Escritos de un joven indecente (XCVII): la lucha contra el ego y el minotauro

MrLee
estos
VERSOS
con
calma,
como
besas
mi mirada
cuando
sin decirte
NADA
te estoy
gritando
¡TE AMO!

Léelos
porque
tecleo
con
los OJOS
cerrados
recordando
las LÁGRIMAS
de DOLOR
que han brotado
de mis pupilas
para clavarse
como hachazos
certeros
en la piel
de mis mejillas
y han resquebrajado
mi barba.

Léelos
sabiendo
que el punto
y final
que enterrará
este
POEMA
llevará
consigo
la OSCURA
rosa
doblada;
símbolo
de mi YO
que carga
con el peso
de los «OTROS»
en su espalda,
el marco
ROJO
(como mis principios)
sin cristal
y la máquina
que se estancará
y quedará
encallada
en la mudez
de los dedos
manchados
por alguien
sin ALMA.

Ni el cobre,
ni las manos
talladas
por la experiencia,
ni siquiera
las plumas
carnales
de los
SERES
que vendrán
después
de mi presencia
podrán
competir
contra
mi CORAZÓN
porque
YO
soy
el ÚNICO
que sabe
SER
sin
SER
POETA,
poeta.
Que
Sin SER
amante
está
AMÁNDOTE
en cada
caricia,
en cada
palpitación
de cada
una
de las líneas
de sus huellas
dactilares
dejando
la impronta
del que
se MARCHARÁ
más pronto
que TARDE
para evaporarse
entre
las sábanas
manchadas
de SANGRE
cuando
una noche,
OSCURA
y de tormenta
éstas
dejen
de respirar
el ardiente
aroma
de mi CARNE.

He sido
asesinado
por los delirios
de franqueza
de aquella
que hizo
SER
POETA
y mi calavera
navega
entre la tinta
y los gritos
de los CUERVOS
atrapados
por la cinta
corredera
de una vieja
Olivetti
y los lirios
y las rosas
de las cuencas
vacías
de mis
verdes
océanos
siguen
enfangados
por la PENA
de haber
MUERTO
hace años,
cuando
mi CUERPO
bombeaba
desesperanza
ante
el soberbio
reflejo
del ASTRO
de plata
sobre
la PIEL
de la MAR.

Lee
este
«POEMA»
en mayúsculas
y si ves
tu NOMBRE
en él
hazme
el
AMOR
y
MUERE
conmigo.

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