Alrededor de una hectárea ardió ayer en el paraje de Catí, uno de las zonas más importantes a nivel medioambiental de toda la comarca. Las alarmas se dispararon a las seis y media de la tarde cuando las llamas hicieron su acto de aparición en una extensión de terreno entre el Despeñador y la Carrascaleta.

A la zona acudieron rápidamente dotaciones de bomberos de Alcoy, Villena y Castalla, pero no fue hasta la aparición de una unidad helitransportada, que realizó varias pasadas, cuando el fuego se controló. Había pasado media hora y, afortunadamente, todo quedó en un serio aviso de la tragedia medioambiental que podía haber sido. No obstante, esta misma mañana, sobre las once, el fuego se ha reactivado levemente y ha sido de nueva necesaria la presencia de los bomberos. En el origen del incendio, todo apunta, según fuentes oficiales, a que fue una colilla mal apagada.

Quema de rastrojos

Ciertamente, en estos últimos quince días se han vivido momentos de tensión con el fuego. La quema de rastrojos, actividad legal pero muy peligrosa, a punto estuvo de descontrolarse recientemente en campos de la Almafrá y el Ginebre. En este sentido, y de cara al verano, momento crítico, muchas son las voces que desde el Consejo de Medio Ambiente local instan por tener más control y presencia de agentes medioambientales en el campo; el año pasado su número ya mermó y muchos expertos hablan de «falta de medios y capacidad para dar una respuesta satisfactoria en caso de crisis».