Los Reyes Magos han concluido hoy, como marca la tradición, su viaje anual desde Oriente a nuestras tierras, con un pueblo de Petrer que se ha echado a la calle para contemplar su comitiva. Abarrotado el recorrido, en un ambiente muy familiar, con los padres y abuelos casi disfrutando más que los pequeños de verlos tan entusiasmados, la cabalgata ha partido a las seis y media de la avenida de Madrid.
A pesar de la cierta polémica que se vivió hace dos años, la temática del desfile ha clavado, prácticamente, la edición de 2010, usando el imaginario Disney y algún otro personaje popular entre la infancia como boato de la cabalgata, por cierto compuesta en su mayoría por niños y niñas de todas las edades. Así, un Pinocho al que le movía los hilos un Geppetto del tamaño de un ‘Gegant’ comandaba la marcha, seguido por un pequeño batallón de soldaditos de plomo, Mickey y Minnie en una plataforma, Alicia en el País de las Maravillas, Bob Esponja y sus colegas, piratas y hasta unas bailarinas vestidas como animadoras y con maquillaje de vampiresas, en una referencia que este escriba no ha podido precisar, entre otras animaciones. Esta heterogénea mezcla de referencias, de mucho baile y color, quizá despistó al público más veterano, pero desde luego los niños disfrutaron como los enanos que son, identificándose con los personajes y animando como hinchas durante todo el desfile, de aproximadamente media hora de duración en un punto fijo. Paseando por todo el recorrido, y a pesar de repetirse año tras año, no deja de ser sorprendente contemplar los rostros absolutamente fascinados de las criaturas, que tan pronto ríen como lloran o gritan por la pura emoción que les embarga en esos momentos.
Tras este bloque, seguimos, la ambientación navideña se apoderó del resto de la cabalgata, con los pastorcillos con su burro, los palmeros y el séquito personal de cada rey mago, cambiando también la música de Bob Esponja -que por cierto sonaba particularmente atronadora cada vez que la ponían- por los villancicos y los ritmos navideños, en un imponente despliegue de las dos bandas locales,“Virgen del Remedio” y “Unión Musical”, y las tres collas, “El Terrós”, “Moros Nous” y “Moros Vells”. Los Reyes Magos repartían caramelos a diestro y siniestro, nunca mejor dicho, hasta que se han tomado un respiro en la Iglesia de la Santa Cruz para atender a los pequeños del barrio, quienes «se han portado muy bien todo el año y esperan muchos regalos», como nos contaba uno de ellos. Los visitantes anuales han reemprendido la marcha -aunque algunos de los niños de la parroquia podría juraros lo contrario, será un milagro navideño– en dirección al pesebre viviente de la Iglesia de San Bartolomé, donde a sus pies han adorado al Niño Jesús. Recibidos por el párroco y las autoridades, el rey Gaspar se ha dirigido a los niños, ya pasadas las nueve, para desear un 2012 de «paz y amor en el que el espíritu de estas fechas se mantenga todo el año». Se ponía así punto y final a esta tarde-noche de Reyes, no sin antes de que los protagonistas pasaran otro buen rato entregando presentes e ilusión al futuro mismo de nuestra localidad.