El líder se inclina en el Barxell

Petrerense 1 – 0 Crevillente B

El líder de la categoría, el filial del Crevillente, se presentaba en el Barxell con la hoja de servicios inmaculada, y el partido fue todo lo difícil que se presuponía. Pero hay futuro para el equipo de Baldo, pues se aplican como leones en defensa y tienen un medio campo muy activo que no para de generar fútbol durante todo el encuentro. Tanto es así que, en un completo partido de equipo, se llevaron el gato al agua.

Fue un partido bonito; con ambos equipos tratando de imponerse en el control del juego a base de posesión y toque. El plantel del Bajo Vinalopó, con jugadores muy jóvenes y talentosos, dejó muy buenos destellos, pero fue el esfuerzo solidario del Petrerense, cerrando espacios y con presión adelantada, el  que poco a poco fue inclinando la balanza hacia el lado local. Las jugadas de peligro se fueron sucediendo, y aunque el Crevillente tuvo un par claras, el que más lamentó sus errores ante el área rival fue el Petrerense, que el día que empiece a enchufarlas será el terror de la competición.

Tras el resultado gafas al descanso, Baldo hizo un par de correcciones en la segunda mitad y el dominio local se acrecentó. El gol, el ansiado gol, llegó en el minuto 10, en una hermosa triangulación entre Marcos Alendaño (gran arranque de temporada) y Miguelico, que le devolvió la pared de tacón para que Alendaño superara al guardameta con una leve vaselina, casi una “cuchara”. El Crevillente reaccionó con más gente arriba, pero su juego se empobreció con pelotazos a la frontal que la defensa repelía sin muchos problemas. No obstante, en el minuto 30 encontraron lo que buscaban, en un dudoso penalti en un salto entre central y delantero tras un centro lateral. Emergió entonces la figura de Adriel, portero local, en una estirada que habría firmado Casillas para detener la pena máxima. Dicen que los penaltis los fallan los delanteros, pero fue realmente un prodigio de anticipación la parada de Adriel en un balón que iba muy ajustado al palo.

Sin nada que perder, el Crevillente quemó todas sus naves,  yéndose arriba con todo, y el Petrerense tuvo una media docena de oportunidades claras a la contra (pero claras, ¿eh?, incluso se falló una a puerta vacía). El marcador no se movió: sangre, sudor y lágrimas después, el partido era de los locales.

Baldo, satisfecho con la entrega y el juego del equipo, avisa también de la falta de definición: “estos chicos lo dan todo, van muy fuertes en defensa y hay muy buenos movimientos en el medio y en el ataque, pero tenemos que afinar la puntería o acabaremos lamentándolo”. En todo caso, una gran victoria del equipo que los deja quintos en la tabla, a dos puntos del Crevillente, todavía líder.

Este sábado, a las cinco y media, les espera otro pulso con un equipo de los buenos, el Hondón, que tiene un punto más y que siempre saca petróleo de su pequeño campo. “Estamos entrenando para rendir en un campo de estas dimensiones, no va a ser una excusa”, apunta un ambicioso Baldo.

 

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