El canto de un perdigote en celo es uno de esos sonidos que ha resonado cada marzo en los ribazos de Petrer durante todo el siglo XX. Nuestros mayores siempre nos han contado que lo hace para reforzar su autoridad sobre una zona y una hembra. Pero, a veces, se desgañita en vano, porque no hay nada que temer…¿o sí?