España 31-20 Serbia
El primer partido a vida o muerte para la selección no empezó bien. El pilar defensivo del equipo, Viran Morros, fue expulsado en los primeros minutos roja directa en un partido que empezó caliente y, hasta ese momento, equilibrado. Valero Rivera, tras ver la decisión de los árbitros y en una imagen captada por la retransmisión, llamó inmediatamente a Gedeón Guardiola. Era el momento del petrerense para dar un paso al frente en un campeonato en el que no estaba entrando en las rotaciones decisivas.
Ya fuera por su entrada, por la reacción del equipo, que tuvo un ramalazo de casta, o por el apoyo de la afición, volcada desde ese momento, lo cierto es que la circunstancia negativa se tornó en positiva y España comenzó a abrir brecha en el marcador a partir de ese momento. Una ventaja cimentada en la defensa, que concedió muy pocos tiros y robó varios balones, y en la velocidad al contragolpe, con una tasa de acierto en ataque muy elevada que se evidenció en el marcador final de la primer parte, ocho arriba (20-12).
El trabajo estaba hecho; España no perdió intensidad en la segunda parte y el tiempo fue pasando (con alguna dura acción de los serbios) hasta el final; la ventaja nunca bajó de cinco y se amplió en los minutos finales. La selección se mide el miércoles (19.00 horas, Teledeporte) a Alemania en cuartos de final, en su mejor momento de juego y forma del campeonato, y con un motivado Guardiola que ha superado toda una lección de madurez (además ha hecho dos goles, uno en ataque posicional, algo prácticamente inédito con la Roja).