Un jarro de agua fría

Pese a la voluntad, la calidad de la plantilla y el buen hacer del técnico local, el Petrerense no acaba de dar con la tecla que le permita encadenar una buena racha de resultados, más allá del prometedor inicio de temporada, del que todos concluimos mayores expectativas para el equipo a estas alturas de la temporada. Sin embargo, y este fin de semana ha sido una prueba de ello, el equipo se ve arrastrado jornada tras jornada por una suerte de fatalidad, que en el partido que nos ocupa se concretó en un gol rival en las postrimerías del partido, en prácticamente la única ocasión clara de la que dispuso, y cuando jugaban con uno menos.

Así, se vivió en el Barxell un encuentro con altibajos, con un inicio ciertamente aburrido para el espectador, en el que primó el juego físico y la brega en el centro del campo. No hubo una sola ocasión ni dominador claro hasta pasada más de media hora, en el que la mayor técnica del Petrerense comenzó a notarse, con algunas triangulaciones meritorias y un par de ocasiones, no demasiada claras, que se fueron al limbo. Estábamos asistiendo a un duelo comarcal en el que ambos equipos tenían demasiado miedo a la derrota.

La segunda parte comenzó tal y como acabó, con un Petrerense mejor plantado sobre el campo que, poco a poco, iba ganando espacios y tomando la iniciativa del encuentro. Las cosas se pusieron definitivamente de cara para los hombres de Campello cuando, tras un balón dividido, el portero rival topó con el delantero Claudio, para acto seguido perder los nervios y amenazarle e insultarle con toda clase de improperios. El árbitro lo mandó a la ducha, y poco después llegó el gol de Reca, que recuperó un balón al lateral y se metió hasta la cocina para deshacer las tablas. Corría el minuto 60 y lo mejor que se podía decir del Villena era que tan sólo perdía por 1-0.

El segundo gol se cantó varias veces, sobre todo en un mano a mano de Moreno con el guardameta suplente, pero no llegó. Y entonces, diríamos, ocurrió lo inesperado, aunque no tanto si conocemos la trayectoria del equipo esta temporada: Claudio se autoexpulsa al dejarse caer exageradamente en el área (el colegiado le mostró la segunda amarilla) tras notar un ligero contacto, y en los minutos finales, pasado ya el 80, un balón largo al corazón de la defensa se cuela entre los centrales y llega el gol del Villena. Todavía quedaba tiempo, pero el Villena se dedicó a perder tiempo y mantener el resultado como si se tratara del más experimentado equipo italiano (o argentino), y el jarro de agua fría de la hinchada local se mantuvo hasta el fin del partido.

El Petrerense continúa noveno tras el empate, pero le aguarda un calendario complicado, más teniendo en cuenta la negativa racha de lesiones que arrastra el equipo. El entrenador Campello apela a “la ilusión, la motivación y la confianza para dar un giro a la situación”, sin querer ser agorero pero sabiendo “que el descenso está  a seis puntos”. Este domingo, el Petrerense se enfrenta al Callosa, equipo que está peleando por el ascenso, y con dos nuevas bajas tras el partido de esta semana: Claudio, por haber sido expulsado, y Reca, que tiene un esguince.

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