El encinar de mambré: un modelo de empresa alternativo en Petrer


En los tiempos que corren, poner en marcha una empresa conlleva un riesgo importante. Pero si se trata de una organización innovadora, basada en un proyecto de economía solidaria, parece que esos riesgos no son motivo suficiente como para dejar atrás la idea. Éste precisamente es el punto de salida de “El encinar de mambré”, una microempresa ideada por ocho católicos que propone un modelo económico alternativo opuesto al capitalismo y basado  en la distribución de los beneficios de forma más equitativa y solidaria.

Empresas solidarias

Aunque la mayoría de ciudadanos ignora qué es una empresa solidaria, la idea viene de lejos. Concretamente, el proyecto originario parte de un grupo católico, los Focolares, “que surgió a finales de la segunda guerra mundial en Italia y que poco a poco fue extendido ese espíritu de empresa emprendido por este grupo a África, América y Europa”, relata Antonio Rocamora, párroco de San Bartolomé.

Antonio Rocamora, párroco de San Bartolomé.

Este tipo de empresas, basadas en una economía alternativa al capitalismo, son las fundadas por un grupo de personas que se organizan bajo una persona jurídica de derecho privado (la denominada empresa) a través de la cual emprenden actividades que reportan un bien en la sociedad. Es decir, son empresas sin ánimo de lucro para sus socios fundadores, ya que los beneficios obtenidos se destinan a un bien común en la sociedad, como puede ser el salario a los trabajadores de la empresa, la puesta en marcha de cursos de formación para ciudadanos o la colaboración en distintas causas sociales.

“El encinar de mambré”

“El encinar de mambré” es el proyecto más cercano de microempresa solidaria que encontramos en la zona. “Es la primera empresa solidaria que surge en la comarca”, relata Rocamora.

La idea de poner en marcha este proyecto surge a finales de 2009, ante la necesidad que sentía un grupo de católicos de Elda y Petrer de colaborar con alguna acción positiva en una sociedad azotada por el paro y la crisis económica. “Ante la crisis laboral existente, pensamos en cómo podíamos ayudar a la sociedad, queríamos aportar nuestro pequeño grano de arena. Y pensamos en crear una microempresa solidaria”, relata Loli Leal, una de las fundadoras de “El encinar de mambré”. La idea de crear una empresa solidaria la extrajeron de una conferencia impartida por Javier Espinosa, presidente del Banco de Alimentos de España, quien les explicó su experiencia como promotor de este tipo de proyectos ya puestos en marcha con éxito en algunos puntos de España. “Él nos contagió las ganas de emprender un proyecto como éste”, afirma Loli Leal.

Constituida como sociedad limitada, los ocho católicos han aportado el capital necesario para poner a funcionar este “encinar de mambré”. Comparten con el resto de empresarios el objetivo de generar beneficios, pero difieren con ellos en la destinación final de los mismos. Como empresa solidaria, los fundadores no tienen ánimo de lucro, pues “los beneficios que se extraen los dividimos en tres partes: el sueldo para las trabajadoras, la formación del personal tanto profesional como humanamente y la difusión de la idea, es decir, la promoción y publicidad de esta microempresa para que se conozca y pueda expandirse”, comenta Victoria Ester Aracil, otra de las fundadoras de esta microempresa. A largo plazo, y si la empresa “genera suficientes beneficios” una parte de éstos será destinado a ayudar a personas que se encuentren en riesgo de exclusión social.

Además, por otra parte, esta microempresa pretende expandir ese modo alternativo de actuar: “nosotros más que hacer la empresa grande, nos gustaría expandir la filosofía para que otras personas creen este tipo de empresas solidarias y aporten  también su grano de arena”, relata Loli Leal.

Primeros servicios de esta microempresa

“El encinar de mambré” ha comenzado en principio poniendo en marcha dos tipos de servicios. Por una parte, un taller de costura en Petrer; por otra, un servicio de catering con sede en Elda.

El taller de costura es una de sus primeras iniciativas.

El taller de costura abrió sus puertas recientemente, el pasado 16 de marzo. En principio, son dos las trabajadoras que llevan hacia adelante los pedidos del taller. Sobre todo, se están realizando arreglos que los clientes les llevan, pero también confeccionan trajes de Moros y Cristianos. “Lo hacemos todo a medida” comenta una de las trabajadoras, Encarni Maestre. A esta modista ya la conocían anteriormente los fundadores de esta microempresa. “Yo estaba en paro cuando empecé a trabajar aquí. Antes hacía arreglos de novia y algunas otras cosas, y creo que aquí hago bien mi papel en el taller. Además,  la experiencia está siendo muy positiva porque la gente ha confiado en nosotras desde el principio”, relata Maestre.

