Acabamos de entrar en año de elecciones municipales, así que toca lavar la cara de la ciudad intentando convencer a los ciudadanos de que, después de todo, tal partido no lo ha hecho tan mal. Ocurre en todas las localidades; por supuesto, Petrer no es una excepción. A lo largo de este año podrán comprobar como ya nadie habla de austeridad, recesión o medidas dolorosas; de pronto, las Administraciones Públicas volverán a gastar y a sacar músculo (ampliación del cementerio, remodelaciones de las plazas Federico García Lorca y Enric Valor, reconstrucción de la rotonda de la estación de autobuses); otra vez querrán transmitirnos la sensación de que los recursos financieros caen del generoso cielo de Petrer. Sin embargo, en años de elecciones bien se puede comprobar que, como la luna, lo que los políticos exhiben es proporcional a lo que ocultan. Recientemente hemos denunciado la suciedad que se aprecia en distintos puntos de la ciudad, a pesar de la cantidad que nos cuesta anualmente los servicios de la empresa Fobesa.
Lo cierto es que las políticas de recortes siguen sufriéndolas los ciudadanos de Petrer, aunque se trate de pequeños detalles, aunque, al contrario que los parques y la obra pública, no sean visibles. Un ejemplo. Durante un año y medio, el Ayuntamiento no solo reservaba la piscina municipal de San Fernando para las clases de matronatación, sino que además no cobraba nada a las embarazadas; al fin y al cabo, bien podemos entender que si las clases de preparación al parto son un servicio público inscrito en la Seguridad Social, ¿por qué no lo iba a ser la matronatación? Llegaron entonces los recortes y, para este 2015, no solo no se les reserva la piscina, sino que además se les cobra tres euros por sesión a las futuras mamás. De acuerdo, no se trata de cantidades exorbitantes; pero justamente por eso tampoco era necesario “meter la tijera” ahí. Tres cuartos de lo mismo ocurre con la supresión de las actividades deportivas en los centros sociales.
No es oro todo lo que reluce…
Aún es de agradecer que no se les obligue a contratar tres partos y pagar con tarjeta de crédito. Será una gracia, atendiendo a que es año electoral.
Por muchas obras que hagan los recortes en sanidad , educación, dependencia y en los sevicios sociales son evidentes.
Los casos de corrupción a nivel de la comunidad son ya un escándalo.Tanto que en un sistema más democrático, algunos ya estarían en prisión.
Los desahucios siguen la subcontratación en alza y la economía sumergida ha alcanzado cotas de impresión.
Se impone un cambio y ya.