Soy de quienes piensan que la inversión educativa es la mejor herencia que la sociedad actual le puede dejar a las sociedades futuras, aunque este pensamiento parece no pasar por sus mejores momentos de aceptación. Sólo han pasado seis meses desde la afirmación, del entonces todavía candidato a la presidencia Mariano Rajoy, hecha el 4 de noviembre “Le voy a meter la tijera a todo salvo a pensiones, sanidad y educación”, afirmación que muchos pudieron llegar a creer y que sin embargo se ha quedado sólo en el “le voy a meter la tijera a todo…”. Menos ha transcurrido aún de otra de la edil de educación del PP en Petrer el 5 de marzo, “los recortes en educación son una falsedad”, pero la realidad está siendo bien distinta.
Detrás de estos recortes (ironía on) “que son falsos” (ironía of), no se encuentra en realidad un objetivo real de austeridad, sino pura y dura ideología. Cuando se aprueban subidas en las tasas universitarias en un 25% en la primera matriculación, y hasta un 100% en las sucesivas, y al mismo tiempo de reduce en más de un 40% el presupuesto para becas, se está atentando directamente contra el principio de igualdad en acceso a la educación superior, planteando un panorama de futuro en el que podrán acceder a realizar estudios superiores sólo quienes se lo puedan pagar. Instaurando así, una educación para pobres y otra para ricos.
Lo mismo sucede con la pretensión de los (i-)responsables educativos del PP en la Comunidad Valenciana, con la complicidad de los de este pueblo, de alcanzar un modelo educativo 50% de gestión pública y 50% de gestión privada (ese es sólo el primer objetivo), se privatiza y se hace negocio con la educación de todos y al mismo tiempo se desmantela y desprestigia la pública (menos profesores, más alumnos por aula, eliminación de desdobles y de grados de Formación Profesional como ha sucedido en el IES La Canal a pesar de existir demanda, etc.). Porque menos profesores suponen como resultado bajar la calidad de la enseñanza, aunque pretendan negarlo. Además, de este modo se ataca a la única educación que es igualadora, la enseñanza pública, y se vuelva a generar un modelo de educación para pobres y para ricos, como persiguen en el ámbito universitario.
Con este modelo poca esperanza de futuro les espera a muchas familias de este país, de esta comunidad y de este pueblo.