Emmanuel Ramírez rompe de lleno la falsa creencia de que triunfar en una pequeña población es poco menos que probable. No es fruto del azar que el nombre de este petrerí de adopción- que cambió su común apellido por un enigmático Cienmandrágoras como carta de presentación- le resulte conocido a todo aquel que sienta cierta curiosidad por el mundo artístico de la zona. Años de esfuerzo, constancia y trabajo, además de un innato talento, le permiten imprimir un sello personal y delicado a cada uno de sus trabajos, que abarcan desde sesiones de fotografía de muy diversa naturaleza hasta colaboraciones en videoclips de calado nacional, sin olvidarnos de su labor para la marca Hispanitas, a la que ha acabado revolucionando su comunicación, abriéndole espacio en el siempre complicado universo de las emociones. Sin duda, una trayectoria profesional inspiradora, en los tiempos que corren, que no podíamos pasar por alto.
Artista gráfico
A pesar de que para Emmanuel Cienmandrágoras la fotografía es su modo de expresión- «la fotografía parte de una necesidad, la mía es expresarme a mí mismo con temas que me resultan curiosos», nos cuenta- rehuye de la etiqueta de fotógrafo por considerarla «demasiado importante». Tampoco se siente cómodo identificándose como publicitario, creativo o director de arte, aunque maneje los hilos de la imagen de Hispanitas o haya dirigido la escenografía recientemente de un videoclip español y varios fashion film. Por el contrario, y a sus 37 años, prefiere presentarse a través de un concepto más global: artista gráfico. «Me permite- matiza- desde un trabajo menos serio a una parte más espiritual».
Artista versátil, sus comienzos profesionales no fueron, precisamente, en la comunicación. Emmanuel trabajó diez años como proyectista en un estudio de arquitectura, experiencia que le ha proporcionado, tal y como él confiesa, conocimientos de espacios y volúmenes para ahondar en varias áreas artísticas sin apenas despeinarse, como la escenografía. «Cuanto más sabes de todo, más libertad tienes para conseguir lo que quieres», nos cuenta. En fotografía empezó y ha ido creciendo de forma autodidacta y con los escasos medios que iba teniendo a su alcance. Nos ilustra sus palabras con este ejemplo: «Utilizo muy bien la luz natural por un hecho que me ocurrió y es que la noche antes de irme de viaje unos cuantos meses fuera de casa me robaron la cámara de fotos. Sabía que tendría que recoger aquellos momentos y aproveché la cámara del móvil de 2 megapíxeles para fotografiar. Ahí empecé a utilizar la luz natural. De hecho, cuando volví de viaje, hice una exposición con aquellas fotos y vendí muchas. Cuando tienes las cosas difíciles, si les haces frente consigues unos resultados óptimos con lo que tienes».
Tejiendo la imagen de Hispanitas
Emmanuel lleva cuatro años ligado a la empresa de calzado Hispanitas. Comenzó gestionando las redes sociales de la marca, pero pronto fue designado director de imagen. Desde entonces, son varias las campañas publicitarias que se ha sacado de la chistera para llevar a cabo su principal cometido: forjar un vínculo sentimental entre marca y cliente. Esto es, y recurriendo si nos lo permiten al argot marketiniano, tanto como decir que Emmanuel Cienmandrágoras trabaja para hacer que Hispanitas se convierta en una lovemark para cada cliente, es decir, una marca amada, respetada y admirada por el público que los calza.
Con el fashion film «El artesano de sueños»- de la pasada campaña otoño/invierno- la empresa dio un paso agigantado para afianzar esa relación, saltando de las convencionales campañas gráficas a una pequeña producción audiovisual tejida con mucho mimo y donde quedan impresos valores de la marca, como la pasión por el trabajo artesano de calidad y tradición. «El objetivo era conseguir una película que captara, que dejara un recuerdo y vinculara emocionalmente al cliente. Entonces pensé en contar lo que podíamos ofrecer como marca española, una marca de tradición, de varias generaciones que han venido creando un zapato de alta calidad, que difiere de los fabricados a bajo coste», nos cuenta Emmanuel, que ha visto cómo su idea se traducía, con esfuerzo e implicación de varios profesionales, en un cortometraje romántico e inspirador que recoge la creación de un par de zapatos con el proceso artesano como protagonista de la historia.
Para dar a luz el proyecto, Emmanuel se rodeó de un equipo pequeño pero eficaz y motivado: «Vendí el proyecto desde el lado artístico y no tanto económico, porque hoy en día intentamos ajustar los presupuestos», apunta. Su primer paso fue contactar con varios realizadores hasta dar con uno que se emocionó con el trabajo tanto como él lo estaba: Manuel Portillo. «Le gustó mucho la historia y quiso formar parte. Me propuso utilizar la cámara Red One, ahora muy de moda y con la que están haciendo películas muy importantes como El Hobbit». El resto del equipo se completaría con la maquilladora Carmen Montoro- «toda una artista», alaba Emmanuel-, con el técnico de sonido José Luis Jara y con Arnau Bataller como creador de la banda sonora. Justina Vazgauskaite fue la modelo escogida- «tenía la dulzura y encanto que queríamos transmitir»- a la que puso voz la cantante Zahara.
La fotografía y localización, como no podía ser de otro modo, quedaron en manos del propio Emmanuel: «Encontré una antigua casa noble que pertenecía a una familia y que tenía todas las habitaciones que necesitaba, sin necesidad de trucarlas, porque a mí me gusta utilizar las cosas tal y como son. Y para el tema de fotografía, utilicé luz natural, excepto en las escenas nocturnas, y es un punto fuerte porque creamos una atmósfera mágica». Además, Cienmandrágoras dio un paso más y decidió diseñar él mismo el vestuario, inspirado en el proceso de creación del zapato: «El cuello de la camisa de la modelo es el cierre de un zapato y el corsé una caña de bota», nos explica, señalando además que se crearon para la ocasión 55 piezas para el atrezzo, entre ellas, una pluma de escritor que simula el fleje del cortador. Todos los detalles debían hablar, por sí mismos, de la artesanía zapatera que define a la marca.
