Lo cogimos despidiéndose de sus compañeros, algo emocionado, ultimando ya su tiempo en la comisaría que lo ha acogido durante casi tres décadas. Antonio Amorós, intendente principal de la Policía Local de Petrer, marcha a Elche en unos días a afrontar «el mayor reto profesional de su carrera, posiblemente el colofón de ésta». Ocupará en la ciudad ilicitana el cargo de intendente general jefe, y tendrá bajo su cargo a casi 400 policías. «En Petrer somos unos 60 agentes, así que sí, será un salto cuantitativo importante», explica Amorós, quien tiene claro que, «en lo fundamental, es básicamente lo mismo: ofrecerle un servicio asistencial al ciudadano, en competencias de tráfico, en seguridad ciudadana… En definitiva, es la vocación de servicio al ciudadano y de ofrecer eficacia y una imagen de prestigio de la policía local». Para el veterano agente, elegido el pasado octubre como el segundo mejor jefe de la Policía Local de la provincia tras una votación en el seno de la Asociación de Jefes de la Policía Local  de la Provincia de Alicante (AJPL), la clave en su nuevo puesto va a ser «tener el mismo respaldo de la plantilla que he tenido en Petrer, que estemos unidos y que tengamos ilusión y ganas cada día por hacer mejor nuestro trabajo».

Amorós, de 52 años, sólo tiene palabras gratas para sus compañeros de Petrer. Ha realizado toda su carrera aquí y lo conoce muy bien. Se da la circunstancia de que entró en 1983 como agente raso, y ha ido escalando en el organigrama desde entonces: en 1985 ya era cabo (ahora oficial); en 1988, sargento;  intendente en  1996 y desde 2006 intendente principal. «Es importante este bagaje profesional, saber qué es lo que se siente y cuál es la problemática y las funciones en cada uno de los escalones. No todo el mundo lo tiene, normalmente te quedas en los escalones inferiores o entras directamente a uno superior. A mí me ha servido de mucho, he intentado aprender de todas las etapas, formarme en todas las actividades que ha de cumplir una comisaría». Desde luego, de su biografía destaca la formación constante: se licenció en derecho estudiando en sus tiempos libres durante la década de los 90: «siempre he tenido la inquietud y era necesario para poder progresar en el cuerpo».

En Petrer, el bajo índice de criminalidad se ha mantenido durante los últimos años

Amorós repasa con nosotros la actual situación de Petrer en las competencias que todavía le atañen. Dice estar «satisfecho» y no dejar «ningún asiento pendiente que me pueda preocupar, más allá del día a día». Para Amorós, Petrer es una zona «tranquila» en la que no existe la sensación «de inseguridad ciudadana que sí hay en otros sitios. Lo cierto es que estamos en una zona privilegiada, pues tenemos un índice de delincuencia muy bajo en relación a otras poblaciones cercanas. Eso habla muy bien de la Policía Local, pues aunque tenemos una comisaría de Policía Nacional, que es de Elda-Petrer, está ubicada en Elda, así que los ciudadanos de Petrer acuden a nosotros, a su policía, pues somos los que estamos físicamente, y tenemos una carga de trabajo algo superior al de las plantillas de otras poblaciones de similar tamaño. Por todo ello, me siento orgulloso de la plantilla y creo que el pueblo de Petrer también debería estarlo». Amorós valora también, especialmente, «el haber conseguido prestigiar» la labor de la plantilla «con un trabajo diario que ha sido callado, discreto y sin muchos aspavientos, pero que ha dado sus frutos».

Desvela también que en los últimos años «estamos prácticamente en una línea horizontal en cuanto a índices de criminalidad, no ha habido ningún incremento cuantitativo en este sentido. Podríamos pensar que la terrible crisis que sufrimos hubiera repercutido en esto, pero no ha sido así, la gente, en estos momentos de dificultad, se las está arreglando como puede, siempre dentro de la legalidad, y la crisis no ha tenido impacto en los delitos. En este sentido, creo también que la labor preventiva realizada desde el cuerpo ha sido muy positiva y ha ayudado a esto». Amorós también ha querido destacar, de su amplia etapa como responsable policial en la población, la «franca colaboración» de todos los grupos políticos, «más allá de una formación u otra», que ha permitido solucionar «algunos puntos negros y problemas» que necesitaban de una actuación supra-policial, como la calle Andalucía. «Los dirigentes políticos han tenido sensibilidad en este sentido y han atendido lo que nosotros informábamos y demandábamos», argumenta, «pues una barriada conflictiva no se crea de la noche a la mañana y hacen falta medidas urbanísticas y sociales para reconducir la situación. Afortunadamente ha sido así, y muchos ciudadanos honrados y humildes de la zona ahora viven más tranquilos y sin el estigma que estaba empezando a acompañar al lugar».

El atraco a la sucursal de la CAM, el «suceso más grave de mi carrera»

De su amplia experiencia, el asalto armado en 2008 a la sucursal de la CAM en el Campet -que se saldó con un tiroteo en el que falleció un atracador y con un policía nacional gravemente herido-,  «es la circunstancia más fuerte y grave que he vivido». Considera que fue «un milagro» que no saliera «ningún ciudadano herido con la cantidad de disparos que allí se produjeron, en una bulliciosa mañana en pleno centro del pueblo». Como jefe de la policía, sostiene Amorós, ese día «me di cuenta de verdad de la profesionalidad y preparación de nuestros agentes. Tuvimos una reacción rápida y eficiente ante un problema de máxima envergadura al que, afortunadamente, no estamos acostumbrados. Eso no es por casualidad: aquí tenemos ejercicios de tiro muy completos de teoría y práctica, con grandes instructores, y ese día se demostró, prueba de que se trabaja bien y de que somos un cuerpo bien preparado para eventualidades de cualquier tipo».

Preguntado por los problemas sindicales en el seno de la plantilla, que llevaron en 2009 a una «huelga camuflada» en el cuerpo, Amorós no ha negado los hechos, pero ha querido pasar página y destacar la unidad actual de la plantilla. «Lógicamente, como en cualquier empresa, surgen tensiones entre sindicatos, empleados, políticos, etc. Yo tuve que vivir esa circunstancia un poco en medio de todos por mi cargo, y lo importante es que se solucionó bien, hubo entendimiento y no llegó a mayores, fue un hecho aislado que se dio en aquel momento y hoy por hoy parece que todo el mundo está concienciado, se han acercado las partes y creo que eso es lo positivo, redundando todo en un beneficio del servicio, que es lo importante para los ciudadanos».

Fermín Bonet, nuevo responsable de la Policía Local

En ese momento de la entrevista, a Amorós le suena el móvil. Le llaman para felicitarlo, conforme se va conociendo la noticia: «estoy recibiendo mucho cariño y mucho afecto de la gente, y eso es lo que te llevas. Siempre tendré un gran recuerdo de aquí, es mi cuna, donde me he formado. Me gustaría también tranquilizar a todo el mundo: aquí se queda un gran profesional para sustituirme, Fermín Bonet, y una plantilla ejemplar. Fermín, que ha sido muy segundo durante quince años, sabe perfectamente cuál es la línea y está muy implicado, va a haber una continuidad y no vamos a ver ninguna merma en el servicio, ni mucho menos».

Así pues, Fermín Bonet pasa a ser el intendente principal de la Policía Local de Petrer; otro nombre propio es el de Juan Miguel Escribano, que pasa a ser el primer inspector, acompañado por Mariano Romero -que asciende de oficial a inspector-. El cuadro de mando queda igual, pues, con ocho oficiales, dos inspectores y un intendente; con ascensos de miembros de la plantilla para completarlo.