Hace apenas unos días nos levantamos viendo en periódicos y televisiones una noticia que unida a toda una serie de precedentes hace que me preocupe por la situación en la que se encuentra la sociedad italiana. Estas imágenes eran las de la Ministra de Turismo terminando el himno italiano con un saludo fascista (que ni quiero ni hace falta que reproduzca) en un acto institucional. Semejante actitud debería ser suficiente en cualquier país democrático para proceder al cese inmediato de semejante persona. Sin embargo, la Italia del señor Berlusconi tiene asumidas las estridencias con total normalidad.
Este hecho, aunque preocupante, de forma aislada no sería suficiente para preocuparnos. Sin embargo, el conjunto de medidas populistas encaminadas a criminalizar a la inmigración, unidos a diferentes altercados xenófobos en diferentes lugares de Italia han de ponernos en situación de alerta.
Pero sin duda, la reciente noticia más preocupante en Italia es la aprobación de una ley que permite la creación de rondas de seguridad ciudadana. Este era uno de los caballos de batalla de la Liga Norte, partido de ultraderecha que gobierna en coalición con Berlusconi. Ante la noticia de esta ley, que todavía no está vigor, no ha tardado el Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional (partido de claro corte fascista) en anunciar que pondrá en marcha su propia milicia de voluntarios cuyo uniforme está poblado de símbolos fascistas (camisa caqui y gorra negra con un águila imperial romana, pantalón gris y botas de caña). Nadie debe olvidar que de esta forma, ocupando en primer lugar la calle con milicias que acaban convirtiéndose en una herramienta de coacción y represión, llegaron al poder muchos partidos fascistas antes de la Segunda Guerra Mundial. Y no es necesario que recuerde las fatídicas consecuencias que se derivaron. Por todo ello, hay que cortar de raíz todo manifestación de este tipo, antes de que sea demasiado tarde y el asunto se halla ido de las manos. “Que tome nota el Cavalieri”.
Este avance de actitudes y comportamientos fascistas no son algo aislado de Italia, como lo demuestra el avance de la ultraderecha en las recientes elecciones europeas. Una vez más en la historia algunos aprovechas los contextos de crisis para aprovecharse de la situación de desesperación de muchos parados y excluidos para sembrar mensajes populistas de corte xenófobo y conseguir recortas las libertades. El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, es el momento de todos demostremos que conocemos nuestra historia y que no estamos dispuestos a repetirla.
Si la aparición de estos movimientos de aires fascistas se tornan en tempestades malignas, hemos de eliminar, con la legalidad vigente, claro está, las ideas que los alimentan y los metodos que utilizan.Europa debe educar a sus niños para no tener que castigarlos de mayores. Empezemos desde abajo.