Estuvimos en el Rancho Grande con D. Rafael Jurado Serrano, que a sus 71 años bien llevados continúa esquilando ovejas a un ritmo de una cada cinco o seis minutos.

Natural de Benalcázar, en la provincia de Córdoba, lo encontramos “faenando” con las ovejas de José Amat “Guiña”, preparándolas para el estío que nos llega. Lleva ya seis años viniendo a esquilar las ovejas del Rancho, y casi sin parar de rasurar la piel de la ovejas, sin apenas hacerles un rasguño, nos fue contando que “he llevado una vida muy dura, siempre haciendo leña en el monte, fabricando picón (carbón vegetal muy desmenuzado que se vendía para cocinar -cocinas económicas- y sobre todo para los braseros), y en otras épocas trabajando en el campo, pero siempre, siempre esquilando”. Sobre esta última actividad, la perenne, nos comenta que “de rebaño en rebaño, y durmiendo en saco de paja”.

Sobre aquellos tiempos, Rafael recuerda que “íbamos en cuadrilla a esquilar, llevábamos trabajadores , velloneros y curanderos”. Los trabadores ataban las patas de las oveja, los velloneros juntaban la lana y la doblaban para formar los vellones, y los curanderos se encargaban de curar a las ovejas los pequeños cortes que les producían las tijeras. “El medicamento que se les aplicaba consistía en una mezcla de orina y ceniza”, nos explica.

A todo ello, comprobamos su inmejorable forma física, tardando en esquilar 17 o 18 ovejas una hora, “y podría ir más rápido, pero me gusta hacer bien el trabajo , con un buen acabado, sin dejarme mechones ni en la barriga ni en las patas”. La forma de esquilar es con la oveja trabada. El trabador coge una oveja del “bache”, la echa al suelo y con sus manos y piernas le ata las cuatro patas con una traba (cuerda de esparto).La posición de esquilar es siempre agachado: con una mano se esquila y con la otra mano y las dos piernas se sujeta y se mueve a la oveja que permanece trabada. “El trabajo de esquilador es muy duro sobre todo por la postura, que te carga mucho los riñones. Ahora esquilamos con esta “maquinica eléctrica” (1.200 euros) que funciona con un pequeño compresor, que es el que mueve la tijera mecánica”, añade. “Antes, cuando había que mover las tijeras a mano, se hacia una fuerza descomunal en los dedos de la mano. De hecho, mira como tengo yo la mano totalmente deformada por el uso de la tijera”.

Entre oveja y oveja, porque no para, nos cuenta, que “ la lana ahora ya no vale nada y menos la de aquí, que es mucho mas corta y rala que la de otros climas”. Las ovejas en esta zona se esquilan una sola vez al año, cara al verano, pero nos cuenta que “las merinas las esquilábamos dos veces al año” También teníamos curiosidad por saber si las ovejas se quedaban “heladas” una vez que se las había esquilado, pero nada más lejos de la realidad, porque según nos cuenta Rafael, “nosotros empezábamos la temporada el cuatro o cinco de abril, en las zonas bajas con chaqueta y jersey y a las ovejas que he esquilado en casi 60 años , nunca ”les ha pasao ná”, sino que, muy al contrario, parece que lo agradecen”.

El precio medio de esquile de una oveja hoy está sobre los 3 euros.