El Pregón de Moros y Cristianos, íntegro

Francisco López, «Paco Sopetes per als amics i el poble», ofreció el pasado sábado un pregón a la altura de las expectativas que había levantado un festero de su talla, con un currículo y una experiencia en la materia difícil de igualar. En una intervención con un gran sentido narrativo, Paco proyectó esa emoción tan especial que hemos convenido en llamar sentimiento festero a través de un recorrido por sus propias vivencias y recuerdos, deteniéndose en esas personas -y momentos- que «te marcan una impronta de la que es difícil escapar». Al tiempo, evocó su dilatada experiencia por la geografía festera levantina y fue apuntando ideas muy interesantes sobre la expresión local, reivindicando su singularidad (las rodelas, la gran tradición y presencia de las abanderadas, el mismo día de Banderas -«un privilegi»-,…) y su carácter popular («quizá es hora de volver a los cacauhetes, tramusos y torraos«).

Alternando valenciano (petrerí) y castellano, seguro que convienen que «el sueño» de Paco mereció la pena. A continuación, el Pregón íntegro.

Francisco López ha estado en todos los sitios, pero en ningún lugar como en casa, ¿verdad, Paco?

«Confieso que debo haber soñado.

Es un sueño que me gustaría contarle al capitán de este barco que nos sirve de escenario. Barco llamado «San Bonifacio» y que esta noche ha llegado al puerto de este pueblo que me vio nacer.

Es sábado, 14 de abril. Noche del Pregón, víspera de Banderas. Y yo, como cada año, me recreo en la magia festiva de esta noche.  Hoy se rompe la espera de meses de preparativos: el pueblo sale a la calle para revivir y transmitir su amor y cariño a los protagonistas en este primer acto de fiesta.

Día de abanderadas: las del año pasado, con sus mejores galas festeras portando sus banderas; delante van las de este año, con su ramo de flores y sus hermosos trajes, los trajes de la noche del Pregón.

Me contagio de sus sonrisas, de sus limpias y alegres miradas; acompañándolas veo a las autoridades municipales y festeras. La comitiva marcha entre vítores y aplausos, empujada por las notas musicales, rumbo al teatro Cervantes. De repente, me he visto formando parte del cortejo protocolario, compartiendo su mismo espacio, caminando junto a ellos, recogiendo sus mismos aplausos, salvando a la gente. El trayecto se me ha hecho corto y el sueño ha debido continuar, porque súbitamente me he encontrado ocupando un espacio en este escenario, y desconcertado me he preguntado: «¿qué falló aquí?»

Diuen que, a vegades, el somnis es converteixen en realitat. I ha sigut açò, perquè fa uns moments he palpat l’absoluta certesa que ho m’està succeint és real, inclús a pesar d’haver-ho somiat. Ha sigut en el precís instant en què intervenia Beatriz Pérez quan en escoltar-la m’he dit: Desperta, Paco, desperta! Pareix que están parlant de tu, només els ha faltat nomenar-te com Paco ‘el Barber’, Sopetes, per als amics i el meu poble.

I ara és quan caic en el compte: és onze de setembre, a les onze del matí, i Pilar, la ponent del Pregó d’enguany, arriba a la meua barberia. De repent em diu que m’assenyale en la meua agenda com ocupat el pròxim 14 d’abril, ja que vol proposar-me com el pregoner de les festes del meu poble. De tot açò, només recorde que no estic segur d’haver dit que sí. Record, açò sí, com un rellampec d’emoció em va sacudir tot el cos. I també tinc present les dues besades que li vaig donar, abraçant-la en silenci, incapaç d’articular paraula, emmudit per l’alt honor i l’enorme responsabilitat que dipositava en les meues esquenes.

Por eso, aquí y ahora, delante de los presentes, y a pesar de tu forzosa ausencia, querida amiga Pilar, quiero decirte sí quiero. Sí quiero ser pregonero de Petrer, porque os agradezco enormemente a ti y a toda la junta directiva de la Unión de festejos que hayáis pensado en mí para este menester. Te deseo que pronto te recuperes; este pregón es tuyo, Pilar.

Y ahora os pido a vosotros, amigos y amigas, festeros y festeras, que me dejéis soñar un poco más y me permitáis ser vuestro pregonero de las  fiestas 2012. Pregonero de nuestro Petrer, hermoso de campos, donde sus aguas, sus aires y su sol fertilizan nuestras huertas. Nuestro Petrer, hermosos de sierras, desde el valle de Catí a l’Almorxó, con sus bosques y su arena.

