¿Más cerca de la inmortalidad? El curioso caso de Brooke Greenberg

Brooke Greenberg a la edad de 16 años junto a su hermana de 13 (Fotografía publicada por The Sunday Times)
Brooke Greenberg a la edad de 16 años junto a su hermana de 13 (Fotografía publicada por The Sunday Times)

La lucha contra natura, las ansias de ser eternamente joven y de alcanzar la vida eterna no son conceptos exclusivos de la postmodernidad, pese al auge de cremas ‘antiaging’ efecto ‘lifting’. En la narración más antigua de la historia, la primera de las grandes epopeyas de la Historia de la Literatura universal, el Poema de Gilgamesh (rey de Uruk, que vivió hacia el año 2650 a.C.) nos encontramos también ante la primera obra literaria que plantea la búsqueda de la inmortalidad.

La Planta de la Eterna Juventud, un vegetal milagroso que se hallaba en el fondo del mar, permitiría a Gilgamesh disfrutar de sus virtudes, pero éste la guarda para compartirla con los ancianos de Uruk. Cuando se detiene para refrescarse, una serpiente se apodera de ella, desapareciendo así el último resquicio de inmortalidad para el protagonista y para los hombres. Las tablillas de barro que encerraban dicha leyenda, que no fueron descifradas hasta finales del siglo XIX, también encerraban una lectura final: es la fama del hombre lo único que puede durar eternamente.

Ahora también sabemos que se puede conseguir la inmortalidad literaria, cinematográfica, artística… Algunos la lograron a su vez con obras que hablaban de la inmortalidad, como sucede en El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde o en Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift.

Hoy, The Sunday Times ha publicado una noticia que, como si se tratase de literatura de ciencia-ficción, gira, en su poso, en torno al sueño de inmortalidad. Brooke Greenberg, una joven estadounidense de 17 años, posee el físico y la mentalidad de una niña de uno, nunca ha aprendido a hablar y conserva todavía sus dientes de leche. Como apunta la citada fuente, el estudio de su caso presenta a los científicos una “oportunidad única” para arrojar luz sobre el proceso de envejecimiento e incluso podría desembocar en nuevas terapias para luchar contra las enfermedades relativas a la edad adulta.

Un estudio preliminar sugiere una causa genética, una mutación en los genes que controlan su envejecimiento y desarrollo, de manera que Brooke parece “congelada en el tiempo”, como afirman. Lo que pretende este equipo de investigadores es comparar su genoma con la versión “normal” para localizar esos genes, ver cómo actúan y “controlarlos”, dirigiéndolos al desarrollo de “nuevas terapias que mejorarían la calidad y la duración de la vida humana”. “Posiblemente, ello nos ofrezca una oportunidad para responder a la cuestión de por qué somos mortales”, concluye la noticia.

Como decíamos antes, he aquí de nuevo la eterna pregunta. No podemos negar la relevancia de este estudio, que podría desembocar en el futuro en una mejora sustancial del bienestar de los ciudadanos, pero, de forma paralela, a quienes hemos conocido la historia de la “pequeña” Brooke, nos han asaltado las implicaciones éticas que conllevaría tal descubrimiento, que todavía se encuentra en los prolegómenos.

¿Cuál sería el valor de una vida vivida hasta la eternidad? ¿Tendrían la misma importancia nuestras acciones? ¿Amaríamos de la misma manera, sabiendo que nuestros seres queridos nunca se van a marchar, dejándonos en completa soledad? ¿Exprimiríamos al máximo una carcajada, un abrazo, un atardecer? Muchos de nuestros sueños no serían imposibles (tendríamos toda una vida para conseguirlos), y no sufriríamos la frustración de no lograrlos, pero tampoco saborearíamos la inmensa satisfacción que da alcanzar lo aparentemente inaccesible; la magia que, biológicamente, sólo otorga en nuestro subconsciente el hecho de saber que somos caducos y nos esfumamos. Perderíamos la esencia del ser humano, porque la mortalidad da sentido a lo que somos y a cada uno de nuestros actos.

