La semana pasada, con un clima bastante benévolo para esta época del año, me animé a subir al Despeñador de buena mañana, e hice estas fotografías de la niebla baja, que como iba ascendiendo iba dejando atrás para captar esas imágenes de mullida alfombra de nubes que (creo) tanto nos gustan a todos. Aquí dejo otra entrega anterior de Daniel Rico por si quieren prolongar las sensaciones.
Me encantan, y demuestra que la montaña nunca defrauda; si hay sol, ves el valle, si hay nube, ves esto, si ha llovido, la humedad y el rocío son muy agradables, y si hay nieve, ¡fiesta! Disfrutemos de lo que tenemos!
Néstor un reportage precioso, y mientras admiraba tus imágenes me he trasladado fuera de esta rutina diaría. Me encantan las nubes, sus formas y sus movimientos. Gracias por compartir tus experiencias visuales. Y ÁNIMO COMPAÑERO!