Per açò, sense més preàmbuls, done començament a la funció que m’ha sigut encomanada i que gustosament he acceptat. Senyor alcalde de Petrer, el meu bon amic Pascual Díaz; presidenta de la Unió de Festejos de Sant Bonifaci Màrtir de Petrer, Pilar Pérez; ponent de la comissió del pregó i presidenta de la meua comparsa, Pilar Pérez; resta d’autoritats, tant civils com festeres; representants de la UNDEF; càrrecs festers de Petrer, representats en aquest escenari per les abanderades; festers del poble de Petrer, amic tots: bona nit.

Lo primero que debo deciros es que me presento ante vosotros con ilusión y humildad y  algo apurado por la enorme responsabilidad que supone ocupar un estrado que, en días como el de hoy y a lo largo de los años, ha sido dignificado por voces más autorizadas que la mía. Os aseguro, en cualquier caso, que mis palabras, mejor o peor trenzadas, nacerán desde lo más profundo de mi alma, desde lo más hondo de mi corazón.

Corazón que hoy late acelerado intentando cumplir el sueño de ser el pregonero. Sueño que sería imposible cumplir sin el apoyo y respaldo de las dos personas que más han influido en mi vida. Sin duda, convivir con ellas, haberlas tenido cerca, han posibilitado que hoy esté aquí intentando hacer este pregón, realizando este sueño. Cómo no, la primera, mi madre, una madre coraje donde las haya. Una mujer que, junto a su esposo y padre, ya hace más de medio siglo, atravesó caminos de viños y olivos desde su Pinoso natal a este Petrer, donde vio nacer a sus hijos, así convertido también en pueblo suyo.

Mujer con sus 96 años  y que hoy aquí se encuentra con mucha ilusión, junto a tres de sus nietas, estando una de ellas presente en este escenario. Como siempre, desde cumplidos los ocho años, respaldando y apoyándome en cuantas inquietudes y peripecias festeras he tenido, que no han sido pocas, quizás porque nací un 27 de mayo y mis últimos días dentro de su seno coincidieron con el estruendo y la algarabía de las fiestas de 1952, marcándome una impronta de la que es  difícil escapar.

Pero si alguien ha hecho posible que hoy yo pueda cumplir este sueño no es otra que esa mujer, compañera y consejera, cómplice y amiga, un tiempo labradora, toda una vida marinera. Su constante apoyo, sin pedirme nada a cambio, ha hecho posible que mi vida festera haya sido activa, amplia e intensa, compartiendo todas y cada una de mis inquietudes desde aquella ya lejana capitanía que compartimos en el año 1974. Y lo que es más importante, transmitiendo el sentir festero y marinero así como todos los valores de nuestra hermosa fiesta a toda la familia. Gracias a estas dos mujeres, Trini y Matilde, madre y esposa.

Ara sí, ara és quan aquest humil pregoner intentarà fer ús de la seua paraula. Seran les paraules d’un mariner, ahir corsari, en l’actualitat descamisat, però sempre fester. Un fester al que en aquests moments se li ennuvola la vista de tots els records que se li vénen damunt i que ací li agradaria relatar. Records com el de quan, amb apenes cinc o sis anys, com quasi sempre, anava a jugar a casa del meu amic Joaquinito, conegut com Joaquí «el Moro». Quasi sempre jugàvem al mateix, als moros i cristians, i el seu pare sempre em deia: ‘Paquito, tu tens  que ser moro’, al que jo sempre contestava: «moro? Moro merda! Jo, mariner i basta! I és açò, pot ser que fora des de sempre, des que tenia ús de raó, mariner volia ser.

Sempre a casa ho demanava i encara que el meu pare sempre m’ho negava, fins que un instant en el qual, pot ser amb la complicitat de la meua mare, li vam fer recapacitar, però posant-me dues condicions. Aquestes condicions no eren unes altres que el meu primer vestit fóra el de la primera comunió, i l’altra que per a pagar la quota m’ho hauria de guanyar. Però de la primera condició, problemes no tindríem. I per a complir la segona, el meu pare em va preparar un caixonet de fusta per a quan en la barberia acabara de tallar el monyo als seus clients jo els poguera cepillar els peus, i així una propina per a poder pagar la quota setmanal: cinc pessetes, tres per al tratge i dues de cobro.

