En España hay 3 millones de autónomos. Son personas emprendedoras que montan su pequeño negocio de fontanería, carpintería, mecánica, electricidad, etc., o su comercio de ropa, zapatería, comestibles, artículos de regalo, bares, floristerías, etc. Este colectivo produce el 20% de la riqueza nacional, es el 85% del tejido industrial, supone el 40% del total de trabajadores. En diez meses han desaparecido ciento veinte mil.
Su principal problema es la financiación: pagan más del 50% de sus compromisos al contado pero sus clientes les pagan a medio o largo plazo. Si los bancos no les dan crédito su destino, a corto o medio plazo, es el cierre laboral.
El Gobierno tiene dinero para los bancos, las cajas de ahorro, las grandes empresas, pero no tiene dinero para que los autónomos reciban financiación. El Gobierno regala a los ayuntamientos 8.000 millones para obras no necesarias que ya veremos cómo las mantienen; consentirá un préstamo a Prisa de 6.000 millones para que la SER y El País puedan seguir funcionando; apoyará de forma similar al sector del Automóvil para intentar que se quede donde está; ha concedido al cine español subvenciones por 85 millones cuando en taquilla solamente han conseguido 81; regaló a los no necesitados 400 €, que suponían otros 6.000 millones, por ganar unas elecciones;… y más casos de derroches partidistas o electoralistas que se me olvidan.
Todo se hace con nuestro dinero. Yo quiero que parte de mi dinero vaya a los autónomos, por el bien de los españoles. ¿Podría ser esto?