Nota: Reportaje escrito por Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Herrero, publicado originalmente en la revista Alborada nº 44 -año 2000.
En la España de finales del siglo XIX, todo pueblo de provincias que se preciara de su desarrollo económico, demográfico y urbano aspiraba a alcanzar, como signo externo del mismo, dos elementos que le concedieran prestigio social frente a los pueblos de alrededor, a saber:
• El título de ciudad, concesión administrativa heredada de siglos anteriores que, si bien ya no garantizaba como antaño toda una serie de privilegios y exenciones fiscales, sí venía a sancionar una realidad económica y demográfica que diferenciaba social y políticamente a la población agraciada de las villas agrícolas circundantes.
• Y la existencia de un casino 0 círculo social, asociación con fines recreativos y culturales donde tenían cabida las personas más relevantes de la población: empresarios, profesionales liberales, zapateros, etc., todos amantes de su pueblo que, constituidos en socios, fundaban un club de amigos en el que reunirse.
En este sentido, la villa de Elda alcanzó en pocos años los dos elementos. El rango de ciudad lo disfrutó desde el 24 de agosto de 1904, cuando el gobierno conservador presidido por Antonio Maura (1), en reconocimiento a los logros económicos y demográficos conseguidos (2), concedió el título de ciudad a la hasta entonces villa de Elda.
Pocos años antes, nada más empezar el siglo XX, dos décadas por detrás de la fundación de los casinos de las ciudades más cercanas, caso de Monóvar (1880) y Novelda (1888), y a instancias de la burguesía zapatera eldense, se procedió a la fundación del Casino Eldense. Sociedad cuyos orígenes, gestación y primeros años de vida presentan numerosas lagunas para su conocimiento exacto, no concordando entre sí todos los datos que poseemos.
Así, para su fundación manejamos dos fechas, la del viernes 1 de febrero de 1901 (3), que hay que tomarla como la fecha en que de manera informal una peña de amigos tomó el acuerdo de fundar un Casino y la del miércoles 6 de marzo de 1901, cuando, de forma legal, se procede a la aprobación del Reglamento para el Casino Eldense, documento que viene a constituir el acta fundacional de la sociedad, que es inscrita en el Gobierno Civil de Alicante el día 9 de marzo de 1901.
Como viene a comentar A. Navarro Pastor (1981 II, 27-29), el Casino debió tener su origen en un grupo de amigos, todos varones, que se reunían asiduamente en una casa de la calle Colón, y que al igual que en la poblaciones cercanas ya comentadas, desearon y constituyeron «con el objeto de establecer y fomentar un Círculo para instrucción y recreo, de quienes a él pertenezcan… la Sociedad denominada Casino Eldense» (4), cuya primera sede social quedó radicada en la calle Colón esquina a la calle del Caballero de Rodas (5), actual calle Santa Ana.
Una vez inscrita oficialmente y aprobados los estatutos se constituyó la primera Junta Directiva de la Sociedad «Casino Eldense», quedando integrada por los siguientes socios: Juan Vidal Vera (6), presidente de la Sociedad (7), Ventura Vera García, presidente de la Junta Directiva; Vicente Nogueroles García, vicepresidente; Joaquín Coronel Rico (8), Antonio Rico Lloret, José Payá Vidal (9), Hilario Amat Vera, Hipólito Juan Sánchez, Emilio Rosas Coronel y Roque Gozálvez Amat, vocales; y Ventura Pastor Martínez, secretario (10).