Hoy, la actualidad es otra. Vivimos tiempos difíciles, que también afectan al mundo festero. Pero la gente de nuestra fiesta siempre ha demostrado su capacidad para imaginar e ilusionar propiciando el encuentro y  la convivencia en un mismo cielo, en una misma comparsa o filá, de mujeres y hombres de distintas clases sociales. De nuevo, se me nubla la vista de recuerdos de mis primeros años en la fiesta. Cierro los ojos y retrocedo 50 años atrás, para verme a las puertas de la Capitanía de los Marineros del año 1961. Alejandro, a quien en otro apartado me gustaría recordar, con Marcelina y Matilde: eran capitán, abanderada y rodela. En la mesa,  porrones multicolor: el blanco de la paloma, el amarillo del canario y el rojo del vino tinto. Cacahuetes, tramusos y torraos. Los chiquillos nos llenábamos los bolsillos de esos cacahuetes, mientras los mayores daban cuenta de los porrones empinándolos y pasándolos. Compartían momentos de fiesta y eran felices con ese gesto, ese es el espírtu y la esencia de nuestra fiesta, la que hay que intentar mantener y transmitir.

No podemos permitirnos que las dificultades económicas nos equivoquen el rumbo. Debemos ser capaces de adaptarnos para poder hacer fiesta, con menos alardes, más si con ello conseguimos que la participación en nuestra fiesta no suponga un lastre económico imposible de sobrellevar.  Pensemos que, estando en buena compañía, poco ha de importarnos si en la mesa hay tocino, longaniza o gambas, o si volvemos a los cacahuetes, tramusos y torraos. Lo primordial es lo primero, lo segundo es accesorio.

Os he hablado antes de sueños y de mujeres, y de mujeres y de sueños debo seguir hablando, porque basta echar una ojeada a este escenario para advertir que, por merecimiento propio, está ocupado por diez mujeres que han cumplido un sueño y por otras diez mujeres que están a punto de iniciar el suyo. Su destacada presencia en este acto me sirve de excusa perfecta para glosar, reivindicar, señalar y pregonar el extraordinario papel que la mujer petrerense desempeña en nuestra fiestas. Podemos decir con legítimo orgullo que la figura de la mujer en las fiestas de Petrer está perfectamente consolidada, más que centenaria es, siendo pionera y  responsable de esto la tía Ramona, que allá por el año 1905 enarboló la primera  bandera de mujer festera, de mujer abanderada. Desde entonces su protagonismo ha sido indiscutible: cientos de nombres y rostros, de sonrisas y miradas, de mujeres petrerenses ha dado continuidad y sentido a una parte importante de nuestras fiestas moras y cristianas. Hoy esa responsabilidad os corresponde a vosotras, Lina y Laila, Encarni y Nerea, Ana y Secundina, Estela y Tamara, María del Mar y Beatriz, abanderadas del pasado año, y a vosotras, Lorena y Laura, Laura y Carmen, Diana y Rosa, Gloria y Amalia, Yaiza y Encarni, las abanderadas de este presente año.

Unas ya conocéis lo que supone que vuestro corazón se acelere y lata más fuerte que nunca, a ritmo de pasodobles y marchas, al traspasar la delgada línea que separa ser festera de ser cargo festero. Porque sabéis que se puede ser festera toda la vida, pero abanderada se es, con honrosas y contadas excepciones, una vez en la vida. Enhorabuena, festeras con mayúsculas.

Y a vosotras, abanderadas del año 2012: hoy, comenzáis a tener conciencia de la magnitud del compromiso que habéis adquirido al convertiros en la imagen de Petrer y su fiesta. Por ello, aquí y ahora, las palabras de este modesto pregonero os rinden homenaje de gratitud y de cariño, porque año tras año, hacéis más grande y mejor a este pueblo, porque hacéis crecer a sus fiestas, porque sois, no os quepa duda, parte de su mejor patrimonio. Durante más de un siglo, la simpatía, la belleza y la elegancia de nuestras abanderadas, así como su orgullo y gallardía, han iluminado todos y cada uno de los actos de nuestro calendario festero, por lo que hoy resulta imposible imaginar Petrer y su fiesta sin la presencia de todas ellas, sin los destellos de sus sonrisas y cómplices miradas que invitan a soñar. Sus corazones bombean la sangre festera necesaria para que nuestras celebraciones sigan más vivas que nunca y sus almas ilusionadas asumen al responsabilidad de proyectar la imagen de Petrer más allá de nuestras fronteras. A todas las que han sido, a todas las que sois y a todas las que serán, mil gracias por el enorme espíritu de fiesta con el que nos obsequiáis cada año.