En el taller de costura, de izquierda a derecha: Encarni Maestre, Charo Barba (ambas modistas), Loli Leal y Victoria Esther Aracil

Charo Barba es la otra modista del taller, una costurera de toda la vida. “Yo estaba trabajando fuera para diseñadores de alta costura y al conocer el proyecto decidí unirme a ellos y quedarme en el pueblo en mis últimos años de trabajo, para así poder formar a la gente y enseñarle lo que he aprendido”, narra Charo.

“Somos diferentes, trabajamos para los demás”

El lema bajo el que se mueve esta empresa deja ver claramente el fin social que se esconde tras la microempresa. Sin embargo, tal y como quieren dejar claro los fundadores y trabajadoras de la empresa, los precios de los productos, al contrario de lo que piensan muchos de los que se acercan al taller, no son inferiores al de la competencia. “Más barato no podemos poner los precios. Pues un trabajo bien hecho se tiene que pagar, porque si no, no es justo.  Además esto es una empresa, una empresa solidaria pero una empresa que necesita sacar beneficios para subsistir y cumplir con los objetivos iniciales”, aclara Victoria Esther Aracil. “De hecho las mismas modistas nos hemos informado de los precios, para no competir con el resto de trabajadoras, ni ir por debajo ni ir por encima”, continúa Encarni Maestre.

Talleres y servicios futuros

Aparte de este taller de costura ya puesto en marcha y del servicio de catering, la microempresa pretende gestionar otros proyectos que abarquen ámbitos laborales diferentes, como ofrecer en un futuro servicios de mantenimiento y limpieza,  de atención a enfermos así como de recursos humanos, con proyectos de economía solidaria, orientación laboral, formación e integración…entre algunos otros.

Además, entre los objetivos a corto plazo, y relacionados con el taller de costura , los socios de la empresa están buscando poner en marcha clases de corte y confección para aquellos ciudadanos de la zona que pudieran estar interesados en formarse en esta profesión. En principio, el grupo ha solicitado una subvención del Servef para poder financiar estos cursos, aunque, como afirma Loli Leal “si finalmente nos rechazan la ayuda, pondremos igualmente en marcha estos cursos, que ya estamos publicitando, como el de costura. Pero para poder comenzar, necesitamos a un mínimo de gente apuntada”.

Además, no es requisito imprescindible que las personas que vayan a trabajar o a realizar cursos en esta empresa sean cristianas, “sólo que asuman la filosofía de la empresa, otra forma de entender la economía, no ganar por ganar a costa de lo que sea, sino el espíritu de comunión con la idea, entendiendo el término comunión desde un punto de vista no necesariamente religioso, sino de puesta en común”, aclara Victoria Esther Aracil.

Un encinar en el camino de la vida

La denominación escogida para la microempresa no es casual, sino que sigue la línea de filosofía  promovida por la misma.  “El encinar de mambré” hace referencia a un pasaje del Antiguo Testamento en el que dos ancianos, Abraham y Sara, son visitados por unos huéspedes enviados de Dios en el encinar de Mambré. Tras ser éstos muy bien acogidos por la pareja anciana, los huéspedes, antes de marcharse, anuncian a ambos que serán padres de un niño. Un hijo a la vejez, algo insólito, un hecho que añade esperanza y fuerza a Sara y Abraham, que no habían sido padres hasta el momento. “Nosotros, inspirándonos en este pasaje, pensamos que esta microempresa es como aquél encinar de la vida, que cuando todo parece imposible, se abre algo nuevo: un encinar en el camino de la vida, un signo de esperanza, una sombra acogedora en el bochorno de las dificultades”, concluye Loli Leal.

El taller de costura y la sede de “El encinar de mambré” se encuentra en la C/San Vicente s/n de Petrer. La sede en Elda está en la C/ La Parroquia s/n.

2 thoughts on “El encinar de mambré: un modelo de empresa alternativo en Petrer”

  1. Hola. Soy una chica que vive en Petrer y me caso el 2 de julio. Llevo 4 damas de honor y necesitamos modista que haga los vestidos de las 4. No tenemos las telas ni nada asi que necesitamos opinion. Mis damas de honor quieren un vestido lo mas economico que se pueda. No se si con esta formacion me podeisdecir mas o menos lo que valdria cada vestido. Espero vuestra respuesta. Un saludo

  2. Hola me gustaría ponerme en contacto con vosotras para elaborar un cancan para un traje de moros, necesito respuesta inmediata, gracias.

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