En el parón invernal, de más de dos semanas, el club había preparado una rutina de entrenamientos para hacer piña y alcanzar un buen pico de forma física para afrontar con garantías este 2011, en una suerte de mini segunda pretemporada. Quién lo diría tras verlos jugar el pasado fin de semana, donde el equipo mostró su cara más indolente y descomprometida. “Quizá ha sido culpa mía”, comenta Campello, “porque lo cierto es que no se ha entrenado bien, no hemos sido lo suficientemente serios, y al final se juega como se entrena”.
El partido no comenzó mal para el Petrerense. El Hondón, un buen equipo, no estaba muy fino en los pases y los primeros minutos fueron de tanteo en el medio del campo, sin ocasiones claras, pero he aquí que, en la primera jugada de peligro de los locales, minuto 20, se consiguió un doble premio: penalti y expulsión. Claudio se internó en el área y fue cazado por detrás cuando se disponía a rematar: nadie se quejó por la expulsión. El mismo Claudio transformó la pena máxima. El Petrerense tenía todo el partido para mover el balón y hartar de correr al oponente, buscando el golpe de gracia cuando las fuerzas rivales menguaran.
“Pero no supimos leer el partido”, nos dice Campello, “y no hubo ni circulación de balón ni presión para robar el balón. Jugamos francamente mal”. Así, sin ocasiones y sin fútbol, murió una aburrida primera mitad. En la segunda parte, el Hondón subió un punto su nivel competitivo y no encontró respuesta en el Petrerense. Sin mucha claridad, el Hondón iba a más, ganando rechaces y comenzando a acumular llegadas. El gol del empate llegó al cuarto de hora de la reanudación, tras aprovecharse un rebote en una falta al borde del área.
¿Era eso lo que necesitaba el conjunto rojiblanco para despertar de su sopor? No, qué va. El Hondón siguió percutiendo, cada vez con más fe, y teniendo el control del juego, forzó la expulsión de José Alejandro en el minuto 70. El gol de la victoria lo materializó diez minutos después, en el 80, en una jugada bastante extraña en la que el guardameta Pablo acabó haciéndose un autogol. Fue una pelota bombeada al segundo palo que el delantero del Hondón cazó in extremis en un remate en escorzo y que sorprendió a Pablo.
Poco más que reseñar del partido hubo en los minutos finales. El Petrerense se mide frente al Algorfa el próximo domingo a las cuatro de la tarde, en el último partido de la primera vuelta. Todavía queda mucho campeonato, pero pensar en alcanzar el ambicioso objetivo de Campello esta temporada (“estar allá arriba y luchar hasta el final por algo grande”) se antoja una quimera ahora mismo.