El Petrerense pasará una Navidad tranquila

TORRELLANO 1-3 PETRERENSE

El último partido del año, el decimotercero, era un encuentro complicado para el Petrerense: fuera de casa, contra un buen equipo, y con la presión de saber que la derrota los dejaba en puestos de descenso. Las buenas noticias las ponían la enfermería, que va dando de alta a algunos jugadores lesionados, como Reca, y las nuevas incorporaciones, como un Víctor Hugo que se está acoplando muy bien al juego del equipo.

El encuentro, disputado la tarde del sábado bajo un intenso frío, fue muy disputado en la primera mitad. Los dos equipos corrían mucho, el Torrellano tratando de imponer su juego físico y el Petrerense tratando de no dejarse ganar espacio. Al Petrerense, en este sentido, le costó mucho llegar al ataque, pero estuvo muy concentrando en defensa, con muchas ayudas, y el partido llegó al descanso con empate a cero en el marcador.

La segunda parte parecía seguir por los mismos derroteros, quizá con el Torrellano perdiendo algo de fuelle, pero en el minuto diez More puso el 0-1 a la salida de un córner y el entrenador rival cambió rápidamente de táctica quitando un mediocentro para atacar con tres puntas. El nuevo sistema del Torrellano le vino de perlas al Petrerense, que con superioridad numérica en el medio campo comenzó a hacer lo que le gusta, tocar el balón y dominar el choque. Además, en el minuto setenta, una gran jugada de Claudio, un valor seguro en el ataque petrerí, supuso un nuevo tanto. El Torrellano estaba grogui en esos momentos, pero cazó a la escuadra de Campello en una contra cinco minutos después, dejando un inquietante 1-2 en el marcador a falta de quince minutos. Los locales apretaron los dientes, pero el Petrerense supo contener los nervios y en el 82 otra jugada de estrategia, una falta lateral lanzada por Iván, fue cabeceada por Pedro Rico para asegurar una feliz Navidad al equipo.

El Petrerense volverá a la cancha el 10 de enero, a las doce en el Barxell, contra el Racing de San Gabriel, al parecer recuperando las buenas vibraciones de un equipo que comenzó muy fuerte y que, lastrado por las lesiones, se ha desinflado en este último mes y medio, coqueteando incluso con los últimos puestos de la tabla. Después de la Navidad, comiéndose el turrón en zona de nadie, comprobaremos tras los primeros partidos del 2010 hacia qué objetivos (ambiciosos o de supervivencia) se dirige este equipo.

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