Y el resultado, diez intensos minutos que dan comienzo con el sueño de una joven en alegoría de la primera fase de confección de un zapato, donde se plasma la necesidad de crear un objeto de la nada, y que continúan con la búsqueda de la inspiración, para lo que la artesana recurre a un entorno natural. La fase intelectual queda marcada en el film por la escena de la biblioteca, donde la muchacha busca apagar su sed de conocimientos consultando libros antiguos. Es en la noche, refugio de los creadores, donde comienza a abocetar el proyecto, al que dará vida finalmente con la luz del sol como testigo, mientras se sumerge en la piel de los distintos trabajadores que, desde siglos atrás, hacen posible la esperada pieza final: un par de zapatos.
Pasos de sirena
La positiva acogida de este fashion film- que se ha subtitulado a inglés y francés para pasearlo por el mercado internacional- ha llevado a la empresa a seguir apostando por este tipo de comunicación, «más interesante, que llena de contenido emocional al producto», indica Emmanuel. De hecho, en apenas unos días,Hispanitas presentará su segundo cortometraje, esta vez para la campaña primavera/verano 2013. «Pasos de sirena»-así lo han bautizado-tiene su punto de partida en el anhelo de este ser mitológico por conocer el exterior y caminar. «Esta nueva campaña- nos explica Emmanuel- está contaminada de los colores de la temporada: pasteles, aguamarinos…y a diferencia de la anterior producción, aquí predominan los espacios exteriores, la naturaleza, y los espacios interiores que hay son marítimos, de hecho, parte de la historia está rodada en el barco más antiguo de la flota española».
La campaña, que se completa con imágenes gráficas, cuenta con una novedad: textos manuscritos que esbozan retales de la historia de esa sirena que deseaba caminar. De momento, y a la espera del fashion film final, saboreamos el trailer.
Proyectos externos
El espíritu inquieto y creativo del protagonista de nuestro reportaje le lleva a sumergirse constantemente en nuevos proyectos, ajenos a su labor en Hispanitas. Recientemente, Emmanuel formó parte del equipo que creó el videoclip «Anticiclón», de los cantantes españoles Leiva -excomponente de Pereza- e Iván Ferreiro, encargándose de la dirección de arte de una de las historias que se recogen: la del señor que repasa el que fue el amor de su vida a través de fotografías. Lo hace en un despacho, que, curiosamente, es una de las salas del local nocturno eldense Balanegra.
Cienmandrágoras nos cuenta también que hace escasos meses ha fundado junto con otros profesionales el grupo The Homeless: «Somos un grupo de profesionales con identidad propia que estamos conectados para participar entre nosotros en proyectos. Sabemos lo que hacemos cada uno, nuestra forma de trabajar y cuándo podemos sernos necesarios. La idea se basa en la filosofia de la reutilización, de la optimización de medios, es la filosofía del vagabundo (homeless), la de ser inteligentes a la hora de trabajar ya que lo que tiene que premiarse es la creatividad,no los medios. Seguimos lo que creemos que tiene que ser hoy en día un creativo: un profesional que consiga sacar una idea adelante con los medios que te presten, para ello, es importante tener contactos y saber a quién puedes recurrir para suplir aquello que te falta», explica.
Soñador y realista
Dado su constatado éxito y prestigio profesional, le preguntamos a Emmanuel que nos explique las claves para salir victorioso de estos tiempos revueltos. «Hay un hueco para todos si mantenemos esencias diferentes. Cada persona tiene que apostar por sí misma, por su forma de hacer las cosas, aunque eso implique huir de lo fácil», indica, concretando que, en el caso del creativo, «siempre debe empatizar con los clientes, tratar de agradar al público objetivo, pero no obsesionarse con gustar a todo el mundo, porque terminará haciendo un trabajo mediocre». «Por eso yo prefiero arriesgarme y además estar en constante renovación, porque si siempre haces lo mismo, en este mundo estás muerto», concluye. Cienmandrágoras además tiene claro que, tal y como están las cosas, no nos queda otra que «crecer con los recursos que tenemos». Así nos lo explica: «No nos tiene que paralizar no tener medios. Nos tenemos que ir superando, y yo siempre intento rodearme de gente así, dinámica, que se proyecta por encima de sí misma, que no le va a parar que en su trabajo no le permitan hacer cierta cosa porque por otro lado la va a sacar. No hay excusas para no hacer lo que quieras. Hay gente que dice que no puede hacerlo porque no tiene dinero, o no está en la ciudad adecuada. Yo les diría que yo no vivo en una capital, vivo aquí, en Petrer, obviamente las posibilidades son otras pero no puedes quedarte lamentándote; utiliza todo lo que tengas a tu alrededor, las redes sociales,por ejemplo, y trata de hacer bien tu trabajo para que te conozcan».
Tampoco Emmanuel se olvida de aconsejar un equilibrio entre las aspiraciones y las posibilidades reales: «Es necesario soñar para poder hacer las cosas, pero siendo a la vez realistas. Si sueñas-nos explica- te vas a poder crear expectativas superiores a las que tienes y vas a poder aspirar a metas más altas. Y si a la vez eres realista, además de no pedirte imposibles, vas a cuantificar y ver los avances que hagas y que con el tiempo tú mismo te vas creando». Una fórmula que a este petrerí de corazón, le funciona.