Iraq, Libia y la coherencia

No ha sido una sorpresa que Zapatero se haya puesto el primero de la fila para atacar a Libia, el abanico de imprevisibilidad e incoherencia del personaje es tal que ya no nos sorprende que nos diga que algo es negro y malo para media hora después decirnos que es blanco y bueno, según le dicte su tontuna. En consecuencia (valga la paradoja de la palabra aplicada a este mago para bobos) lo que en Iraq eran crímenes, asesinatos, mentira…, referido a Libia es capaz de conseguir que sus embelesados seguidores y fans lo vean como “intervenciones humanitarias”, “actuaciones justas” o “decisiones difíciles”. Para mearse.

Los casos de Iraq y Libia tienen muchas cosas en común y otras que no. Ambos son una guerra por más ridículos eufemismos que estén empleando en el caso de Libia. En ambos se justifica la intervención por la maldad de los tiranos aunque para los feligreses de ZP, con matices: Husein era malo pero no tanto como para montarle una guerra; y Gadafi es lo suficientemente cruel como para bombardearlo. Casualmente (¡qué casualidad!) los dos países son grandes productores de petróleo. La ONU, ah, sí, la ONU: “es que resulta que aquella guerra era ilegal porque no la respaldaba la ONU y esta intervención es legal porque la respalda la ONU”. Las resoluciones de tan desmerecido organismo son tan ambiguas que igual valen para un roto que para un descosido y resulta que los que casi todos los días se pasan las leyes por el forro de sus caprichos, en casos concretos como éste, nos quieren hacer creer que la ONU es Dios y que le corresponde decidir si está bien o está mal llevar a un pueblo a la guerra. Y cuando uno se percata que precisamente han sido Rusia y/o China las que no ejerciendo su derecho a veto en el Consejo de Seguridad han permitido “hacer justicia” con Gadafi, se te viene el cielo encima, o sea, los dos estados del mundo mundial de toda la vida más respetuosos con los Derechos Humanos, como no podía ser de otra forma, han permitido a Occidente matar legalmente. Nos toman por idiotas o qué.

En algo sí se diferencian sustancialmente estos dos hechos: en las manifestaciones públicas, contra Husein fueron todos los palmeros del Psoe, incluido el bolso de Llamazares; contra Gadafi solo Llamazares… y la luna.

¿Cuándo vamos a dejar de ser veletas de vientos manipuladores de nuestros sentimentalismos que lo único que pretenden es engañarnos? ¿Cuándo vamos a convencer a todos estos mandatarios mediocres y perversos de que no somos tontos, de que cuando algo está mal, lo está, sea quien sea quien lo haga? ¿Cuándo los políticos dejarán de tratarnos como niños y nos traten como ciudadanos?  No dejemos que Brecht se salga con la suya, no dejemos que esto ocurra el “el día de San Nunca Jamás”.

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