Acaso la derrota más dolorosa: en el último segundo, tras haber marrado una clara ocasión en la jugada anterior y después de haber dejado «vivo» al rival en una primera parte en la que la selección fue muy superior. Así ha caído España frente a Francia (22-23) en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos.
El partido comenzó de fábula, con un 6-1 en el marcador a favor de España al cuarto de hora de encuentro. La selección estaba encontrando espacios en ataque, moviendo bien la pelota, y en defensa no daba concesiones, en especial el guardameta Sterbik, que repelía todos los lanzamientos galos. No obstante, y haciendo gala de su enorme competitividad, Francia disimuló el grogui y recortó distancias (12-9) al final de la primera mitad.
En la reanudación, poco a poco creció la efectividad gala y voltearon el marcador poco después del ecuador del segundo período. La selección entonces tiró de raza y orgullo, aguantó el tirón, apretó los dientes y llevó el partido a un final de infarto, con empate a 22 en el último minuto y posesión. En la jugada de ataque no pudo concretar y todo quedó en manos de Karabatic, la estrella rival, que se jugó el que parecía ser el último lanzamiento del tiempo reglamentario. No fue gol pero tampoco el último lanzamiento: Accambray recogió el rechace y deshizo la igualadad en el último segundo. El seleccionador, Valero Rivera, ha valorado el resultado «como la derrota más dolorosa de su carrera» y ha lamentado la falta de «ese puntito de fortuna que llevamos mucho tiempo sin tener».
Se pone así punto y final a la primera participación de un petrerense en los Juegos Olímpicos, con un Gedeón Guardiola que, aunque ha tenido menos minutos en este decisivo encuentro en la rotación defensiva, ha demostrado ser una pieza importante en el combinado nacional. Gedeón ha jugado minutos en todos los encuentros en el centro de la defensa, aportando su garra y reflejos al equipo. No ha tenido minutos en ataque estático, pero sí la posibilidad de correr varios contraataques (cuatro goles ante tres rivales distintos). Seguro que, cuando digiera este mal momento, guardará un buen recuerdo de esta insólita experiencia para un vecino de Petrer. Y seguro también que tendrá posibilidades en el futuro (28 años en la actualidad) de seguir aportando su esfuerzo y compromiso al combinado nacional.
Nos cabe la satisfacción de que, al menos, Gedeón queda exento de toda responsabilidad en la eliminación del equipo. Como ayer apenas entró en juego, no tiene que rendir ninguna cuenta.
Lo que nunca sabremos es si con él defendiendo en los minutos finales, se hubiera evitado el último lanzamiento de los franceses, que significó su victoria. El caso es que Gedeón tuvo pocas oportunidades de opnerse a ese soberbio lanzador que Francia se sacó de la manga en la segunda parte, y que fue quien le dió el pase a semifinales.