. Pero al cerrar el libro con un gesto de satisfacción, no podemos dejar de felicitar a la autora por haber sido capaz de haber llevado a cabo tan gran obra, tras un largo y complejo proceso de preparación, donde se entremezclan la historia, la fotografía, la biografía, la memoria y el recuerdo, y que hace aflorar la emoción en todas las personas que aman a su pueblo.
Por Vicente Vázquez Hernández