La policía local remata ayer la tarea emprendida el martes, consiguiendo el desalojo efectivo de todas las casas sobre las que pesaban órdenes de desalojo. Se repitieron las escenas de tensión; el edil de Gobernación y Policía, Óscar Payá, habla de una «actuación dura, pero exitosa y muy profesional dentro de la responsabilidad que se nos exigía».
Los afectados por la orden municipal de desalojo de 20 casas cueva se han manifestado para mostrar su rechazo a esta decisión, en una jornada tensa y dramática en la que algunos vecinos han decidido permanecer en sus viviendas contra la orden. «¿Por qué habría de hacerlo, si mi casa está bien? Aquí no ha entrado nadie a valorarla”, ha sido una de las quejas más repetidas.
El concejal de Urbanismo manifiesta que el desalojo de las casas-cueva obedece a cuestiones de seguridad y ordenadas por el juzgado y ha señalado que se quiere evitar un drama mayor. «Lo que nos están diciendo los técnicos es que hay peligro para la vida de las personas», ha señalado
Casi una veintena de casas-cueva están afectadas; sus viviendas fueron declaradas en ruina y se emitieron órdenes de desalojo, que sus titulares no se han cumplido. El próximo martes la Policía Local procederá a su desalojo, forzoso si es necesario, y las edificaciones se precintarán y clausurarán con obra.