Llovió de madrugada, mientras la ciudad dormía, dejando la tormenta 54 litros por metro cuadrado, según recoge el pluviómetro municipal estacionado en Ferrusa. A la lluvia le acompañó un potente viento que, como en otras ocasiones, obligó a las fuerzas de seguridad a emplearse a fondo.
La primera actuación ayer debido a los efectos del temporal llegó sobre las seis y media y fue peliaguda; los bomberos les avisaban de una persona en la avenida del Mediterráneo que se había quedado atascada por el torrente de agua. Los bomberos estaban en Sax y fueron los policías locales los que regularon el tráfico, cortaron la avenida y solicitaron asistencia para retirar de la vía el vehículo atrapado, una furgoneta. Hasta pasadas las ocho no se volvió a abrir el tráfico en la avenida.
Poco después, a las siete menos cuarto, era una vivienda la que se inundaba en la calle Elche. Salía agua por el water de un bajo y se estaba inundado el sótano; los agentes ayudaron en el achique. Continuamos: a las ocho menos veinte, uno de los vigilantes de la Loma Badá avisaba de la caída de un chopo y unas ramas sobre un poste y cableado de teléfonos, en calle Las Palmas. El servicio de emergencias de Telefónica fue tras ser avisado por las autoridades y el dueño del chalet procedió a cortar el árbol. Al rato, el alumbrado público dejaría de funcionar en todo el barrio durante unas horas.
Otra de las imágenes de la mañana se producía en las Coves del Riu, cuando un vehículo se quedó atascado a la altura de la Vaquería. Toda la calzada quedó no en vano llena de piedras y tierra (la policía de hecho acabó poniendo vallas en la calle La Fuente, salida hacia la rambla, y en Teulera del Riu); la policía auxilió a sus dos ocupantes sin más consecuencias. Caso parecido ocurrió en la calle José Perseguer, cuando un coche metía la rueda en el hueco de una alcantarilla que había saltado y quedaba atorado. La policía auxilió a la conductora y más tarde retiró el vehículo.
Alcantarillas que saltan de la presión es un clásico en madrugadas como la del domingo al lunes -también cedieron en la Avenida Reina Sofía, como casi siempre- así como ramas de árboles que caen a la calzada, llevándose en esta ocasión la palma la calle Calvario, que se llenó de ramas hasta hacerla intransitable para los vehículos, y se cortó al tráfico durante buena parte de la mañana, mientras servicios municipales cortaba algunas ramas que habían quedado tambaleantes. Se cortaron muchas ramas grandes que quedaron afectadas esa mañana, en la Avenida Reina Sofía, en la Avenida de Madrid, en la Loma Badá, en la calle Merendero y a la entrada del colegio Reyes Católicos.
Más peligroso, incluso, es cuando el viento desprende por ejemplo cascotes de fachada. Ocurrió en la calle León, procedentes de un balcón de una calle colindante. A la llegada, los agentes comprueban que el balcón estaba apuntalado, una actuación que de hecho había realizado el departamento de Urbanismo municipal. La policía balizó la zona. Se desprendieron cascotes en varias fachadas más; en la calle Cuba, cascotes de piedra de un edificio dañaron dos vehículos estacionados y agentes locales incluso tuvieron que pedir prestada una escalera en la calle Monóvar para descolgar una persiana con peligro de caer a la vía pública.
enfrente del arenal en la senda que sube al campamento de caprala hay un pino de más de 10m en el suelo, cortando el paso de la senda (en los bancales abandonados detrás de la caseta del arenal), a ver si alguien puede pasarse y cortar al menos una parte del tronco