«En alguna ocasión, claro», concede Pilar Sanchis, presidenta de los Estudiantes, cuando le preguntas si alguien se ha sentido ofendido con la publicación, «pero afortunadamente son muchas más los que se me acercan y me preguntan: «¿oye, y yo, qué tengo que hacer para salir el año que viene?» «Alguna trastada», les suelo responder». Efectivamente, es humor, festero y necesario, sin malicia, pero para hablar con propiedad sobre la naturaleza y función que cumple la satírica publicación de la comparsa Estudiantes lo mejor es transcribir el reverso del libro «The Boñ (1958-2008), 50 aniversario. Historia del The Boñ II» . Dice así:

«El The  Boñ es, sin lugar a dudas, reflejo de la personalidad de la comparsa Estudiantes, alegre, pícara, bulliciosa, siempre en el filo de la navaja, pero al mismo tiempo respetuosa y comprometida con la fiesta, la tradición y sobre todo, con sus gentes, los festeros. Es un hecho que cada aparición del The Boñ nos sorprende y provoca en nosotros una sana actitud crítica que nos lleva a relativizar y suavizar acontecimientos del ámbito municipal y festero, como una bocanada de aire fresco que depura ambientes viciados y ayuda en muchas ocasiones a mitigar enfrentamientos y superar rencillas a base de humor y dosis importantes de autocrítica.

Esa capacidad de reírse de uno mismo y conseguir que situaciones difíciles pierdan parte de su trascendencia, es un elemento consustancial e imprescindible al tiempo de fiesta, donde todos los problemas y rencillas cotidianos pierden fuerza y se da paso a valores mucho más importantes como la amistad, la convivencia y la igualdad derivada de la pertenencia a un grupo  homogéneo de festeros unidos por nuestra fiesta.»

Dicho esto, os dejamos con un tres artículos de los 16 que contiene el The Boñ de este año, que a nosotros nos ha parecido ciertamente inspirado y divertido en su sana crítica. El IV Centenario de los Votos a San Bonifacio y todo lo que conlleva o la gran jaima de Carmelita son algunos de los temas que, a todo color y con un magnífico uso del espacio, puede encontrarse en el The Boñ 2014 -cuyos autores, como siempre, no se identifican: ¡alto secreto!-.

No extrañéis, no, que se escapen, suspiros de mi garganta, la jota sale del alma y es dichoso quien la canta. Pero aquí hay otras jotas, sólo una y principal que nos hace un monumento mejor que la catedral. Hay que ver con qué maravilloso acento bailan todos a su son. El primero está Pineta, después el grupo «Guasons», cómo baila sor Teresa y San Pedro el protector, que no le cuesta ni un duro ni en Callosa ni en Japón, después tocan las castañas Caixeta, Chicharra y, cómo no, el Tortosón.

Qué cosa más peculiar lo que ocurre hoy en Petrer. San Mateo toca la gaita y los demás el pandero. Sacamos los cuatro santos y hasta Justo el campanero, aunque al santo maravillicas se le está viendo el plumero.

Qué bonita que es la jota que se baila aquí en Petrer, ya lo decía mi padre, si J quiere que baile, la jota yo bailaré. Y por fin el monumento o lo que sea de él, qué bonito, qué hermosura, pero ¿tendrán cara dura?, cambiar a Ovidi de Alcoy por nuestra insigne figura, que éste es Sant Bonifaci, no una estampa de hojalata que poniéndola al trasluz quieren que sea de plata, es tan dúctil como el plomo pero las van a vender como si fueran de oro.

Ay Jota, Jotilla mía, por más palos que te den, siempre serás el Quijote, con más garbo y más figura, que ha existido en Petrer.

La Jaima de la Sultana

La sultana Carmelita tiene este año capitanía familiar. Muy convulsos an­dan sus vecinos con los dimes y diretes. Como los invitados se contarán por miles, había que buscar un lugar para atenderles como se merecen. Reunida con sus Walíes y Majorals pensaron en derribar varias manzanas de la zona, después en aplanar la plaza de España… Finalmente, viendo que los vecinos se quejan por cualquier nimiedad como no poder dormir o aparcar sus coches, los han metido en un paquete vacacional del VPVT (Vacaciones para vecinos tocacojones) y los mandan a todos a Benidorm lo que duren las fiestas.

Para montar el cuartelillo, los sultanes se han desplazado a Libia, y tras duras negociaciones han comprado a precio de saldo la Jaima con la que viajaba Gadafi, incluidos los camellos, huríes y demás mobiliario…

Procesión de los 400 años

No sabemos muy bien qué va a pasar, no se sabe cómo actuar. Uno de los actos programados para la celebración del IV Centenario de San Bonifacio es la participación de algunas imágenes en la procesión festera. La primera pregunta que nos hacemos es: ¿y cómo iremos vestidos?, lo suyo, y por la cantidad de imágenes, es ir de capuchinos.

Proponemos que los capuchinos se dividan en comparsas pero cambiando el nombre: Hermandad del Gran Cubata, Costaleros del Buen Jamón, Hermanas de las Faseguras, Paella del Gran Poder, Gintonic de la Buena Cogorza…, haciéndolo todo más de «Petrel, Petrel». La segunda pregunta es: ¿quién ha elegido las imágenes a procesionar?, pues, ¿por qué no pueden sacar los labradores a San Isidro?, y, ¿qué hace en la ermita San Crispín, quien tiene dedicada una plaza en el pueblo?, ¿por qué no se ha invitado a los mayordomos de la vecina población?, en ella hay gran tradición de procesiones y cabría la posibilidad de que entre las suyas y las nuestras se dejara en simple pasacalles a las de Sevilla.

Por Gabriel Payá correrían la Verónica y el Jesús del Gran Poder. Por Constitución bajarían la Virgen del Remedio y por la calle Nueva el Cristo. Habría un deambular de imágenes y capuchinos todos «desparramaos» por el pueblo. Por San Bartolomé, el Sepulcro y la Macarena. ¿Por qué no sale San Bartolomé, patrono que cede su hábitat natural a San Bonifacio durante cuatro días? Lo mejor es que «cada uno en su casa y Dios en la de todos», dejemos a la Iglesia en paz. Amén.