Y por otros cuatrocientos años

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Tras la emoción del jueves, la jornada festera del viernes empezó pronto, a las diez de la mañana, con el acto más madrugador de la fiesta: la Bajada del Santo, que este año -su año, el del IV Centenario de los Votos a San Bonifacio- traía una armoniosa novedad, el acompañamiento del Coro de la Unión de Festejos a la imagen, interpretando la pieza «Estaremos a tu lado». Antes de ello, no obstante, la protagonista fue la pólvora, como es usual, con la subida a la ermita disparando al alardo. El capitán y su rueda de tiradores animaban, con sus tiros al aire, el baile característico de las rodelas; el resto de tiradores y el cañón -algo mermados en su número– mantenían el momento, y tras ellos, en fila de uno a cada extremo de la calle, el resto de la comparsa. Así, primero el bando cristiano y luego el moro, la Fiesta tocó a las puertas de la ermita, para llevarse al patrón a la Iglesia de San Bartolomé, donde descansa durante estos días.

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La exhibición de la rodela en el disparo al alardo es una de las características distintivas de nuestras fiestas, y le da al evento de tiro una vistosidad diferente.
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Todos los festeros se concentraron en la Ermita…
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…Para custodiar al patrón en su bajada a la Iglesia de San Bartolomé.

La bajada, especialmente en el último tramo, estuvo arropado por numeroso público, que disfrutaron, como hemos contado, con la actuación del Coro de la Unión de Festejos. Una vez en el punto de partida, en una Plaça de Baix abarrotada, la imagen dio dos vueltas, entre palmas, antes de entronizarla en el templo parroquial. Con San Bonifacio comandando la fiesta, un festivo pasacalles llevó a cada festero a su cuartelillo correspondiente.

Embajada Mora y Ambaixada en Valencià

Por la tarde, más pólvora y disparos, con la primera guerrilla de las fiestas, la que gana el bando moro, como se representa en la embajada de la Plaça de Baix que pone fin al enfrentamiento, y que deja paso, tras la disputa física, a base de arcabuz y cañonazos, a la disputa verbal -y su célebre, «Oh, fortuna favorable…»-.

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Las fallas y Joan Monléon y su paella -a guanya diners!-, emblemas de Canal 9, parodiados en l’Ambaixada en Valencià.
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La nueva reglamentación de cuartelillos también ha salido a escena en la obra humorística.

La seriedad que tuvo la capitulación cristiana por la tarde se tornó en risas y desenfado pasadas la medianoche, con la Ambaixada en Valencià. Precedida por un pasacalles que parodiaba, con no poco acierto, el cierre de Canal 9, la Ambaixada pasó revista, en clave de humor, a los principales acontecimientos festeros del año: la nueva normativa de cuartelillos, el IV Centenario, etc. Este año, por cierto con embajadora mora -todo un acierto-, contó con más público que en ediciones precedentes, público que más tarde fue el alma de una nueva noche de fiesta en el casco antiguo de la ciudad. El texto íntegro de la Ambaixada en Valencià lo publicaremos a lo largo de esta semana.

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