Tras varias etapas de montaña por la comunidad, la etapa maratoniana de hoy, la novena de la Vuelta, presentaba otro rompepiernas (con dos puertos de tercera categoría y cuatro de segunda) con un gran colofón: la subida al “muro” de Xorret de Catí, de primera categoría, y con unas rampas de hasta el 20%, que son ya una leyenda para la afición alicantina.  El desarrollo de la etapa, marcado, como en jornadas precedentes, por las altas temperaturas y la humedad, no ha defraudado a nadie, con un grupo de escapados (formado por siete corredores) que han marcado un gran ritmo hasta el final, abordando la subida a Catí con casi tres minutos de ventaja respecto al pelotón. En los cinco kilómetros de durísima ascensión final, y con el monte abarrotado de público, se ha librado una batalla de explosividad y fuerza que ha dejado como punta de lanza, a mitad de la ascensión, a Gustavo César Veloso, del conjunto Xacobeo Galicia, que ha afrontado el último kilómetro de bajada con la distancia suficiente sobre Marco Marzano como para proclamarse campeón de etapa, el primer nacional que lo consigue en esta Vuelta. Por detrás, entre los hombres que pelean por la general, las hostilidades las ha abierto Alejandro Valverde, pero Iván Basso y Evans han sabido aguantar sus cambios de ritmo, y han entrado a la par. El maillot, no obstante, ha pasado a manos del corredor murciano, por la bonificación de segundos al entrar tercero. Samuel Sánchez, entre los aspirantes, ha sido el principal damnificado, a un minuto. Él, y todos los demás corredores, se las han visto y deseado en estas rampas infernales: sus rostros contraídos por el esfuerzo y la vertiginosa bajada final, de las mejores imágenes en lo que llevamos de Vuelta.

Un diez a la afición

Más de cinco horas  y 181 kilómetros después, la etapa de Alcoy-Xorret del Catí ya es historia para los corredores, que mañana harán meta en Murcia, abandonando ya la Comunidad Valenciana, pero no tanto para la parroquia local de seguidores. Es la cuarta ocasión que la Vuelta hace meta en la zona (la última vez fue en 2.004, con victoria de Eladio Jiménez), pero estamos seguros, por lo que hemos visto, que llegarán muchas más: la presencia de aficionados ha sido masiva. Ello a pesar de que el acceso más obvio, dirección Rabosa, estaba cortado por la Guardia Civil desde las siete de la mañana, con un primer punto de control ya en La Cantera. “No permitimos el acceso a los coches, porque los camiones y los tráilers de los corredores, que han de recogerlos en la meta, pasan por aquí”, explica uno de los agentes del punto de control. Eso no ha impedido, no obstante, que los más madrugadores (o incluso gente que ya hizo noche en la zona) hayan podido acceder con sus vehículos, por lo que varios agentes más motorizados vigilaban el recorrido para evitar amontonamientos en los arcenes. Las motos y las bicicletas tenían acceso libre, y las había a centenares, casi tantos como los valientes que se han echado la mochila a la espalda y se han subido a pie los diez kilómetros que separan Catí del casco urbano. No ha faltado el acceso por rutas alternativas, como la que sale del Estrecho de Agost, o la que desciende desde Les Fermoses. Sea como fuere, el ambiente ha sido de los que marcan época, entre la fiesta y la pasión deportiva, y las autoridades locales de varias municipios, entre los que se encontraba el alcalde de Petrer, Pascual Díaz, y el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, han podido tomar nota.

Fotografías de Fernando Navarro «el Sapo» y Ximo «el del Túnel»