Un grupo de Petrerenses tuvimos la oportunidad de viajar con un autobús de la Diócesis de Orihuela-Alicante y la verdad fue espectacular. En el momento que pisamos tierra madrileña, empezamos a respirar la fe que cubría esos días la capital. Acudimos un buen grupo en representación de la provincia de Alicante y nos hicimos enseguida una piña, paseábamos por las calles de Madrid ondeando nuestras banderas, cantando nuestras canciones, riendo, disfrutando, viviendo ese momento que era único… y ahora, compartiendo nuestras vivencias con todo el mundo, pues como nos dijo el Papa: “El mundo necesita el testimonio de vuestra fe”.

Estuvimos en Cibeles a unos 400m de Benedicto XVI en el Vía Crucis, por la noche tuvimos en el seminario de Madrid un rato de oración por las vocaciones. Y los días siguientes los pasamos en Cuatro Vientos. La verdad, ha sido la experiencia más dura de mi vida, pero a la vez la más bonita y la más gratificante. Pues, hicimos frente a la aglomeración de 2,500,000 personas, todas en un mismo sitio, aguantando los 45˚C durante todos los días, el sábado por la noche en Cuatro Vientos con la lluvia, el agua bendita que nos envió el señor y por la cual el santo padre nos agradeció con estas palabras: “Vuestra fuerza es mayor que la lluvia, Gracias”. Pero a la cual él también hizo frente, pues un hombre de 84 años, no se rindió, siguió con todos nosotros, en la vigilia, rezando… eso sí que es admirable por parte del Santo Padre, y para agradecerle también por su fuerza, valentía, coraje y todo lo que en esos días nos enseñó a todos los jóvenes del mundo.

La verdad es que la JMJ está llena de momentos inolvidables que sin duda quedarán para el recuerdo, al igual que las frases dichas por el Papa hacia todo el mundo  diciendo: “No os avergoncéis del  Señor”. No hay palabras para poder expresar lo vivido durante esos días. Pues al menos yo, he salido muy reconfortada, me ha cambiado la vida a nivel de fe, de esperanza, de amor… al ver que hay más gente como yo, jóvenes cristianos, jóvenes que no necesitan ir de fiesta en fiesta para pasárselo bien, jóvenes que creen en DIOS, y que siguen a CRISTO, que rezan y aman al Papa. Solo resaltaría una cosa, aunque nos “vendan” que no hay jóvenes así, no os lo creáis, yo puedo dar fe de que los hay, y millones, pues tuve la gran suerte de convivir con 2 millones y medio de jóvenes como yo, y como muchos de vosotros. Yo me siento orgullosa de creer en Dios, de todos los que creen y siguen su palabra, al igual que de su santidad Benedicto XVI, el cual terminó diciendo: “Transmitid vuestra alegría a todo el mundo (…) dejo España contento y agradecido a todos”.

Gracias a todos los que me acompañaron en el viaje, a la gente que nos acogió en Móstoles, a los ciudadanos de Madrid que se sentían orgullosos, a todos los peregrinos del mundo entero, a los jóvenes cristianos, a su santidad el Papa Benedicto XVI y en especial, gracias al Señor por permitirme vivir esta experiencia inolvidable a los 17 años. ¡VIVA EL PAPA!