Las ansias de inmortalidad son asimismo un deseo sin sentido en un planeta superpoblado, con cada vez menos recursos y una brecha social más grande. Así, en un alarde de sinceridad, entiendo que anhelaríamos ser inmortales en caso de producirse en este mundo desarrollado (sus habitantes sois quienes estáis dotados de una tecnología suficiente para leer ahora mismo y, por supuesto, quien emite el mensaje). Qué paradoja. En otros rincones, los más de 1.000 millones de personas que viven en la extrema pobreza no saben si llegarán a mañana, ni si valdrá la pena luchar por ello…

7 thoughts on “¿Más cerca de la inmortalidad? El curioso caso de Brooke Greenberg”

  1. ¿Cuál es la excusa para someter a este individuo enfermo a una serie de experimentos e investigaciones dudosamente beneficiosos para él? ¿Alcanzar la inmortalidad o, como poco, la prolongación de la vida de la especie? Espero que no lo logren, pero si lo logran, confío en que no nos obliguen al resto de los mortales, que somos felices con esta condición, a someternos a sus procústeas torturas vitales.
    Por otra parte, si la excusa es investigar para evitar las «enfermedades» relacionadas con la edad, sugiero a los investigadores que vayan abriendo una línea de trabajo para encontrar la mejor forma de matarnos cuando llegue ese necesario momento.

  2. Obvio no la van a tratar como un objeto experimental! seria d e los mas inhumano y creo ques es una oprtunidad muy valiosa para aprender mas acerca del envejecimiento pero es muy obvio que lo unico q le harian es una extraccion de sangre para secuenciar su genoma… no tiene nada de malo investigar los casos de personas con enfermedades porque sería peor quedarnos entre la ignorancia. No etiquetes a los cientificos como locos masoquistas, para hacer lineas de investigacin se necesitan de organismos para someterlos a prueba y se q es horrible pero necesario si queremos vivir o salvarnos d una enfermedad.. mejor piensa en los politicos q hacen guerras y q matan gente inocente.

    me gustaría estudiar el caso de esta niña. Por cierto en mi escuela se estudia el envejecimiento con ratas, no con niños, saludos!

  3. Mi querido y tocayo amigo: deduzco por algunos detalles de tu comentario que tienes unos cuantos años menos que yo y gozas de una ingenuidad que yo perdí hace tiempo; no te preocupes, son cosas de la edad.
    En primer lugar te diré que si a esta adolescente (te recuerdo que tiene 17 años, no te dejes guiar por las apariencias para llamarle niña)sólo le realizan una extracción de sangre, tendrá mucha suerte, yo no estoy tan seguro.
    Por otra parte, si la investigación de casos de personas con enfermedades pasara únicamente por extracciones de sangre estaría muy bien, pero por desgracia no siempre es así; te sorprendería la cantidad de atrocidades que se han hecho y se hacen en nombre de la ciencia. Pregunta a algún profesor de tu escuela, pero pídele sinceridad y valentía en la respuesta.
    Como me sugieres, pienso mucho en las personas que hacen guerras y matan gente inocente. No todos son políticos, también hay científicos que ponen sus conocimientos en manos del poder y de los señores de la guerra. Muchas de las investigaciones y de los descubrimientos que se han realizado como excusa para salvar a la humanidad, después se han utilizado en los conflictos bélicos, pues ese era su fin último, pero no se podía declarar abiertamente.
    Por último te diré que en ningún momento he puesto etiqueta alguna a los científicos, en ningún párrafo de mi comentario les he llamado locos masoquistas, en cualquier caso, algunos (siempre una minoría importante) merecerían calificarse de locos sádicos.
    Pedirte también que te plantees por qué una rata merece menos consideración que un ser humano ya me parece excesivo por hoy; lo dejaremos para otra conversación.
    Saludos cordiales.

  4. se que se cometen atrocidades y que muchos laboratorios guardan en seccreto todas las cosas que les hacen a los animales, incluso a gente. Pero bueno, si se negara hacer experimentos, me pregunto como avanzaremos. La niña tiene a sus padres y dudo que ellos dejen q le hagan estudios terribles a la pequeña. Como en el caso del virus H1N1 se tuvo q estudiar el virus y para eso no creo que hayan hecho experimentos sangrientos cn la gente enferma, mas bien se les trato de salvar. No satanizen a los cientificos por culpa de peliculas de ciencia ficcion.. si la ciencia ha causado males es porque cae en manos de quien ni tiene perdon.

    Mis maestros me hablan de sus proyectos, incluso veo lo q hacen y si, me parece feo pero ..q otra manera hay? estamos aqui gracias al avance.. La ciencioa no es mala.. sino la gente que la utiliza para sus fiens egoistas y destructivas, pero si no fuera por las arduas investigaciones, creanme, nuestra expectativas de vida serian las mismas que hace 200 años. saludos!

  5. ah y lo de la rata… claro q merecen vivir, pero si hablamos de crueldad al 100% aparte de un laboratorio, entonces incluso el consumir carne y sus derivados es crueldad.. la gente que se queja de los experimentos en laboratorios y que gustan de degustar carne, creo que es hipocrita, sin ofender.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *