En mayo de 2007 el secretario general del PP, Ricardo Costas alababa las bondades de la Fórmula 1, afirmando: ” Lo bueno que iba a ser para los valencianos y la comunidad y que no iba a costar ni un solo euro a las arcas públicas”. Quizás recuerden el enamoramiento del patrón de Formula One Management, Bernice Ecclestone, hacia el presidente Camps y la alcaldesa Rita, parecía que aquello iba a ser como un regalito del empresario, si el PP ganaba las elecciones y…las ganó. A fecha de hoy las declaraciones del señor Costas, no ha sido más que una gran mentira, de propaganda populista. La Generalitat Valenciana asume los 90 millones de euros de la Fórmula1 y exime del canon, a la empresa Valmor, organizadora del Gran Premio de Europa. Ahora se dice que el montante real de millones no lo sabremos, por que han creado una clausula de confidencialidad, todo un detalle de opacidad de la que es experta la Generalitat. En pocas palabras, se trata de ayudar a una empresa privada, que este año cerrará sin ganancias, algunas fuentes hablan incluso de unas pérdidas que podrían rondar los 200 millones de euros. Y a este montón de millones que salen de las arcas públicas, hay que sumar los más de 60 millones, que ya había invertido la Generalitat en 2008 para la adaptación del circuito urbano. Cosa por otro lado bastante absurda, pues como ya apuntó Fernando Alonso en su día, es un gasto innecesario, cuando se dispone de un buen circuito en Cheste.
Junto a este baile de millones en dinero público, hay un crédito que la Generalitat concedió el año pasado a Valmor a través del Instituto Valenciano de Finanzas, cuya cantidad se desconoce. Toda esta generosidad económica con esta empresa, se justifica en las bondades y beneficios de llevar la Fórmula 1 a Valencia. Pero aquí tampoco están claras esas bonanzas, pues este año el número de espectadores ha descendido, en total 33.892 espectadores menos que en 2008. Vaya por delante que nada tengo en contra de la F1, pero que el gobierno valenciano lo malgaste de este modo me parece de vergüenza. Y a este Show Bussines, debemos añadir que la Generalitat va avalar un crédito de Bancaja por más de 70 millones de euros al Valencia F.C. El Club deportivo ya le debe a Bancaja unos 260 millones, pero la banca valenciana le prestará unos cuantos más para continuar su bola. Todo un ejemplo de buena práctica bancaria eso sí, con los poderosos.
Cuanto menos para mí, son curiosas estas actitudes de generosidad mítica para unos privilegiados, pero que a la postre, resultan ser: Pésimos empresarios. Y frente a esta generosidad, el desprecio total y evidente hacia miles de personas dependientes y sus familias, que siguen sin recibir la ayuda que necesitan. Ciertamente este espectáculo es esperpéntico, ya que tenemos la Ley de Dependencia sin aplicar. Por poner un ejemplo próximo, en Petrer más del 90% de las personas dependientes, aún esperan la ayuda que la Ley de Dependencia les garantiza. Todo un ejemplo de mal gobierno, falta de sensibilidad y atención para miles de personas, que se encuentran en situaciones de verdadera necesidad. En este asunto de la aplicación de la Ley de Dependencia, al gobierno valenciano habría que llevarlo hasta Estrasburgo, para que se conociera el alcance y magnitud del despilfarro que practica el gobierno de Camps.
Además frente a este derroche en grandes eventos, la inmensa mayoría de proveedores de la Generalitat, aún esperan cobrar, pues se les deben 1.930 millones. Y a toda esta mala práctica de gobierno, debemos añadir un endeudamiento público, también mítico.
Muchas veces siento vergüenza de vivir en esta Terra Mítica, donde imputados corruptos y caciques vuelven a ser elegidos por el pueblo. ¿Qué nos pasa a los valencianos? ¿Acaso es que nos gusta estar gobernados por mangantes, para poder mangonear nosotros también?
¿Nos importa un pimiento que cientos de personas dependientes estén en situaciones precarias? ¿Dónde está la solidaridad de los valencianos para con estos ciudadanos/as y sus familias? ¿Nos preocupa la falta de escuelas, institutos, la calidad de la educación, de la sanidad y de los servicios en general? ¿O es que acaso nos importa más la fachada y el supuesto glamur de la F1, que nuestros hijos reciban una educación de calidad y que las personas necesitadas reciban el apoyo que la Ley les reconoce? En esta Comunidad Mítica se despilfarra el dinero público, se mangonea y trapichea sin tapujos, y la mayoría de los ciudadanos/as están sordos, ciegos y mudos. Probablemente la manipulación informativa de la RTVV, que el partido popular mantiene con su absoluta mayoría, ha dado sus míticos frutos.
Desde los tiempos del mítico Zaplana, en esta Comunitat Valenciana, el dinero público se ha ido por el sumidero de los contratos con Julito, por el sumidero de las ruinosas Tierras Míticas y variadas Ciudades, por los sumideros de las faraónicas obras, innecesarias y absurdas, cuando lo que hacían falta eran: Escuelas, institutos, hospitales, centros de salud, residencias, centros de día. Eso sí, sus amiguetes a lo largo de estos míticos años de mayoría absoluta, se han ido enriqueciendo, pero que muy bien. Pero visto lo visto el señor Camps y sus gobiernos están siendo aún más míticos, ¡míticos totales!
Esperemos que más corto que largo, el alto tribunal aclare ese supuesto cohecho impropio pasivo y las relaciones con Orange Market y sus empresas corruptas. Mientras tanto a esperar, y a cultivar una mítica paciencia, porque ya se sabe… que la paciencia es la madre de todas las ciencias.