Finalmente, una historia con un desenlace feliz: la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Elda (EURLE), después de estar oficialmente clausurada para el próximo curso durante más de un mes, abrirá sus puertas y ofrecerá el grado a todos los estudiantes que deseen matricularse.
La buena nueva, anunciada hoy por la alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa, y los responsables del centro, trae consigo un plan de reajuste: la escuela continuará su actividad en el Centro Cívico y Juvenil -las antiguas instalaciones podrían concederse al colegio Miguel de Cervantes, como se ha venido rumoreando-, los sueldos de los profesores se recortarán en un 25%, habrá un aumento de las tasas universitarias y la aportación municipal cubrirá el posible déficit del centro, a la par que se busca financiación exterior. Sobre esto último, Pedrosa ha destacado que en una reunión próxima con el nuevo rector de la Universidad de Alicante (de la que depende académicamente el centro), Manuel Palomares, va a pedirle que sea el municipio el que ingrese la subvención que por el alumnado de la escuela viene recibiendo la universidad anualmente. «Si esto negociación llega a buen puerto, quizá se pueda evitar el ajuste de tasas o el recorte en el sueldo del profesorado. Hay que tener en cuenta», ha recordado Pedrosa, «que sólo el municipio de Elda, a pesar de dar un servicio comarcal, se hace cargo del coste de la EURLE, 300.000 euros anuales. Si el dinero de la Generalitat revierte en la propia EURLE, la aportación del Ayuntamiento no sería más de 30.000 euros».
Un final feliz
A pesar del duro plan de reajuste, ha sido un final inmejorable tal y como pintaban las cosas durante el último mes. Ante la negativa tajante del consistorio eldense a seguir costeando la escuela, profesores y alumnos comenzaron las protestas con el apoyo en bloque de todos los partidos políticos de la oposición. El consistorio eldense, entonces, pidió ayuda económica a otros consistorios y a la misma Universidad de Alicante, con la negativa como respuesta. Las protestas de los afectados (profesorado y140 alumnos), mientras tanto, arreciaban, y la junta directiva de la escuela dimitió en bloque. No obstante, las negociaciones entre el ayuntamiento y el centro han seguido hasta este «buen acuerdo para todos», en palabras de Pedrosa, «fruto del diálogo y la negociación».