Me quedo perpleja ante la desfachatez de nuestros sindicatos llamando a los funcionarios a una huelga “por dignidad”, cuando no la han tenido permitiendo que cuatro millones y medio de trabajadores de la empresa privada se fuese al paro sin mover un dedo por ellos, ahítos de subvenciones, bien lleno el estomago por nuestro presidente de “izquierdas”, barato se han vendido. Ahora hacen un gesto de regañina contra el gobierno, cubren el expediente, aún advirtiendo que no se va a conseguir nada. Cobardes.
También encontramos a los sindicatos en la mesa de negociación de la esperada Reforma Laboral, otro escenario bien montado donde ya se sabe y además es premeditado, no se va a llegar a acuerdo para que sea nuestro gobierno nacional de “izquierdas” el que promulgue el decretazo, sin derecho a rechistar. Esta claro que vendieron los derechos de los trabajadores, que se ha perdido lo ganado durante la transición, que este gobierno ha estado y esta al servicio del descrédito general de las instituciones oficialmente constituidas; me refiero al poder judicial, totalmente desacreditado y manipulado; me refiero a los sindicatos, lugar de refugio del trabajador trasladado a refugio del gobierno para conseguir sus fines sin molestias; me refiero al concepto de bien general, dividido y enfrentado en las comunidades por una gota de agua; me refiero al daño en general que nos ha hecho en estos seis años este hombre, un lobo con piel de cordero, que poco a poco ha metido en su redil a todos, con engaños, diciendo una cosa y haciendo totalmente lo contrario.
Aún se permite trasladar la responsabilidad de sus decisiones, de sus “errores”, a los demás, a una oposición inexistente; permítanme decir que la responsabilidad es de quien gobierna nunca de la oposición, por si alguien no lo tiene claro, pero sabe muy bien como manipular la opinión pública.
Nuestro querido presidente lo ha conseguido, suave para que no duela, con palabras dulces y decretos segadores, ha acabado con las pensiones, ha acabado con la subida de los sueldos de los funcionarios, que por supuesto afectan a los de más bajo escalafón, ya que estos carecen de dietas que incrementar para compensar, y ahora está acabando con los derechos adquiridos tras la lucha de muchos trabajadores, pero es de “izquierdas” y sabe crear un enemigo, el “rico”, al que va a subir los impuestos, para que a los pobrecitos españoles que somos la mayoría nos quede el consuelo del tonto.
Y ahí tenemos a nuestros sindicatos, cada día mas gordos, más apoltronados, pidiendo la dignidad que ellos no han tenido.
Siempre que Vd. escribe surgen comentarios acusándola de ser una señora de derechas. Yo sinceramente dudaba. Ahora ya no dudo. Vd. no es de derechas, es de extrema derecha, perdidamente ciega, procapitalista i antidemocrática.
Miente y manipula como una bellaca.
Este Ricardo me recuerda el personaje del predicador iluminado y fanático que aparece en películas del Oeste anatematindo a todo dios que no colara con sus gilipolleces, y los lanzaba a las más horrendas y tenebrosas maldiciones del infierno. Para mearse de risa, vamos. «De derechas, de extrema derecha, perdidamente ciega, procapitalista i antidemocrática. Miente y manipula como una bellaca». Y se queda tan pancho el tío, ni se ruboriza ni nada. No es más tonto (intelectualmente hablando) porque no se entrena.
Coincido en bastantes aspectos de su crítica a los sindicatos «oficiales» y en algunos de la crítica al gobierno. Lo que no encuentro por ningún lado es la alternativa. No se si está a favor de la huelga, a favor de los funcionarios o a favor de los ricos.
Me cuesta pensar que prefiera a sindicatos minoritarios que ya hace tiempo demandaban una huelga general. Coincido con las críticas de estos sindicatos más que con las suyas. Sobre todo por claridad.
Sin excepción, están contra las medidas que agreden a la clase trabajadora. Aunque no vengan del PSOE. Y ese no es el caso de todo el mundo.