Según los datos publicados hoy por los servicios valenciano de empleo (LABORA), este pasado mes de agosto, siguiendo la tendencia nacional (subió el paro en 54.371 personas, uno de los peores datos de la última década), el número de parados de la comarca del Medio Alto Vinalopo subió en 716 vecinos, ratificando el tradicional carácter negativo de este mes para el empleo también en nuestra zona.
Por municipios, el paro ha aumentado en la gran mayoría de las poblaciones, destacando el municipio de Petrer, con 234 personas desempleadas más respecto del mes anterior, situándose la tasa de desempleo nuevamente por encima de las 4000 personas -4.018-, y Elda, donde la tasa del paro ha subido en 206 personas, dejando la tasa de desempleo en 5.708. El paro ha ascendido también en Novelda (75 personas), Monóvar (63), Aspe (61), Pinoso (41), La Romana (16), La Algueña (9), Hondón de las Nieves (8) y Hondón de los Frailes (8). Sólo ha descendido en Monóvar, con cinco personas abandonando las listas de desempleo.
Por sectores, el industrial encabeza el ascenso de desempleo, con 334 parados más, seguido muy de cerca por los servicios, que suman 331 nuevos desempleados. El paro sólo ha decrecido en agricultura, con 16 parados menos. Y en cuanto a la distinción por género, el paro ha aumentado en la comarca en 430 mujeres y 286 hombres.
Los datos han sido valorados por los sindicatos. UGT considera fundamental identificar y abordar las razones que explican este comportamiento del mercado de trabajo durante el mes de agosto, «y que no se justifican con las actividades turísticas en el conjunto del sistema productivo de nuestro país. La altísima tasa de temporalidad que se registran se explica por un abuso de la contratación temporal. Muchos trabajadores y trabajadoras que desempeñan trabajos estructurales, estables y permanentes en las plantillas tienen contratos temporales, cuando ocupan puestos de trabajo que deberían estar cubiertos con contratos indefinidos. Esta precariedad que permite a los empresarios la discrecionalidad de despedir para ahorrarse el salario de un mes de vacaciones (o de baja actividad empresarial) es un fraude, y tiene coste para el trabajador que la padece, pero también tiene un coste para el Sistema Público de Seguridad Social, que no recibe las cotizaciones correspondientes a esos salarios que no se quieren pagar. Igualmente, han señalado que los datos «también ponen de manifiesto la brecha laboral que sigue habiendo entre hombres y mujeres».