Los estatutos quedan organizados en diez bases constitutivas y treinta y nueve artículos, donde quedan recogidos todos aquellos aspectos básicos para el funcionamiento de la sociedad. Vienen a reflejar el espíritu de la época y de esta clase de iniciativas burguesas tendentes a la formación de una sociedad selecta, restringida a los de una misma condición social y económica, convirtiéndose en la manifestación colectiva de una clase social, que les permite diferenciarse del resto de la clase obrera. Así, se establece como segundo precepto base que el ingreso en la sociedad queda reservado a los varones; del mismo modo que se fijan cuotas de entrada de 5 ptas. para los socios fundadores y de 1’5 ptas. para los socios de número, siendo esta última cantidad la establecida como cuota mensual (base tercera); se prohíbe en el local de la Sociedad todo juego de azar, hablar con voz alta y discutir sobre temas de actualidad política o religiosa (base octava); haber cumplido los dieciocho años, saber leer y escribir y ser de buenos antecedentes personales (art. 2); etc.
Desde sus inicios, entre los objetivos principales de esta junta figuró el lograr un inmueble propio donde establecer el domicilio social adecuado a los fines propuestos y dotado de jardín para el recreo personal y esparcimiento familiar. Con tal fin, y queriendo hacer coincidir la inauguración de la nueva sede de la sociedad con la conmemoración del tercer centenario de la llegada de los patronos eclesiásticos a Elda, el día 5 de septiembre de 1903 la Sociedad «Casino Eldense» pidió un préstamo económico (11) con el fin de poder adquirir un inmueble en el que poder ubicar el Casino y varias fincas anexas donde establecer el jardín. Estas necesidades quedaron cubiertas en 1904, cuando el 10 de febrero se adquiere por compra a Vicente Cabanes Sempere (12), tres fincas, recayentes ala calle Nueva, dos de las cuales eran terrenos y en la tercera había una edificación. Inmueble que debió ser acondicionado, tal y como relata el cronista oficial de Elda «… a gran ritmo, emitiéndose 50 acciones a 100 pesetas cada una,reintegrables, y una cuota de 1’50 pesetas mensuales…», firmándose contrato con un maestro de obras para que adecuase el edificio a los nuevos usos (Navarro Pastor, 1981 II, 29). Apenas un mes y medio después de su compra, eran cursadas, con fecha 28 de marzo de 1904, las invitaciones al acto de inauguración del Casino:
Se invita a V. Para el acto de la Inauguración del Casino, situado en la Calle Nueva, nums. 38 y 40, que tendrá lugar el día 30 de Abril próximo, a la una de la tarde.
Elda, 28 de marzo de 1904 (13).
Inaugurado el sábado 30 de abril, y según se desprende de los datos notariales, el Casino estaba «….compuesto de dos pisos, situado en la calle Nueva de la ciudad de Elda, número treinta y ocho de policía, cuya superficie es de 248 m2; con una delantera sin edificar que mide 168 m2 y a la parte posterior, un jardín (…) de flores y árboles propios, el cual tiene una cabida de 1.404’50 m2, cercado por una verja de madera; lindante el edificio y delantera que está sin edificar, por derecha entrando, casa de Vicente Maestre Sempere, izquierdo otra casa de Luis Amat y Maestre y espaldas con el jardín antes indicado, acequia en medio; y la finca rústica linda por Este, con terrenos de la fábrica de calzado de Don Casto Peláez; Sur con la calle de Jardines, Oeste camino de servidumbre de Silvestre Hernández y Vicente Maestre, y por Norte el edificio expresado al principio, acequia de en medio».
Pocos meses mas tarde, el sábado 6 de agosto de 1904, reunida la Junta General extraordinaria de la sociedad, se aprobó la reforma de los estatutos del Casino Eldense (14). Estatutos que venían a sustituir a los fundacionales, modificando tanto aspectos formales como de fondo,y cubriendo lagunas que habían quedado sin especificar en los anteriores. Así, se establecen ahora unos estatutos constituidos por veintiuna bases, divididas en tres capítulos y un reglamento de funcionamiento interno, con sesenta y dos artículos divididos en once capítulos, quedando definido el objeto del Casino por la siguiente frase, del todo significativa, recogida en la base primera: «El Círculo constituido en esta ciudad, denominado CASINO ELDENSE, es una reunión de amigos, cuyo objeto es proporcionar los goces y recreos que autoriza la buena sociedad».