Unas amenazantes nubes oscuras, que formaban una cortina impenetrable en su densidad, avanzaban a primera hora de la tarde por la población desde el oeste. La vecina Sax acababa de sufrir sus inclemencias, pero parecía que Petrer iba a salir indemne. Lo ha conseguido la ciudad, que no el campo: a las seis menos diez, y bajo un tremendo estruendo, el noreste del término (Caprala, L’Avaiol, etc.) veía descender del suelo un granizo de esos que te pueden mandar al hospital. Han sido diez minutos de caída furiosa de piedras casi del tamaño de una pelota de tenis.
Diez minutos, decíamos, suficiente para arrasar con las postrimerías de la huerta local y, sobre todo, con parte de la producción de las oliveras. Hemos dado una vuelta para hacer una primera valoración y aproximadamente el 20% de la oliva está en el suelo -la campaña de la almendra, afortunadamente, ya había acabado en la práctica-. Igualmente, los techos y las tuberías exteriores de las casas de campo, así como aperos y vehículos, también se han visto afectados. Seguiremos informando.
Ha sido terrible, lo he vivido en primera persona y daba miedo de verdad.
La huerta arrasada, los pinos como si los hubieran desbrozado, en fin un mal rato.
Afortunadamente a pasado como habéis dicho en diez minutos.
Así se dan las noticias, a tiempo real. Enhorabuena por tenernos tan bien informados.
Vaya tela …..