A lo largo de estos últimos años, como viajero impenitente por toda geografía festera de moros y cristianos, primero como directivo y presidente de la Unión de Festejos San Bonifacio Mártir, y más tarde como presidente de la  UNDEF, he aprendido y consolidado una verdad casi absoluta: para cualquier festero, la mejor fiesta la de su pueblo. Mi caso no va a ser una excepción: he asistido a majestuosas entradas, he contemplado espectaculares embajadas, impresionantes procesiones…, pero no me equivoco al afirmar que las mejores fiestas son aquellas en las que las emociones y los sentimientos afloran por doquier, y eso afortunadamente sólo me ocurre aquí, en Petré.

Sólo aquí la piel se me eriza y el habla se me enmudece al contemplar la sublime estampa de nuestro patrón. Sólo aquí las lágrimas me sorprenden, tras vanos intentos de entonar la letra de un pasodoble. Sólo aquí, en Petrer. Quizá sea porque, como dice la letra, de ese inalcanzable pasodoble nuestro: «mi amor va siempre en ti/ con el afán de sentirte siempre en mi./ Mi fe, mi gran pasión,/ vibran en mi alma al quererte y al amarte así». No hace falta que nadie me diga que tenemos grandiosas entradas, espectaculares embajadas o impresionantes procesiones, iguales o mejores que otras poblaciones de renombre. Pero no olvidemos nunca que la fiesta de Moros y Cristianos son la historia, cultura, tradición e identidad de nuestros pueblos a través de la fiesta.

Las estructuras de las fiestas de moros y cristianos es muy parecida en nuestra levantina geografía, pero me vais a permitir que señale las joyas de nuestra fiesta, siempre en la opinión de este festero. Pequeñas joyas que nos singularizan  y diferencian y que tenemos la obligación de conservar y potenciar. Joyas como esa figura de las rodelas, esos pequeños ángeles, esas potenciales abanderadas y futuras mujeres festeras de Petrer. Sin duda, se trata de un elemento de la fiesta especialmente singular: verlas evolucionar junto a su capitán nos sigue emocionando año tas año.

Otra joya a cuidar no es otra que el enfrentamientos de los capitanes de la Media Fiesta en las dos guerrillas. Esa interminable rueda de cargadores y disparos rivalizando, tanto  en número como en estruendo, que se convierte  en una amistosa y casi eterna batalla en la que el triunfador es siempre el mismo: Petrer y su fiesta.

Pero si de joyas festeras hablamos, para este pregonero y festero, la joya que nunca debemos perder, es la llegada de nuestro patrón a su templo parroquial para presidir los días de fiesta. Es totalmente impagable el instante de su llegada  la Plaça de Baix, momento en el que todas las bandas de música entonan los sones del himno nacional: dos vueltas ha de dar el trono, con sus porteadores y a toda velocidad, el pueblo vibrando está, en un torbellino de fe que sirve de pórtico a la suelta de palomas que vuelan libres sobre el cielo de Petrer. Todo un grito de amor de un pueblo a su patrón.

Ya debo ir dando paso a la función de todo pregonero, que no es otra que la de invitar a sus vecinos, amigos y visitantes a participar en nuestras fiestas, porque Petrer ja està de festa. Vosotras, las abanderadas de este año, enarbolad vuestars banderas, iniciando vuestro mandato dentro de unos instantes, en el pasacalles hasta el ayuntamiento. Vuestro es uno de los principales protagonismos de nuestra fiesta: estoy seguro que sabréis brillar y hacer brillar a vuestras comparsas en cada uno de los actos.

Descansemos unas pocas horas, muchas tampoco, ya que dentro de muy poco tendremos uno de los días más especiales que podamos vivir los de Peter, ni más ni menos que el día dels Banderes.

