Durante ocho meses se cruzaban de vez en cuando por la calle, siempre en la misma calle. Él iba hacia la biblioteca y ella a su casa.El primer día que se encontraron, se quedaron ambos sin aliento, fue un cruce de miradas, muy profunda; deseo, pasión, sexo.Sólo miradas cruzadas. Durante ocho meses.
Un día ella fue a devolver unos libros a la biblioteca, y allí en la misma puerta, se dieron de frente, penetrando aún más la mirada de él en ella, y de ella en él. Se deseaban, ambos lo sabían….Ella, tan impulsiva, le dió su número de teléfono en una nota, con un delicioso “esto es para ti” en sus labios. Él, blanco, pero sin apartar la mirada de sus enigmáticos ojos verdes, resaltados con el conjunto de sus rizos castaños, y sus mejillas delicadamente sonrosadas sobre una tez blanca y luminosa, aceptó la nota sin mediar palabra.Él contestó; “ya nos veremos…”.
A los pocos días ella, como de costumbre a la misma hora volvía a casa, y en el mismo portal, a sus espaldas, alguien con una voz desgarrada y masculina, le susurró al oído; “ ya estoy aquí”. El corazón se le puso a mil, se giró y allí estaba él, con sus ojos negros como el azabache al igual que su corta y despeinada melena, un rostro viril, con esa barba dejada.Se miraron unos instantes, he impulsivamente se fundieron en un beso, un beso que expresaba todo aquello que se decían con la mirada, con esa mirada ocho meses cruzadas; deseo, pasión, sexo.
Ambos ardían de calor, se metieron en el portal, besándose, lamiéndose, mirándose. No se lo podían creer y esto les hacía desearse más.Subieron por las escaleras, parándose en cada rellano, no podían resistir el placer, y seguían palpándose, besándose, lamiéndose.Él tenía la verga a punto de reventar el pantalón. A ella le encantó notar aquello tan firme y bien dotado, iba totalmente húmeda, él sentía el calor entre sus piernas.Dios, ¡como se deseaban! Al fin llegaron al recibidor; él la empotró contra la pared, metiéndole sus grandes manos bajo la camisa, apretando como sólo un caballero sabe, sus pequeños y tersos pechos con sus duros pezones.Ella le desabrochaba el pantalón al tiempo que él jugaba con su lengua en sus pezones. Se oían las respiraciones jadeantes en sus oídos, el aliento en sus rostros, esto les excitaba aún más. Observaban su reflejo en el espejo , no querían perderse ni un momento. Se miraban, se mordían, se lamían. Mmmmmm, oohhh…
Ocho meses sin decirse nada, sólo sus miradas cruzadas, estaban deseosos, sedientos el uno del otro.Rápidamente se deshicieron de sus ropas, excepto de la interior, estaban totalmente mojados; de sudor, del jugoso líquido preseminal, del dulce flujo. Sudados de sexo.Se frotaban, alargando el tiempo, disfrutando del roce de sus cuerpos.Pero no podían más. Se arrancaron la poca ropa que les cubría ya. Ella se metió en su boca esa verga tan deseada, succionándola, chupándola, como se chupa una deliciosa y jugosa piruleta. Él tuvo que detenerla, estaba a punto de explotar.Se tumbaron en la cama, y ella con una cariñosa bienvenida se abrió de piernas, enseñando ese coño limpio e iluminado de flujo, él lo lamió.Lamió y jugó con su clitorix, introduciendo la lengua y dedos por su caliente entrepierna.
Cuando metía los dedos, sentía calor, sentía sexo, extrayéndolos totalmente mojados y pegajosos, él se los alcanzaba a ella a su boca, para poder saborearse a sí misma en los dedos de él, recorriéndolos después por su pecho, sus pezones …y de nuevo al monte de venus apretándolo. Shhhh, aahhhh….
Se incorporaron hasta alcanzarse sus labios, mirándose a los ojos, con una bella sonrisa, la penetró hasta el fondo de su ser, con fuerza, con cariño.Se les desorbitaban los ojos, se mordían los hombros, el cuello, los labios; se arañaban la espalda, las nalgas….Y a la par, sumiéndose entre luces de colores y rabiándo de placer, estallaron.Y allí, unidos, sintiendo las palpitaciones internas, los jugos del semen mezclándose con el flujo, abrazos en el sudor y el olor a sexo, se sumergieron en un dulce sueño, del cual no iban a despertar pasadas unas horas.
¿Quién es Odette?
Odette es una mujer joven e independiente, trabaja en lo que puede para pagarse su hipoteca, pues la crisis también le afecta. Y en su largo tiempo libre intenta desenredar los temas relacionados en el comportamiento de las personas en las relaciones, ya sean de sexo o pareja, desde su propia experiencia y los que la rodean.Odette no es psicóloga, ni sexóloga, ni nada que acabe en –óloga.Odette tiene mucho humor y una mente muy abierta, quizás por esto siempre se está rayando queriendo comprender.En esta nueva sección, Odette compartirá sus experiencias y reflexiones con vosotros para que así podáis dar vuestra propia opinión.
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