No es casualidad que la paranoia catalanista del PP se produzca siempre en períodos pre-electorales, sólo que anticipo que esta vez no les va a funcionar. Y no van a funcionar, porque no hay campaña anti-catalanista que pueda esta vez tapar veinte años de corrupción y despilfarro en el gobierno valenciano. ¿Qué puede haber más anti-valenciano que llevar a la ruina a la administración valenciana con un 34’8% del PIB de deuda -la más endeudada de todas las CC.AA.-, o arruinar la tercera caja de España (CAM) para acabe quedándosela una caja catalana por tan sólo 1€? ¿No es antivalenciano manipular y llevar a la ruida a la radio y televisión pública valenciana hasta acabar cerrándola? ¿Qué puede haber más anti-valenciano que aprovecharse de los fondos públicos de todos los ciudadano de la Comunidad para presuntamente enriquecerse de forma sistemática a través de “amiguitos del alma”, como se desprende de los informes y autos de los casos Gürtel, Brugal, Blasco, EMARSA, etc.? Como vemos el patriotismo no se expresa sólo con golpes en el pecho y utilizando las banderas como arma arrojadiza, sino con hechos.

Ni siquiera el mantra de la buena gestión de los populares  resiste hoy día a la realidad después de hacer perder desde 1996 doce puntos en renta per cápita, pasando de estar por encima de la media al puesto número 12 de las 17 comunidades. O la pauperización de una buena parte de la sociedad valenciana. 195.800 hogares valencianos se encuentra en situación de pobreza y el 25’1% de la población según el estudio económico de la Fundación Bancaja. Especialmente llamativa el abandono sufrido por parte de la mayor parte de territorios de interior y nuestras industrias tradicionales como el calzado o la marroquinería, que pasaron a un segundo plano para dejar paso al modelo de la construcción desmedida y los grandes eventos que a la larga se han demostrado ruinosos.

El Consell valenciano necesita hoy más que nunca que entre aire fresco que permita airear la podredumbre de algunas prácticas realizadas durante demasiados años. Los populares saben que los socialistas somos la única alternativa real con opciones de gobernar la Comunidad a partir del próximo  mayo, y perseguimos hacerlo con una mayoría social amplia que respalde esta necesaria transformación. Es por ello que centran en nosotros todos sus ataques y sus infamias con el objetivo de sembrar un falso miedo que movilice a sus votantes y les permita mantener la Generalitat pacto mediante con otros partidos de derecha como UpyD, Ciudadanos y VOX.

Ataques que centran ahora contra el candidato socialista Ximo Puig, que a diferencia de Alberto Fabra, puesto a dedo por Rajoy tras la dimisión por los escándalos de corrupción de Camps, cuenta con legitimidad de los más de 50.000 valencianos que lo eligieron como candidato socialista a la Generalitat en las primeras primarias abiertas a la participación ciudadana celebradas hasta ahora en España. Eso representa Ximo Puig, honestidad, participación y más democracia.

Fernando Portillo es Secretario General del PSOE en Petrer y concejal