Matí de bullici i desenvoltura, de germanor i camaraderia festera, quina sort poder comptar amb este dia!, perquè mentres en altres poblacions els seus dies grans de festa es concentren en apenes una semana, nosaltres tenim el privilegi d’obsequiar-nos amb una jornada tan espectacular, unes setmanes abans d’entrar de ple en les nostres celebracions patronals. Una jornada en la qual a la vesprada ja prenen protagonisme els capitans, les rodeles i abanderades. Es en aquestos instants, quan, i com he assenyalat anteriorment, volguera recodar un fester que para mi sempre ha sigut un referent. Demà al matí no estaràs físicamente dirigint el teu caragol, mariner, al son de «levando anclas», igual que has deixat sense cabo la fila de la teua alegria, però t’ assegure que sempre estaràs en el cor d’aquest pregoner i fester mariner. Aquest record va per tu, Alejandro, i solament et demane que transmetes aquest missatge als quals com tu esteu celebran les festes de San Bonifaci, el nostre patró.

Ja no queda gens, només un parèntesi de quatre setmanes, per a ultimar preparatius, i molt abans que ens adonem dotze bandes de música s’apinyaran, múscul a múscul, en la Plaça de Baix; tots entonarem com una sola veu el pasodoble Petrel. Ràpidament soparem, i amb els faroles de les comparses il·luminarem la retreta per a arribar a l’ermita i al nostre patró saludar. Açò només serà el primer dia gran dels nostres dies grans, perquè a Petrer, a mitjan maig, la primavera s’obri pas per a inundar de festa cada racó dels nostres carrers.

El matí del divendres, les capitanies iniciaran l’acte de la baixada del sant. Un breu descans per a disfrutar de l’excel·lent gastronomia local i ràpidament participarem en la guerilla inundant els carrers amb l’olor de la pólvora. L’ambaixada mora serà la primera pàgina de la nostra trilogia festera. Més tard, l’ambaixada en valencià ens arrancarà més d’un somriure, com succeeix des de l’any 1975.

Amaneixirà el dissabte, i amb ell, l’ activitat frenètica en cada casa, en cada cuartelillo, perquè cal tindre disposades les millors gales per a l’ entrada cristiana, segona pàgina de la trilogía. Biscains, Mariners, Flamencos, Estudiants  i Llauradors  rivalitzaràn estèticament amb els Moros Nous i Beduins, Moros Vells, Berberiscs i Moros Fronterisos. Un altre merescut descans per a tornar a la vesprada, amb la solemne processó, on escriurem la tercera pàgina de la nostra trilogia, deixant-nos estampes de fe i devoció per al nostre patró.

Encara ens espera el diumenge, amb la desfilada d’honor i la celebració de la santa missa. I després de donar bon compte d’un bon dinar, donarem pas a la majestuosa entrada mora. Ja arriba el dilluns, amb la guerrilla que precedeix l’ambaixada cristiana, tornant a donar-li fortalesa al bàndol cristià. A la vesprada, la pujada del sant, on podem admirar una vegada més les evolucions de les nostres rodeles. Després la missa de gràcia; les comparses donaran inici a la baixada de càrrecs per al pròxim any. Podria deduir-se de la meua exposició que les festes són curtes, però no ho són. I si ho foren, estem en l’obligació de disfrutar-les intensament al carrer,  en cada acte i en els nombrosos cuartelillos que jalonen el nostre poble. Perquè també, en l’incomparable ambient dels seus cuartelillos, ha sigut i és Petrer pioner i referent, convertint aquests locals en punts d’ encontre, en zona de germanor entre homes i dones de la festa.

Debo ir concluyendo porque fuera espera la noche disfrazada de música y luz. Muchas gracias, pueblo mío, por escuchar esta noche con tu atención y paciencia a este pregonero, que humildemente ha interpretado lo que su corazón le ha dictado. Hora sólo os pido treinta segundo más para hacer mi verdadero pregón:

Por orden del señor alcalde y de la señora presidenta de la unión de Festejos de Petrer, quiero deciros que desde el 17 al 21 de mayo el pueblo de Petrer está fiesta. Por tanto, yo os invito a todos a que os dejéis llevar por los ritmos, luces y sonidos, y por toda la magia que envuelve en estos días a nuestro querido Petré. Y como final, yo os pido que unáis vustra voz a la mía, que vuestra voz amiga me acompañe en un grito más fuerte y sentido que todo lo que termino en deciros: «Avant la festa, visca Petrer, visca San Bonifaci!»

 

 

 

 

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